Manuel E. Yepe •  Opinión •  03/09/2017

Chavismo es el bolivarianismo del siglo XXI

El antichavismo se ha convertido en la ideología de la ultra-derecha en la región porque el chavismo, desde su surgimiento, cambió la geopolítica regional, cambió el mundo político de América Latina y el Caribe e impactó en muchas otras regiones del mundo. El chavismo es el nuevo bolivarianismo del siglo XXI. 

Las fuerzas revolucionarias que surgieron del liderazgo del Comandante Chávez lograron articular las fuerzas progresistas, de avanzada y de la izquierda revolucionaria de todo el continente hasta convertirse en referencia a nivel mundial de los cambios posibles y de los cambios que necesita América Latina y toda la humanidad. 

Tales son algunos de los conceptos que planteara Nicolás Maduro, el Presidente de Venezuela, en sus respuestas a una entrevista que le realizara en Caracas el célebre periodista y politólogo venezolano José Vicente Rangel. 

La derecha latinoamericana, tan publicitada y subordinada al imperialismo estadounidense adoptó hace mucho tiempo como bandera central la de derrotar de la revolución bolivariana. Las campañas antichavistas, contrabolivarianas y anti venezolanas se convirtieron en el eje del discurso de esta derecha que, por cierto, ha llegado al gobierno con votación bastante exigua. En Argentina, apenas logró un treinta y algo por ciento de votación para llegar a la presidencia de esa nación; o, como en el caso de Brasil, evitaron la confrontación comicial y optaron por un golpe de estado encubierto que la OEA y la prensa corporativa silenciaron de manera cómplice. 

Esa derecha ha llegado al poder político en algunos países claves de Latinoamérica nutrida por una doctrina antibolivariana, antichavista… y mucho miedo, casi terror, por la fuerza de las ideas y el ejemplo que emanan de la revolución bolivariana. 

“Yo aspiro a que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), con su gran poder, me brinde un apoyo especial para la lucha contra la corrupción, que es una cuenta pendiente que tenemos. Lo necesitaremos, no sólo desde el punto de vista punitivo, también en el plano educativo, el cultural y el moral. Seguiremos insistiendo en construir una sociedad con valores de respeto, de honestidad y de práctica transparente en el manejo de la cosa pública”. 

“Es una gran batalla, no podemos garantizar que la ganaremos en meses o en años, es una batalla que nos tomará bastante tiempo, pero Venezuela tiene en mí a un Presidente comprometido hasta los tuétanos en la lucha contra la corrupción y los corruptos”. Maduro hizo ver que a los venezolanos de hoy les ha tocado la suerte de vivir la quiebra total del modelo de dependencia petrolera protegidos por el modelo social chavista, socialista. 

Recordó que muchos expertos predecían que el modelo petrolero comenzaría a declinar en 2030, 2040 o 2050. Pero gracias al “milagro” de la revolución, ocurrió que ello ha tenido lugar de golpe y el país pasó de un día para el siguiente a recibir, de 120 dólares el barril a 20 dólares, “y aquí a nadie le faltó escuela, trabajo, ingreso o alimento con los problemas que hubo que afrontar. No dejamos de construir viviendas, no dejamos de construir obras públicas fundamentales, hicimos de tripas corazón y creo que hicimos un milagro social de salvación del país. Eso hay que reconocerlo, hicimos un milagro social de salvación del país. En medio de la quiebra”. Maduro subrayó que tras haber vencido a los tres demonios (la quiebra del sistema de dependencia petrolera, la guerra financiera y comercial internacional y la inflación inducida) tendremos un pueblo protegido por un sistema social que será el soporte de la recuperación económica. 

“Debemos tener claro que contamos con una estrategia y una política correctas. Los motores estratégicos de nuestra Agenda Económica Bolivariana (el motor industrial, el agroalimentario, el petroquímico, el turístico, el de la economía comunal socialista, el de la industria pesada, etc.) constituyen la estrategia correcta para la independencia económica y el desarrollo de las potencialidades para liberarnos del petróleo, que es la cosa más importante que estamos haciendo. 

“Llegó la Constituyente y se hizo la paz. Y yo tengo una gran fe en el ejercicio pleno de nuestra soberanía nacional, sin aceptar chantaje ni presión de nadie en el mundo, y menos del imperialismo norteamericano. La Constituyente va a poner orden en la justicia, en la institucionalidad, en el estado y en la economía”, dijo Maduro. Pronosticó que Venezuela terminará el año 2017 con un buen nivel de recuperación general de la sociedad, del país, de la política y de la paz, dijo el Presidente reflejando el optimismo con que se desempeñan los venezolanos, orgullosos de su historia y seguros de que aún necesitarán librar muchas batallas por la independencia, porque ese es el costo del privilegio de contar con un país con tantos recursos que excitan la desmedida codicia imperialista.

*Manuel E. Yepe, periodista cubano especializado en política internacional, profesor asociado del Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa de La Habana, miembro del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz.


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