Colectivo Puente Madera •  Opinión •  30/01/2017

Las eléctricas y sus benefactores

 

 
La señora María y el señor José habían recibido el recibo de la luz. Boquiabiertos y escandalizados al inicio, solo tras un largo silencio, la señora María atinó a decir: José, creo en el arranque de este 2017, los consumidores pagaremos un 34% más que a inicios de 2016. Tras secarse las lágrimas, porque no veían nada claro cómo enfrentarían los próximos fríos y el resto de facturas, fue José quien sentenció: claro, es que, desde la privatización de las eléctricas, el recibo medio nos ha subido un 85%.
 
Poco a poco ya se fueron reponiendo y autoexplicándose la situación. Claro, es lógico, comentaban. Ya en los 80’, el pobrecico Felipe González, hoy abocado a la explotación de un Consejo de Gobierno de una empresa del Ibex por el bien de España, comenzó a privatizar cuanto pillaba. Luego llegó Don Jose María, otro pobre hombre que, por el bien de todos, se vio obligado a subastar España y privatizar las mejores cosas que teníamos. ¡Qué gran milagro económico nos hizo! Lo que tuvo que sufrir para conseguir para España 30.000 millones, y luego verse pagado con otro penoso puesto en otra superempresa. ¡Cuánto padecer!
 
Y claro, de aquellos polvos vienen estos lodos, porque menos mal que Zapatero tenía cerca a José Carlos Díez, ese ahora tan de moda por decir verdades como que con la renta básica habría que poner «francotiradores» contra los inmigrantes. ¿Sí? interrumpió José. Claro, el asesor económico del PSOE que aseguró que «los de Marruecos, los del Congo y los de Uganda» querrían «venir todos aquí, a tener una renta básica». ¡No me digas! ¿El mismo que ya en su día dijera que España es «un pura sangre inmune a la crisis» y afirmaba que «la burbuja inmobiliaria es un mito»? ¡El mismo! Dijo la señora María. Pues como decía, menos mal que estaba cuando Zapatero y tuvo la idea poner en marcha el llamado pool marginalista por el que el mercado mayorista eléctrico tiene un funcionamiento marginalista, lo que significa que el último tipo de energía que entra en el mercado para cubrir la demanda es el que establece el precio para todos los demás. Es decir, vamos gastando energía, y si falta de una más barata, se echa mano de otra más cara, y cuando se acaba se echa mano de otra más cara. Eso sí, al final toda, desde la primera más barata se paga igual: Al precio de la más cara.
 
Y así José y María se miraban satisfechos de vivir en un país donde sus responsables siempre piensan en los más débiles.
 
Y continuaban en sus habituales reflexiones: Es lógico que nos vayan subiendo la electricidad, ya que gozamos en nuestras empresas de una interrumpibilidad, que nos suponen un coste de 700 millones de euros que les garantiza que en caso hipotético de subida del consumo de electricidad se les corte a éstas el suministro y nos acaba repercutiendo en las compras.
 
Además, hay que agradecer que nuestros partidos gobernantes, cuyos cargos copan por decenas tras su retirada altos puestos en las grandes empresas, eviten y pongan todas las pegas del mundo al autoconsumo, y que además olviden y marginen a las renovables, ¡dónde llegaríamos de hacer caso a ecologistas e izquierdosos! El sol es para las playas, y el viento para las montañas, punto.
 
En una de sus conversaciones propias, José y María continuaban reflexionando. Debemos siempre tener presente los consumidores que el precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante, al IVA y al Impuesto de Electricidad. De ahí la importancia de que exista el ‘pool’ marginalista y que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto, permitiendo que paguemos a precio de oro el serrín del principio. ¡Bravo, bravo! Repetían.
 
No lloremos más, pensemos que los motivos de la subida han sido que hay más demanda, menos eólica, menos hidráulica, subida de los precios del carbón y del gas, que Francia no produce energía nuclear, los problemas con Argelia y el propio funcionamiento del mercado eléctrico mayorista, que es que esto es así, y mira que a nuestros presidentes les duele más que a nosotros.
 
Venga, dejémoslo ya que, llegado el caso, siempre nos podremos acercar a algún banco y ya verás cómo nos ayudan amablemente a enfrentarnos a estos problemillas. Dejémonos y que nuestra única sola preocupación sea ya para decidir si votamos al PP o al PSOE.
 
 
 
Fuente: http://colectivopuentemadera.blogspot.com.es/2017/01/las-electricas-y-sus-benefactores.html

 


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