Eduardo Andrade Bone •  Opinión •  20/08/2018

James Mattis y la ofensiva contra Venezuela

James Mattis y la ofensiva contra Venezuela

Con el cuento de lo que Estados Unidos a denominado el 2018 como el “Año de las Américas”, en este viaje realizado recientemente por el secretario de defensa James Mattis, se ha puesto de manifiesto la necesidad de estrechar los lazos olvidados del Departamento de Estado norteamericano con la región y en especial con países como Brasil, Argentina, Chile y Colombia», que llevan la voz cantante en la conjura para crear las condiciones propicias para la desestabilización de la democracia venezolana.

El Sr. Mattis no ha clarificado si este “año de las américas”, es para promover intervenciones militares directas en Venezuela, Nicaragua, El Salvador o Bolivia, o para promover golpes de estado (Brasil) y guerras civiles en la región, además de continuar con el saqueo de los recursos naturales del hemisferio.

El viaje de Mattis a la región estuvo precedido, además, de una visita de un alto almirante de la Armada, el jefe de Operaciones Navales, John Richardson, también a Colombia, Chile, Argentina y Brasil precisamente, con el objeto de afinar los pormenores de la conjura contra Venezuela, de manera que esta tenga pleno éxito.

En este sentido todo parece indicar que el tur del Sr. Mattis no solo ha tenido por objetivo intensificar la relaciones con los representantes de las fuerzas armadas de los países mencionados, además de promover la compra de armas a los mercaderes de la muerte de los EE.UU., recabar apoyo para crear todas las condiciones propicias que puedan poner fin al gobierno de Nicolás Maduro, buscando la fórmula perfecta para luego apropiarse de los recursos naturales de este país, además de vociferar contra China y Rusia.

De allí que el Sr. Mattis, se ha integrado así, al quinteto de complotadores contra Venezuela, que está integrado por Mike Pence, vicepresidente de los EE.UU., Luis Almagro lacayo del Imperio (OEA), además de los mandatarios de derechas imputados por corrupción de la Argentina, Chile y Brasil.

Ahora el secretario de defensa ha sostenido reuniones importantes con el alto mando de Brasil y dio una conferencia en la Escuela Superior de Guerra de este país y en Colombia donde culminó su visita, allí se reunión con el alto mando militar de Colombia y oficiales de las bases militares estadounidense enclavadas en dicho país. De allí que todo parece indicar que las provocaciones militares a Venezuela se producirían desde Brasil y Colombia, pues los dos países tienen fronteras con el país caribeño.

Lo que ha llamado la atención de Mattis en Brasil, es que de forma indirecta conmino a dicho país a dejar de ser parte del grupo de los BRICS, en alusión directa a China y Rusia. En este sentido dio a entender que Brasil debiera ser más cuidado al escoger sus socios, en alusión directa a China, y a estrechar mejores lazos con EE.UU., según destaca la prensa brasileña. Para luego exigir ante su encuentro con altos oficiales de Brasilia, de que el presidente de facto y corrupto, Michel Temer, asuma el liderazgo regional frente a Caracas.

Así al menos lo expreso en la reunión que sostuvo con el ministro de Defensa brasileño, general Joaquim Silva e Luna. «Conversamos sobre Venezuela, fue un tema que demandó mucho (tratamiento), quedó claro que la situación en ese país se está deteriorando muy rápidamente, se habló sobre cómo ayudar», declaró Luna e Lima, al comentar su encuentro con Mattis.

En la Argentina el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, se reunió con su homónimo argentino, Oscar Aguad, y luego del encuentro expresó públicamente que realizarán esfuerzos para conseguir una coordinación «mutuamente beneficiosa» en materia militar. Mattis no especifico si esa coordinación estaba relacionada con los intentos desestabilizadores de la democracia venezolana.

Sebastián Piñera recibió en la sede del Ejecutivo al secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, con quien conversó «temas sobre el continente y también algunos temas de naturaleza mundial». Allí expreso que “es tiempo de que cuando una democracia está en problemas salgamos a ayudarla”, afirmó.

En su visita final a Colombia James Mattis le prometió al presidente colombiano, emplazar un barco hospital en las costas caribeñas, cercana a Venezuela. El buque se ubicaría en algún puerto colombiano con fecha aún no determinada, el que está diseñado para suministrar ayuda de emergencia para los combatientes estadounidenses que están en zona de guerra. El funcionario estadounidense sostuvo que esta medida supone, “un esfuerzo” para intentar poner freno al gobierno venezolano y para eso “estamos trabajando en los detalles”, dijo Mattis.

Sin embargo, para el Sr. Mattis y sus esbirros las condiciones no están del todo dadas, pues en el frente político interno de Venezuela el panorama está muy complicado a raíz del magnicidio fallido contra el presidente Nicolás Maduro, el alto mando militar venezolano y el cuerpo diplomático que se encontraban presente en la actividad de conmemoración de la Guardia Nacional Bolivariana.

De allí que cabe acentuar que el gobierno de Trump y los halcones de la Casa Blanca, no las tienen todas consigo, pues como lo dice la prensa internacional, al interior del país las fuerzas políticas opositoras venezolanas, en su inmensa diversidad y intereses diversos, se encuentran completamente divididas y han perdido confianza y credibilidad ante la población venezolana, que los ha seguido en sus intentos desestabilizadores y golpistas. En general los venezolanos no ven con buenos ojos los llamados a movilización de la oposición, por sus nexos y lazos con Estados Unidos y Colombia, con gestores y líderes que se pelean los dólares que a través de diversas vías, llegan para el golpe final contra el gobierno bolivariano.

El Sr. Mattis entre otras cosas se ha desplazado a sus semi colonias, para advertir, frenar y exigir poner fin a la influencia y la presencia de China y Rusia en la región.

Al respecto decía a la prensa que Estados Unidos apoya «decisiones soberanas de estados soberanos» y advirtió contra posibles «incursiones dañinas de otras naciones». Luego agregaba… «hay más de una forma de perder la soberanía en este mundo. No es solo por bayonetas. También puede ser por países que vienen con regalos y grandes préstamos… acumulando una deuda masiva en países que saben que no podrán pagarla», afirmo Mattis, en lo que parecía ser una severa crítica a los préstamos e inversiones chinas a países de América Latina.

A Estados Unidos, por cierto, le preocupa la influencia que puedan venir ejerciendo China y Rusia en la región y que más y más países opten por seguir ampliando una serie de acuerdos en el plano económico, comercial, en el área técnico-científica y también militar con ambos países y es lo que EE.UU. busca frenar con advertencias y amenazas indirectas con los países latinoamericanos, si no se someten a sus dictados.

Ahora en la medida que se va configurando una nueva situación geoestratégica a escala global en donde se están creando nuevos polos o regiones de convergencia, ante los cambios económicos y comerciales que se están operando y que no son del agrado de Washington, es que los Estados Unidos ven con preocupación como muchos países comienzan a volcar su mirada hacia la región Euroasiática, en donde Latinoamérica no es una excepción, pues algunos países comienzan a entender que, al margen de prejuicios o cuestiones ideológicas, lo fundamental es establecer buenos vínculos con aquellos países que cada vez son más relevantes en el plano económico comercial, pues constituyen grandes mercados, como es el caso de China, la India, Rusia y algunas otras economías emergentes.

Sin embargo, al igual como sus predecesores como Mike Pence y John Richardson, el objetivo central de su visita a los países mencionados y denostar a China y Rusia, este ha tenido como objeto afinar todos los detalles para una intervención directa o encubierta en los asuntos internos de Venezuela y persuadir a los países visitados a que terminen con sus lazos con China y Rusia.

Concluyendo Mattis ha llegado con sus ofertones de ayuda militar, venta de armas, apoyo tecnológico, apoyo humanitario, advertencias y otras menudencias, a los mandatarios corruptos y vasallos de las semi colonias en visita. De allí que Venezuela y la expulsión de China y Rusia de la región es lo que ha estado presente en la agenda del Sr. Mattis. Así Venezuela fue, en rigor, un asunto recurrente en las recientes y diversas reuniones de alto nivel realizadas en Brasil, Argentina, Chile, Colombia.

Crisis humanitaria, violación de los derechos humanos, carencia de democracia y emigración de venezolanos, serían los argumentos suficientes para Mattis, para desatar un baño de sangre en Venezuela vía intervención militar, golpe de estado, guerra civil o cualquier otro artilugio, que les permita tener un control total sobre la región y con un claro mensaje además a las fuerzas progresistas que se atrevan a desafiar los intereses estadounidenses en su “mar de incertidumbres”, vale decir su patio trasero.

* Eduardo Andrade Bone. Comunicador Social. Analista Político. Corresponsal de Prensa AIP/MP


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