Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  26/05/2017

Manchester: ¿Operaciones Gladio II? (2º)

«Matanza indiscriminada de civiles inocentes es el 
terrorismo, no es una guerra contra el terrorismo». Noam Chomsky
 
A medida que se van destapando informaciones a la prensa tras la atrocidad acaecida en Manchester, el tinglado de los probables tramoyistas se enreda cada más. Ya anticipamos nuestras dudas razonables acerca de la autoría última del atentado en la primera parte del artículo Manchester: ¿Operaciones Gladio II?, los nuevos supuestos no hacen sino corroborar las incertidumbres. Los pavorosos antecedentes del terrorismo parafascista de la OTAN, la Red Gladio -demostrados con pruebas por la justicia italiana-, donde no se pudo condenar a ninguno de sus promotores y se cerró en falso en el Parlamento Europeo en el año 1990, nos llenan de inquietud.
 
En primer lugar la perruna prensa del régimen nacionalcatolicista intenta en vano presentar al presunto ‘comando de ISIS’ en Manchester como hijo de padres ‘refugiados’ de los tiempos de la autocracia de Gaddafi. Una investigación más exhaustiva nos permite conocer que en realidad el progenitor, Ramadán Abedi, era un opositor fanático religioso. Por eso dieron cobertura y hospitalidad por entonces a su chico en el Reino Unido (el enemigo de mi enemigo es mi amigo). No han tenido dificultad por tanto en localizarlo en la Libia caótica de las milicias en inducida guerra civil permanente, a beneficio de la industria armamentista anglo-yanqui, entre otras. El papi acogido con cariño por las autoridades británicas ahora ejercía labores, según investigaciones del Daily Mail, para las nuevas fuerzas coloniales europeas y sus sicarios libios de ¡director administrativo de la Unidad Central de Seguridad! en Trípoli. Por si fuera poca la desvergüenza, no da señales de dolor alguno por la aparente pérdida de su vástago. Incluso dice que dentro de unos días iba a viajar a Arabia Saudí, el mayor financiador de los negocios del trust belicista yanqui.
 
El hermano del supuesto kamikaze, también detenido en Tripoli por órdenes de Londres, nos lo presentan en prueba de su ‘radicalidad’ delante de una bandera con caracteres arábigos, sin traducir, en la que puede leerse en su lengua: Ministerio del Interior. No hay duda de que actuaría también por su cuenta, ¿no?.
 
El melodrama de enredo, sobre la sangre de inocentes, no se queda ahí. Según parece descubrieron al kamikaze moro porque ¡llevaba su documentación encima! Práctica habitual de los motejados como ‘yihadistas’. Están deseosos de que rastreen su identidad de inmediato para que la investigación pringue a sus familiares y a su ‘red’. ¡A qué extremos de incoherencia conduce el extremismo religioso, a pesar de los esfuerzos baldíos del analista británico Jason Burke por vendernos la burra pintada a rayas como cebra (¿no quedamos en que interpretar las estúpidas motivaciones de los sedicentes ‘terroristas’/mercenarios era hacerles el juego?)!
 
Y llegados al tema de las ‘redes’, resulta llamativo que nunca se ramifiquen con los terroristas de ultraderecha, los cuales siempre son ‘lobos solitarios’, o víctimas los pobrecitos de enajenación transitoria. Nada invita a pensar que se sacará algo en claro. Recordemos que los detenidos en un primer momento por los atentados de Londres de 2005 han sido ya puestos en libertad. Pero ¿y lo bien que quedan los cabezas de turco expuestos al amarillismo gacetillero para que exciten al odio racista y xenófobo?
 
Por otro lado, además nos cuentan que el explosivo fue fabricado de modo ‘artesanal’, pero que no era posible por la meticulosidad en su elaboración que lo montase el presunto autor de la masacre. Sin embargo en su casa concretan que hallaron un manual de uso de productos químicos.
 
La perplejidad aumenta cuando los matarifes del ISIS teledirigidos desde Washington -excomandante de la OTAN Wesley Clark dixit-, los mismos que carecen de escrúpulos para reconocer cualquier barbarie, dicen que no hubo ‘inmolación’ alguna de nadie en este caso. Nos venden al mismo tiempo la milonga del público enfado de Theresa May con los norteamericanos sobre filtraciones a sus media, donde aparecen según se nos quiere hacer creer restos del detonador. Sabido es que la CIA y la anglointeligencia del MI7 no están bien coordinadas, y que también los pájaros maman.
 
Se muestran incluso fotos del suicida libio portando un mochilón que a la salida de un concierto hubiese llamado la atención del vigilata más necio borracho. ¿Qué clase de seguridad había en las puertas del Manchester Arena? ¿Qué especie de tomadura de pelo es ésta? Incluso nos endosan la película de que la carga explosiva iba acompañada de tornillos, para que la metralla fuese más letal. ¿Y por eso se esperó el ‘causante’ a que ya hubiesen salido gran número de los asistentes y el radio de acción destructivo fuese menor?
 
Hay sin embargo un dato aún más inquietante. Cuatro días antes del atroz atentado el supuesto criminal había viajado a Frankfurt, escuela de los mayores expertos del mundo en ‘ingeniería social’ para inducir estados de opinión en las masas. Y eso podría abrir un tenebroso interrogante: ¿Hasta que punto están nazificadas aún las fuerzas de seguridad germanas? La detención hace unos días de un oficial que se hacía pasar por refugiado para realizar atentados debiera provocar una alarma social máxima, junto con la detección de elementos neonazis en la policía teutona.
 
El reciente ensayo y ‘best seller’ de la pensadora alemana Carolin Emcke ‘Contra el odio’, revela la clase de Europa que quiere construir el IV reich merkeliano, por la vía del expolio usurario de los Pueblos, infamia para toda humana condición. Dice la lúcida autora: «Vemos que hay conexiones entre Rusia, Estados Unidos, Holanda y Alemania. Vemos que los mismos vídeos de odio y los mismos discursos se repiten en distintos países». Y afirma la admirable y valiente escritora: «Se ha abierto la veda. Ahora la gente exhibe con orgullo su rechazo a los extranjeros. En la televisión y en la calle, el racismo ha llegado al centro de la sociedad».
 
Nos viene a la memoria el atentado de falsa bandera achacado a un chivo expiatorio retrasado mental, ejecutado por los mismos nazis en la Europa de Entreguerras, el tristemente célebre ‘incendio del Reichstag’ para demonizar y fumigar a la oposición socialista y comunista de su tiempo. El E. español tampoco puede rasgarse las vestiduras, por aquel affaire del Caso Scala, a comienzos de la mal llamada ‘transición’ o inicio del actual tardofranquismo, donde se incendió una discoteca incriminando en falso a anarquistas, muriendo inocentes a causa de cobardes perros de las cloacas de Interior -hecho reconocido por un juzgado español-,  con objeto de diabolizar al movimiento libertario mediáticamente haciéndole perder seguidores de forma masiva.
 
Aunque lo más relevante de todo es la hipótesis que esbozamos a continuación. No vayáis a pensar que las ‘performances’ sanguinarias, tan bien orquestadas, se diseñan para que los Estados de la UE traguen la imposición del emperador Trump de sufragar con un dos por ciento del PIB, como mínimo, a la alianza armamentista de la OTAN, y que ésta conceda a su capo de Washington que intervendrá en operaciones directas fuera de sus fronteras, por toda la jeta y sin resolución de la ONU alguna.
 
¿Qué podrían suponer para algunos las vidas de unos pocos niños, hijos de obreros de Manchester, al lado de los colosales beneficios de centenares de miles de millones de dólares? ¡Así se construyen las nuevas ‘democracias’ o los ‘Estados de derecho’! ¡Hay que extirpar esos peligrosos cánceres del pacifismo y la lucha por una justicia independiente!
 
Ah, disculpad, olvidamos mencionar un pequeño detalle a los entusiastas partidarios del intervencionismo militar a gran escala, por obtuso racismo o por el servilismo de asegurar el estado de los pingües negocios de cuatro avaros espabilados, a los pies de Roma o no. El hecho de que Rusia y China sean potencias nucleares con sus propios intereses estratégicos no debe inquietaros si os preparan una superproducción holywoodiense fin de fiesta. Al estar la destrucción mutua global asegurada, cuando todos estemos convertidos en fosfatina podréis ahorraros cínicos montajes y disimulos… De todas formas ya nos dará todo igual.
 
* Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza @liberacionan

 


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