Paco Campos •  Opinión •  05/03/2018

Con Vattimo pensamos mejor

Da gusto adentrarse, si es releyendo mucho mejor, en las páginas de Gianni Vattimo (1936): a veces parecen de filosofía poética (¿); sobre todo cuando describe el fin de algo grande que agoniza. Tanto es así que le cuesta trabajo anunciar con plenitud lo nuevo. Esto lo debe a la pietas –amor que se profesa a lo viviente y a sus huellas. Y le pasa de manera angustiosa en un texto de difícil cronología, aunque anterior a 1984, Posmodernidad y fin de la historia.

Se trata un análisis lleno de preguntas y de enigmas que gira en torno a la disolución del pensamiento fundacional, esto es, el pensamiento metafísico, que comporta también el fin de la historia del ser, como ya Heidegger lo anunció, y que él, Vattimo, consagra el aserto como una posible única opción de crítica desde un pensamiento no-fundacional; a diferencia de Habermas, que se queda en una crítica ideológica; de Lyotard que renuncia a un verdadero proyecto de emancipación, o de Rorty que propone el consenso que siempre busca la racionalidad.

El ‘post’ del modernismo es nihilista y deslegitimador, no olvidemos esto. Porque si pasamos por alto esta forma deconstructiva de los conceptos, entonces caeríamos en una especie de plenitud, de apelmazamiento del que difícilmente lograríamos salir, sencillamente porque si la pietas no responde ya al desequilibrio entre lo moderno y lo postmoderno, entre lo fundacional y la crítica, entre las estructuras de la ciencia y su verdad y las formas de vida que apelan sobre todo a la eficacia, entonces seríamos pasto del ensimismamiento.

Cuando leemos los discursos filosóficos del liberalismo, como el último de Vargas Llosa, advertimos cómo la derecha imperante se aferra a un clavo ardiendo al ver peligrar su poder por las mareas  de la disolución. Preguntamos: ¿queremos vivir de la memoria y de las huellas de los monumentos, vivir de la nostalgia, sin dejar el palo y la zanahoria, o más bien queremos dejar atrás los modelos rancios y oxidados? O de otra forma: ¿Hemos de liquidarlo todo a manera de mentira o error?, pregunta Vattimo.


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