Barrio Canino •  Opinión •  31/01/2018

Historias y canciones para una revolución social inconclusa

Historias y canciones para una revolución social inconclusa

Aquí os traemos el monográfico «Historias y canciones para una revolución social inconclusa», programa que hicimos en directo hace algunos días desde el Local Anarquista Magdalena, en Lavapiés.

¿Cuántas de vosotras sois capaces de recitar de memoria aquella canción de La Polla RecordsEllos dicen mierda, nosotros aménEvaristo cantaba a esa absurda derrota sin final preguntándose cuánto horror habrá que ver y cuántos golpes recibir. ¿Cuánta gente tendrá que morir?
Porque hay una cosa que está clara: cuando nos planteamos hacer un programa de dos horas y media sobre revoluciones sociales inconclusas es porque todas, absolutamente todas las revoluciones que conocemos, han acabado fracasando. No hemos venido aquí a proclamar la derrota revolucionaria absoluta, ni mucho menos, porque también sabemos que cada día que pasa, queda un día menos para el triunfo total de la revolución social.

A comienzos de 1871 París era un hervidero. Las masas insurrectas se alzan y constituyen un ayuntamiento socialista autogestionario para gobernar la ciudad. Es la Comuna de París. Estaría funcionandos dos meses, desde el 28 de marzo. A finales de mayo, la conocida como Semana Sangrienta dejaría un reguero de 10.000 muertos en París y finalizaría con la aventura revolucionaria. Este hecho ha inspirado las vanguardias políticas más radicales a comienzos del siglo XX y también nos sirve de punto de partida para repasar casi 150 años de revoluciones sociales inconclusas. Momentos de la historia en los que algo hace clic y podrían haberse desatado una serie de acontecimientos que hubiesen acabado con el orden establecido, pero que finalmente quedaron en agua de borrajas.

Así, poseídos por el espíritu de Louise Michel, e incluso del espíritu en vida del mismísimo Evaristo, nos presentamos en el Local Anarquista Magdalena, en la calle Dos Hermanas 11 de Lavapiés, para disfrutar de una gran noche de radio libre con todos los asistentes.

Aún no había acabado el siglo XIX y la Guardia Civil ya andaba proclamando la lucha contra la Mano Negra, exterminando en Andalucía a los campesinos díscolos sin pudor. Pocos años después Nestor Ivanovich Majnó participaba en el Ejército Negro ucraniano mientras que mucho más cerca de nosotros se proclamaba una huelga de vientres. El siglo XX traía aires de revolución en México, y también de cambios en Europa. Las manos de las Sufraggettes huelen a dinamita, y en España se pelea por derrocar la dictadura de Primo de Rivera. Años más tarde el movimiento obrero español se convierte en algo ingobernable y los campesinos en EEUU fundan el Sindicato de Granjeros Arrendatarios del Sur, para decir basta.

En 1934 Asturias es un polvorín. Estalla la revolución mientras el ejército ensaya la represión y los métodos militares que dos años más tarde se extenderían por todo el territorio español. El resultado de la revolución social de 1936 ya lo conocemos. La historia habría dado un giro de 180 grados si los planes del anarquista Laureano Cerrada de arrojar una bomba desde una avioneta contra Franco hubiesen sido llevados a buen puerto en 1948. Pero no. Al otro lado del Atlántico Rosa Parks decide no levantarse en el autobús y en Los Ángeles, una horda de transexuales lanza donuts y café hirviendo contra la policía. Los Panteras NegrasMotherfuckers, los Yippies… todos marchan contra el Pentágono, unos con ansias de hacerlo levitar y otros con intenciones más atrevidas. Lucen las navajas y huele a pólvora. La sangre se extiende desde el ala del pentágono que es tomada por los rebeldes hasta la Calle Bravo Murillo de Madrid donde El Lute ha dado un palo a una joyería en la que se ha llevado 500.000 pelas.

Transcurre el tiempo y muere el dictador Franco. Se inicia la llamada Transición. En Vitoria la policía asesina a 5 personas tras el asedio de una iglesia en la que se refugian obreros en huelga junto a sus familias. Al año siguiente la huelga revolucionaria de gasolineras deja sin gota de combustible a Barcelona mientras se tirotean numerosos surtidores. Todo esto es irrelevante, frente al nacimiento en un pesebre de Belén del Mesías con coleta que años más tarde se proclamaría en la Puerta del Sol de Madrid como motor del cambio, salvador de las clases obreras y adalid de la izquierda parlamentaria que se supone que habría de cambiar todo… para que no cambiase nada.

Y así podríamos seguir contando batallas día y noche.
Bienvenidos al teatro de la memoria.
Mañana empieza la revolución.


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