Paco Campos •  Opinión •  06/03/2017

Hacia una sociología pragmatista del comportamiento

Richard Rorty (1931-2007) en Philosophical Papers I (1996) considera a la objetividad no en un plano que aislado y libre del conglomerado social pueda tener modos propicios para progresar, no. Todo lo contrario: como el esfuerzo que supone el acuerdo mayor posible de una comunidad práctica que, en el mundo de la vida habermasiano, contenta y satisface el contexto intersubjetivo de sus miembros -> a más entramado social mayor posibilidad de poner en práctica un pensamiento objetivo o, de otra manera: a más acuerdo más objetividad.

Llama la atención cada día cómo ciertas minorías de la sanción y el castigo ejemplar aparecen ante la ciudadanía como detentadores de lo correcto, objetivo, libre y verdadero. Llama la atención, y al mismo tiempo sorprende el grado de incultura y de cinismo capaz de ahogar las conciencias más elementales, individuos que viven sólo para sobrevivir, y que bastante tienen en su entorno etnocéntrico para que sus vidas progresen sin ser persuadidos por fantasmas del pasado y conductas autoritarias.

Las comunidades de individuos del Atlántico Norte afortunadamente son fruto de anteriores periodos de  instrucción e ilustración y es por ello que exhiben su capacidad crítica ante cualquier infortunio promovido por ese afán objetivo que obvia a los demás… más le valiera a esos bustos parlantes, a esos cerebros escogidos, los expertos, les llaman. Más le valiera, digo, repasar el ideario y las conductas que se desprenden de la ética de los indios Hopi, por ejemplo.

No cabe duda que en la intercomunicación, con la intersubjetividad, la acumulación de datos, ejemplos y opiniones, qué decir de la variedad de creencias, hay, con todo ello, más posibilidad de llegar a los acuerdos suficientes y más para superar los conflictos, no sólo de las interpretaciones sino de los comportamientos sociales… y en esa confluencia surgirá a brotes una nueva realidad sólo posible de análisis desde una sociología del comportamiento y desde la antropología social. La política vendría después, cuando las aguas estén llanas.


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