República en Marcha •  Opinión •  30/04/2018

1º de mayo. Pobreza, precariedad y represión o lucha anticapitalista y republicana

Un día como el 1º de mayo es un día para poner el foco de atención en cómo está evolucionando el mundo capitalista, en cómo esto está afectando a las clases trabajadoras y en como desde aquí podemos ayudar a construir soluciones que nos permitan mejorar sus condiciones de vida.

La apuesta neoliberal ha acentuado su ofensiva y, en los últimos años, ha intensificado el empobrecimiento y precarización de la mayoría trabajadora de todos los países del mundo. De ahí las políticas de austeridad, de ahí los recortes y privatizaciones de los servicios públicos, de ahí la bajada real de salarios, ayudada por las reformas laborales, de ahí miles de millones de trabajadoras y trabajadores que se rompen el lomo en el mundo para apenas poder subsistir. La ingeniería utilizada por los distintos poderes trata de domesticar de mil maneras posibles, a base de miedo y represión, a base de hacer creer que no hay alternativa, a base de comprometer a parte de la sociedad con el sistema, de normalizar desposesiones, robos públicos y privados, desahucios, a base de guerra y dominio.

El problema en este país se acentúa, con respecto al conjunto de países desarrollados, por haber desarrollado un Régimen esclavo de los intereses de una oligarquía de rapiña, ideológicamente conservador, sin un proyecto claro que solvente de forma duradera, siquiera un mínimo, los problemas y las tensiones que vivimos. Como vemos, la respuesta a la crisis económica: dinero para la banca y recortes para las pobres; como respuesta a las crisis políticas: Ley mordaza, juzgados, presos políticos y represión; como respuesta a la crisis de legitimidad del Régimen: educación conservadora, religiosa y patriótica. Desde REM no podemos dejar de ver los fuertes lazos que hay entre el encarcelamiento de los jóvenes de Altsasua, el de los independentistas presos por ser independentistas, las reformas laborales, el malestar social por las malas condiciones de vida, las movilizaciones, por ejemplo de interinas e interinos derivadas de un ERE encubierto en el sector público y la apuesta por una LOMCE que vacía contenidos, introduce criterios de empresa privada en la escuela pública y adoctrina en el catolicismo. De la misma manera, vemos esos lazos entre un patriarcado que oprime a media humanidad y un modelo judicial al servicio de los opresores, cuando dictaminan sentencias tan vergonzosas como las de “la manada”. Patriarcado, que nadie se engañe, que solo se puede acentuar en la escalada de violencia contra los explotados y oprimidos a la que nos invita este Régimen.

Y en todo esto, con la boca más grande o más pequeña, por acción u omisión, se unen todos los partidos y organizaciones monárquicas. El problema no está en este u otro partido político, sino en eso que llamamos monarquía.

Pero claro, es mucho pensar que este Régimen está unido. El Régimen son personas también, un grupo de familias que se unen ocasionalmente para conservar su poder frente a la posible organización del pueblo, pero un grupo de familias que también se roban unas a otras, que quieren el monopolio de determinados negocios frente a otras, que saben lo importante que es copar instituciones y que quieren utilizarlas para su beneficio en contra de otras familias, que saben que si unos ganan dinero es porque otros lo pierden. Todo lo que ha rodeado el caso Cifuentes de las últimas semanas es la vergonzosa metáfora de todo lo que representa el Régimen.

Y es que además, y esto es lo más importante, desde REM entendemos que no hay sistema que se pueda sostener mucho tiempo a base pobreza, precariedad y represión. La gente en este país vuelve a salir a la calle como respuesta a lo que nos ofrecen. La clases trabajadoras responden y van utilizando o creando herramientas que les permiten luchar, siempre con eficacia: la lucha de los interinos por un plan de estabilidad, las Kellys, Las aparadoras de Elche, Amazon, Coca cola, feministas, las y los pensionistas…. Aquí y allá, en un centro de trabajo, en un sector, en solidaridad con un reprimido, por los derechos, por el derecho a decidir, contra el patriarcado…. Cada lucha es imprescindible, de cada lucha aprendemos, cada lucha nos hace más fuertes. Hay que apostar por unir cada vez más las luchas y, sobre todo, por señalar que ya no hay alternativa, ni avance económico o político para las clases populares, que pueda ser duradero ni dentro del Régimen, ni dentro del sistema.

Sabemos que existe una apuesta progresista condescendiente con el sistema, que confía, en el fondo, en la posibilidad de una convivencia pacífica entre capitalismo y democracia, o entre capitalismo y socialismo, y que, utilizando las herramientas del sistema pretende arrebatar espacios de poder a la oligarquía. Consideramos que estas posiciones se sostienen en creencias infundadas, que se sustentan realmente sobre el miedo a la confrontación y a la lucha de ideas, que reniegan de la necesidad de educación popular y que, al final, van a llevar a la decepción de la gente. Consideramos que el ciclo en el que nos encontramos las posiciones más realistas, honestas y combativas son las que se van a abrir paso.

Nuestra apuesta tiene que ser tanto la defensa de derechos laborales, de los servicios públicos y de la libertad y la democracia, como la lucha por la socialización y el blindaje de los sectores productivos importantes, así como de cualquier sector estratégico, la construcción de una sociedad igualitaria, profundamente democrática de seres humanos que puedan decidir sobre su presente y su futuro.

La única mejora posible y realista para la clase trabajadora parte de romper con el Régimen y acabar con el capitalismo y la apuesta por la construcción de una sociedad igualitaria sostenida por las clases trabajadoras.

¡Viva el 1º mayo!

¡Viva la lucha de la clase obrera!

República en Marcha


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