Eduardo Andrade Bone •  Opinión •  04/09/2018

Macri y el fantasma del gobierno de Fernando de la Rúa

Pretender dirigir la economía de un país como una empresa, es el craso error de las mafias empresariales y políticas de centro derecha, más aún cuando se cuenta con colaboradores inexpertos, inescrupulosos y gánsteres que están al servicio del poder del dinero y sus propios intereses personales.

El país trasandino ha registrado una caída cuasi imparable  del peso frente al dólar, lo que ha llevado al Banco Central de Argentina a subir los tipos de interés del 45 a un inédito 60 por ciento para tratar de contrarrestarlo, incluso el gobierno de Mauricio Macri pretendía adelantar el cobro del crédito otorgado por el Fondo Monetario Internacional para presuntamente obtener liquidez y afrontar sus compromisos económicos.

Pero el 29 de agosto, el FMI emitió un comunicado expresando su apoyo al Gobierno argentino, pero advirtiendo que estrechará los controles a la política económica de la administración que preside Macri, en otras palabras, ahora todo depende de cómo el FMI gobierne en la Argentina.

La nefasta vuelta de la recolonización de la Argentina de parte del Fondo Monetario Internacional significa que Macri dice para sí mismo, que hoy por hoy, su único socio es la mafia del Fondo. Quiere decir que sin el Fondo se encontraría ante un callejón sin salida. Ahora todo lo que venga con el FMI, son penurias para el pueblo argentino, con un saldo de mayor desempleo, empeoramiento de los servicios públicos y un empobrecimiento generalizado de la población, típico de las políticas macro económicas neoliberales.

Sin embargo, como muestra la historia, ningún país que haya cumplido plenamente con los dictados del FMI ha logrado salir limpiamente de la crisis. Todas las medidas solo retardan los problemas, que, de hecho, van creciendo como una espiral y se torna más difícil de manejar.

Lo cierto es que el gobierno de Macri, entró en un círculo vicioso del que no sabe cómo salir. Sigue cometiendo los mismos errores anteriores y depende permanentemente de los ajustes exigidos por el FMI, para darle señales al mercado y que lo financien, pero el mandatario argentino ya se ha transformado en rehén del organismo depredador internacional y su capacidad de maniobras se encuentra muy limitada.

Lo que ocurre en la Argentina en términos económicos, es la más alta manifestación del proceso de putrefacción que vive el sistema capitalista mundial y su expresión más ultra, el neoliberalismo económico, cuyo mejor administrador no es otro que el diabólico Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ahora desde el punto de vista mediático, de forma desesperada el presidente Macri ha buscado endilgarle la responsabilidad a la administración anterior y al desorden económico mundial, cuya mayor expresión es la “guerra comercial” desatada por el narcisista diabólico, y sociópata presidente Trump y que estaría golpeando el manejo económico de su amigo Macri.

De allí que el nerviosismo y la incertidumbre comienza a apoderarse de una parte del mundo empresarial que se ve afectados por los malabares de Macri y que llega a los ciudadanos de a pie en la Argentina, que van perdiendo gradualmente su poder adquisitivo, se reduce el consumo y avanza la recesión. De allí que se cuece una crisis economía de imprevisibles consecuencias y que podrían llevar al país a la bancarrota, producto de la incapacidad y los malos manejos económicos del gobierno neoliberal de Mauricio Macri.

Crisis que se caracteriza por la devaluación de la moneda nacional en un 95% en el transcurso del presente año, alto endeudamiento del país, incertidumbre en el comercio, la reaparición de los capitales golondrinas, la fuga de capitales extranjeros, inflación de un poco más del 30%, lo que indica además que todos los productos que estén sometidos a las fluctuaciones del dólar en subida, se tornaran más caros. Lo que refleja un fracaso inminente en la gestión de la economía argentina, de parte de Macri y sus secuaces.

Además Macri, comienza a sentir el desencanto de sus propios partidarios y de aquellos que de forma ingenua votaron por el cambio. Lo cierto además, es que el mandatario ha dejado al descubierto toda su mediocridad política, como se suele decir en la jerga popular, el presidente “no tiene dedos para el piano”, es un empresario “rasca” como dicen en Chile o un Trump cualquiera, así incluso lo manifiesta incluso la prensa que tiende a apoyar su pésima gestión presidencial.

Ahora en una encuesta realizada recientemente por la consultora Ágora refleja que casi el 60% de los bonaerenses lo rechaza. Ante la crisis del dólar, el 60% de los consultados rechaza la gestión de Mauricio Macri, mientras que también opinan que la situación del país es “muy mala”. Por su parte, el grupo político Cambiemos también parece tener problemas para encontrar un candidato o candidata confiable y creíble para 2019, que después de la gestión de Macri estaría condenados su presunta desaparición del escenario político argentino, mientras que la desesperanza crece acerca del presente y futuro del país.

En el país trasandino se comienzan a vivir una serie de movilizaciones, paros, huelgas y protestas, luego de una serie de manipulaciones del peso argentino, el que se ha estado desplomando constantemente frente al dólar. Las convocatorias a diversos tipos de manifestaciones contra el gobierno de Macri van creciendo paulatinamente, producto de la pérdida de confianza y popularidad, ante un mandatario cuya familia, además, ha sido imputada por actos de corrupción.

Al momento de escribir esta nota el presidente Macri junto a su circulo más cercano, resolvió jibarizar 13 ministerios, con el objeto de tratar de sortear la crisis de la mejor forma posible, lo que se puede traducir como una cierta anarquía de gobernabilidad. Para tales efectos se prepara un paquete de medidas económicas y políticas de emergencia, supervisado por el FMI y que busca bajar el déficit y calmar los precios, según destacan medios de prensa argentinos, independientemente de las consecuencias que estas tengan en las condiciones de vida del pueblo argentino, pues todo aquello que tenga su origen en el FMI es nefasto para el ciudadano de a pie y para los estratos sociales de menor poder adquisitivo del país. De allí que lo único que puede esperar el pueblo argentino de Macri y el FMI, es la política de las dadivas y no las soluciones reales, ante una crisis que hace agua por todos lados.

Por ello, ante la gestión presidencial de Macri, se cierne el fantasma del nefasto gobierno de De la Rúa (Unión Cívica Radical), recordemos que la crisis del 2001 en Argentina, también llamada como el Cacerolazo o el Argentinazo, fue una crisis política, económica, social e institucional, potenciada por manifestaciones populares de alcance nacional bajo el lema «¡Que se vayan todos!«, que culminó con la renuncia del entonces presidente de Argentina Fernando de la Rúa, dando lugar a un período de inestabilidad política durante el cual cinco funcionarios ejercieron la Presidencia de la Nación. Sucedió en el marco de una crisis mayor que se extendió entre 1998 y 2002, causada por una larga recesión que disparó una crisis humanitaria, de representatividad, social, económica, financiera y política, casi en los mismos términos como está ocurriendo con Macri ahora y además con un parlamento en el cual no tiene mayoría.

Cabe destacar que la mayor parte de las personas que participaron en las protestas que pusieron fin al gobierno de De la Rúa, fueron autoconvocadas y no respondían a ninguna entidad o dirección política, sindicato u organización social bien organizada. Durante el transcurso de las protestas, 39 personas fueron asesinadas por los aparatos represivos del Estado argentino, entre ellos 9 menores de edad, en el marco de la represión ordenada por el gobierno para contener las manifestaciones tras la instauración del estado de sitio.

Ahora todo lo que venga en materia económica, política y social, es de imprevisibles consecuencias, pues se está ante un gobierno que parece haber perdido la brújula y las políticas neoliberales ha implementar de Macri, no suelen estar a la altura de la gravedad de la crisis que vive el país, como lo ha demostrado hasta ahora. Lo único que está claro es que el FMI retoma su papel recolonizador de la Argentina, transformando a Macri en un títere de las decisiones de la entidad mafiosa internacional, quien de forma encubierta seguirá gobernando la Argentina.

Eduardo Andrade Bone

Comunicador Social

Analista Político

Corresponsal de Prensa

AIP/MP         03/09/2018


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