Luis Pino •  Opinión •  30/08/2017

Síndrome de jonás y reciprocidades

Entre la colección de libros de la Biblia está el de Jonás, en el que se narra, entre otras anécdotas de sometimiento y terror político con barniz de deidad, cómo este personaje fue arrojado al mar por sus compañeros de embarcación, quienes ante el temor de ser devorados por la tormenta y la furia de sus dioses, decidieron tal crimen, que luego se justifica y matiza con el cuento de que la ballena se lo tragó sin masticarlo y éste permaneció tres días con sus noches invocando a su Dios que lo perdonó bajo la condición de que siguiera sus preceptos y órdenes, es decir, un dios, a todas luces, criminal que le torció el brazo y le impuso su criterio.

Síndrome de jonás y reciprocidades

Esta reedición contemporánea del mitema de Jonás, que en términos psicoanalíticos se expresa en el Síndrome de Jonás, la encontramos en la acción ejecutiva o Executive Order que firmó el endorracista genocida Barack Hussein Obama contra Venezuela y que extendió el actual mandatario estadounidense, el imperial pornopuritano retroconservador, Donald Trump, con actos de terrorismo económico contra la Patria de Bolívar y Chávez, mal llamada “sanciones”, cuando lo crudamente real y concreto es que el gobierno estadounidense actúa como un “Estado forajido”, atenido al uso del terror y de la fuerza, sin respetar ninguna convención, acuerdo, norma internacional o principio vital, porque el gobierno estadounidense es un imperio y como tal, actúa: con el terror y el genocidio.

Este Imperio siente que no hay norma que lo regule y para ello se ha encargado de controlar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como espacio para que los más débiles drenen sus frustraciones y peguen berrinches, mientras sus funcionarios y gobiernos que en él se nuclean, en ese lenguaje hipócrita de la diplomacia capitalista, de palabras, condenarán cualquier agresión, magnicidio contra la República Bolivariana de Venezuela y harán sólo control de daños, toda vez que suceda la agresión que el gobierno terrorista que preside el pornopuritano retroconservador haya dispuesto sobre esta nación latinoamericana y caribeña.

Estos actos terroristas en materia económica contra Venezuela no son aislados, sino que siguen un libreto, toda vez que bajo el liderazgo del chavista Nicolás Maduro, la mayoría del Pueblo, derrotó al terrorismo de la derecha venezolana súbdita imperial, cuando contra todo terrorismo físico y el boicot económico interno, salió a votar, optando por una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), de la que esperamos fortalecer las instituciones, enfrentar al terrorismo en todas sus manifestaciones y sentar las bases de una nueva economía productiva, a partir de las concepciones y visiones de mundo, del socialismo bolivariano y chavista del siglo XXI.

Ahora, el terrorismo imperial, con sus medidas de boicot, confiscación de hecho de propiedades, bienes y riqueza de los venezolanos, pretende imponer el miedo y obligar a la traición a un sector del Pueblo, que vea que si lanzan al mar de la muerte y la traición al Presidente Nicolás Maduro, todos los problemas, sobre todo, el económico, desaparecerán, como por arte de magia y vendrá la bonanza como la que vimos de la mano del Comandante Hugo Chávez. En esta criminal conseja, están participando impunemente, los medios de comunicación privados, los partidos de la derecha venezolana (Véase el comunicado de la MUD que avala el terrorismo del pornopuritano retroconservador), las colonias estadounidenses vecinas, como la exrepública de Colombia y su narcovirrey Juan Manuel Santos, el perrito PPK en el Perú, el presidente de facto del Brasil, Michel Temer, el camaleónico presidente Tabaré Vásquez del Uruguay, por decir, lo menos, entre otros lacayos imperiales.

Ahora bien, frente a la canallada imperial y de sus súbditos rastacueriles, ha emergido, de inmediato, una solidaridad internacional, con una mayoría aplastante desde todo punto de vista y a lo interno del suelo venezolano, se ha concentrado un Pueblo patriota dispuesto a luchar y vencer, porque no estamos dispuestos a morir.

Pero, este ímpetu y fuerza del nuevo mundo multicéntrico y pluripolar no tendrán fuerza material, si nos engatillamos sólo en consignas, marchas y foros, mientras el terrorismo económico nos destroza a lo interno de la República y a lo externo ellos logran sus fines.

A lo interno de la Patria, la soberana Asamblea Nacional Constituyente, ha de saber que el terrorismo económico de la hiperinflación desatada con el dólar paralelo, el desabastecimiento programado, el bachaqueo, la especulación abierta y anarquía de precios, no  pueden ser conjurados con decretos tardíos, ni poniéndonos en manos de la fracasada SUNDDE y sus shows televisivos. Se trata de una ofensiva real y avasallante que le de todo el Poder al Soberano, al Pueblo y que mediante la conformación de los CLAP, UBCH, CLP, colectivos y los equipos políticos de la revolución, en Fiscales Ad-Hoc y Contralores Municipales contra el Terrorismo Económico en Todas Sus Formas y en Amparo de la Economía Familiar, para que inicien una ofensiva de tierra arrasada en todos los comercios, servicios y particulares comprometidos en este terrorismo económico lucrativo, mientras que desde la ANC y con especialistas que sean socialistas y que sepan diferenciar entre las relaciones sociales de producción y sus modos capitalistas frente al socialismo, diseñen leyes especiales y blinden la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV: 1999), de cara a una sólida economía productiva y socialista.

Por otra parte, desde nuestro gobierno debemos activar en lo inmediato posible, alianzas concretas y mecanismos que vayan más allá de esta medidas terroristas contingentes del endorracista y pornopuritano, porque desde el Imperio y sus aliados, seguramente, van a agudizar las agresiones.

En tal sentido, hemos de partir del principio de reciprocidad, con acciones concretas, a tiempo y que nos lleven a un proceso de acumulación de fuerza, que pueden ser muchas y más efectivas, pero que, apenas me atrevo a sugerir algunas:

1. Paralizar el abastecimiento de petróleo y de sus derivados hacia los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), al mismo tiempo que se fortalece PetroCaribe y se diversifica;

2. Proponer en reunión urgente de los países miembros de la OPEP y no OPEP, la exigencia al gobierno estadounidense de detener el boicot contra la empresa estatal Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA), de lo contrario se corta todo tipo de suministro hacia EEUU y se aplican iguales boicots a las empresas estadounidenses que explotan petróleo y sus derivados por el mundo;

3. Eliminar todo tipo de transacción económica en dólares, privilegiando las monedas de los países que transen y apoyen a Venezuela;

4. Activar y fortalecer a nivel nacional e internacional el DIPCOIN;

5. Presionar por el descongelamiento de la Unión de las Naciones del Sur (UNASUR), sin evitar y sin postergar la confrontación, además de  promover la apertura del Banco del Sur;

6. Convocar a reunión urgente del Movimiento de los No Alineados (MNOAL), que cambie el formato de solidaridades en discursos y vaya a un ultimatum en bloque contra el Imperio estadounidense;

7. Invitar a los gobiernos de China, Rusia, Corea del Norte y todos los gobiernos aliados antiimperialista, para Ejercicios y Maniobras Militares por un lapso indefinido, en espacio aéreo, marítimo y territorial venezolano.

Hagamos lo inusitado y derrotemos el terrorismo del imperio estadounidense en todas sus formas. Estamos obligados, históricamente, a vencer.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Sindrome-de-jonas-y-reciprocidades-20170829-0003.html


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