Alvaeno Alvaeno •  Opinión •  12/12/2016

Luces, luces, estrellas…

Cómo cada año, los ayuntamientos de todos los pueblos de este país, y creo que de muchos otros, repiten el «sagrado» ritual del encendido de las luces de Navidad,  que podríamos traducir en el gasto superfluo de millones de euros, y todo para obnubilar a millones de personas…

Es sabido que la luz y la música nos producen ciertos estados eufóricos, que es, según mi opinión, lo que se pretende al colocar millones de lucecitas,  cual estrellas que brillan en el universo, en estos casos, en los universos de miles de calles, en las que brillarán estrellas, corazones, y muchos otros modelos relacionados con la paz, el amor, y la felicidad.

Todos los años escribo sobre esto, y todos los años se tiran a la basura millones de euros, y millones de kilos de comida, y todos los años me pronunció en contra de este despilfarro, aunque ya sé que no servirá de nada, porque veo que la gente cae como hipnotizada en la falsa realidad creada para estas fechas en las que nos reparten frases como paz y amor, cuando paz y amor, por desgracia, es lo que menos hay, no por nada se gastan millones de euros en montar este gran escenario en el que se ponen en escena el nacimiento de un niño, y otras artimañas creadas para que consumamos, para que derrochemos lo que, precisamente, no nos sobra, el dichoso dinero.

En estas fechas, como cada año, seremos más buenos, más humanos, y abrazaremos a amigos, hermanos, hijos, madres y padres, tíos y cuñados, suegras y suegros, yernos y nueras, y quizás también a algún excluido de esta sociedad insolidaria, egoísta, y consumista por inercia, esa que produce la propaganda, que ha sido creada para acompañar las mesas, las casas y las calles iluminadas, tan maravillosamente.

Pero no crean que soy un desencantado de la vida, la verdad es que las luces de Navidad me emocionan, y las navidades me agradan porque hay algo mágico en ellas, sí, al menos despiertan en muchas personas, el espíritu solidario y humano que hace que en estas fechas, seamos, un poco más humanos, un poco más amorosos, un poco más solidarios, y esto ya es un logro, si dejamos a un lado la parafernalia consumista.

SALV-A-E

Los que quieren vivir te saludan.


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