Iñigo Aguirre •  Opinión •  21/09/2016

Algunas reflexiones sobre las elecciones en Rusia

Algunas reflexiones sobre las elecciones en Rusia

Introducción y traducción de Íñigo Aguirre

A modo de introducción antes de pasar a traducir las declaraciones de Ziugánov, líder de los comunistas rusos, en rueda de prensa, repasemos algunos datos de los resultados oficiales.

Sobre un censo de 111 millones de electores, según los datos de la JEC habrían votado algo más de 52 millones, es decir un 47,8%. Una cifra ya de por sí sonrojante (en el 2011 la participación fue del 60,7%), pero que en realidad lo puede ser mucho más, puesto que según los datos oficiales a las 18h, a dos horas del cierre de colegios, esa cifra apenas llegaba al 33%. En el programa televisivo en directo de la noche electoral, desde la sede de la Junta Electoral, el dato de participación que aparecía en la pantalla junto con los que arrojaba el 6% del escrutinio, era del 40% (será que el 8% que faltaba, fue a votar por la noche…). Donde parece que no han maquillado las cifras de participación ha sido en las dos grandes capitales del país, Moscú y San Petersburgo, con un 35’2% y un 32’5% respectivamente. El contrapunto lo encontramos como es tradicional en las regiones del Cáucaso norte y en algunas del Volga, destacando Chechenia con un 98% y su presidente Ramzán Kadírov (Rusia Unida) con el 96% de apoyos.

En ese marco, de abstencionismo generalizado, el gobernante “Rusia Unida” se las ha ingeniado para obtener el mejor resultado histórico en número de escaños. La novedad este año era que se recuperaba el sistema mixto, donde la mitad de los escaños salen de los votos a las listas de los partidos, mientras que la otra mitad salen de los votos a los candidatos que se presentan en circunscripciones uninominales, donde como era totalmente previsible el partido oficialista ha arrasado, consiguiendo que su candidato saliese elegido en 203 de los 225 circuitos electorales. Con esas premisas no podemos extrañarnos ante la nueva composición de la Duma, donde “RU” obtiene el 76,2% de los 450 asientos, con 343 escaños (105 más que en las anteriores), el Partido Comunista, como segunda fuerza más votada con apenas el 9,3% de los asientos, con 42 escaños (pierde 50), seguido de cerca por el partido de Zhirinovski con sus 39 escaños (pierde 17) y de “Rusia Justa” con 23 escaños (pierde 41).

Según los votos obtenidos por las listas de los partidos, el resultado sería el siguiente:

Rusia Unida: 54,18% (28.271 600 votos)

PCFR: 13,35% (6.966 146 votos)

PLDR: 13,16% (6. 869 802 votos)

Rusia Justa: 6,21% 83. 242 284 votos)

El resto de los 14 partidos admitidos en la contienda electoral no ha alcanzado el mínimo exigido del 5% de los sufragios para obtener representación en la Duma, ni el 3% que te da derecho a financiación pública.

 

 Como quinta fuerza aparece el partido “Comunistas de Rusia” con un 2,28% y 1. 187 220 votos, que no deja de ser una nueva criatura diseñada en los despachos del Kremlin, sin militancia real, ni implantación, ni una mínima estructura partidaria, pero con los bolsillos llenos y una más que generosa cuota de pantalla. Resumiendo una nueva versión de los partidos que se saca de la chistera regularmente el poder para arañar votos al PCFR en cada campaña. Lo triste es constatar que siempre les ha dado resultado. En ese mismo paquete de partidos trampa, dirigidos al electorado tradicional comunista hay que añadir al Partido de los Pensionistas de Rusia por la Justicia, que han ocupado el séptimo lugar con el 1,74% de los votos, “Rodina (Patria)” (el mismo que en el 2003 se comiese la mitad del electorado comunista) con un 1’50% y “Patriotas de Rusia”.

Capítulo aparte merecerían los partidos ultraliberales prooccidentales, que pretenden presentar en nuestros medios como alternativa real de gobierno. Ahí entrarían:

Yabloko con un 1’99% (aunque un 9% en Moscú), Partido de Crecimiento, con un 1’29%, los “Verdes” con un 0,76%, PARNAS del ex primer ministro Kasianov con un 0’73% y Plataforma Cívica con el 0,22%.

Si fuera Soros, o el Departamento de Estado me preocuparía estar tirando a la basura tanto dinero.

Hace año y medio cuando el gobierno aprobó el adelanto electoral en 2 meses (las elecciones hubiera correspondido celebrarlas en diciembre), el PCFR ya denunció que el gobierno estaba buscando rebajar todo lo posible la participación para garantizarse que esa pérdida previsible de apoyos no se tradujese en un menor número de diputados. Lo que no acabé de entender es que no criticasen con la misma fuerza la reforma de la ley electoral que introducía las circunscripciones uninominales, cuando estaba claro que era allí donde el partido oficialista iba a aplicar todo el rodillo administrativo para obtener la mayoría absoluta, como así ha sido.

Como viene siendo habitual para cualquiera que haya seguido el desarrollo de las convocatorias electorales rusas todos estos años, ya están empezando a salir a la luz todas las denuncias por fraude y relleno de urnas en multitud de colegios. Tampoco podían faltar los famosos votantes “karuselschiki”, a los que llevan en bus por varios colegios votando varias veces (por Rusia Unida, se entiende), gracias a sus cédulas que les dan derecho a votar fuera del colegio que les correspondería por el censo.

Luego están las denuncias de candidatos del PCFR que se presentaban a algunas de esas circunscripciones, donde demuestran fenómenos paranormales tan raritos, como que en un mismo colegio en una urna adelante en votos al candidato oficialista o vaya a la par y en otra urna obtenga 0 votos por 300 su contrincante…Todo un desafío matemático.

Y ya que hablamos de matemáticas, la conclusión a la que han llegado los matemáticos que han analizado los primeros resultados de la estadística oficial, es que las cifras han sido falsificadas, alteradas sustancialmente. Este sería el gráfico que lo demuestra:

 

Declaraciones de Ziugánov en su comparecencia ante los medios

La situación en el mundo y en el país es de crisis, es algo que todos saben. En ese escenario, el presidente Putin tenía dos caminos: o encaminar a “Rusia Unida” a la que representa, a un diálogo constructivo, o continuar con la misma política, que nos ha conducido a esta situación de crisis. Considero que la elección que se ha hecho es la equivocada, no ha habido un diálogo auténtico, ni un mínimo de debates normales. Rusia Unida no le ha presentado a la sociedad, ni programa, ni un paquete de leyes, con la que está obligada a concurrir a las elecciones: En lugar de debates reales han organizado una versión del Club de la Comedia. Ahí tienes 30 segundos o dos minutos para que nos cuente cómo va a resolver los problemas de la seguridad  nacional o del desarrollo del sector agrario.

Les quiero recordar cuál fue el coste de las pasadas elecciones. Entonces también venció “Rusia Unida” sin presentar al país un programa de desarrollo. En el 2012 los tiempos de crecimiento del PIB eran del 3%. En estos 5 años, Rusia Unida los ha dejado en un menos 4%. Nunca en el mundo, un partido que hubiese hundido la economía 7 puntos, había ganado unas elecciones. Eso implica que el país ha dejado de ganar casi 90 billones de rublos del PIB. Eso significa que el presupuesto complementario podría comprender 35 billones o dos de los actuales presupuestos.

En lugar de eso han lanzado una importante operación de embobamiento de la población y de fabricación del resultado necesario. Consideramos que esto es algo indigno desde cualquier punto de vista. Empezando por la preparación de la sexta redacción de la legislación electoral y terminando por ese interminable estrujamiento de los resultados, que continúa produciéndose hoy en día.

Consideramos que la situación se presenta mucho más dramática de lo que nuestros oponentes lo quieren ver. No puede haber ni favoritos ni vencedores en ese escenario de un pueblo humillado, cuando dos terceras partes han renunciado a acudir a votar. Hemos llevado a cabo un recuento paralelo. A las 18h en el mejor de los casos había votado un tercio de los electores. Pero a la mañana siguiente a esa cifra le habían añadido complementariamente 6-7 millones de presuntos votantes. Cualquiera que siguiese con un mínimo de atención, cómo iban variando las cifras que ofrecían, debió haber visto, que solo aumentaban los votos de “Rusia Unida” El del resto iba menguando. Eso solo ha podido ser resultado de haber arrojado a las urnas millones de papeletas con un mismo partido marcado. En caso contrario esa aritmética que nos mostraban en el panel de la JEC, hubiera sido imposible.

Desde el punto de vista de la campaña electoral nos hemos vuelto a zambullir de lleno en los 90. No recuerdo en todo este tiempo haber visto una campaña tan sucia y repulsiva como está.

Es algo trágico y lamentable, pero es ya un hecho consumado. Desde mi punto de vista no solo “Rusia Unida” ha rebasado todos los límites. Los dirigentes del país deben compartir la responsabilidad por todas estas infracciones, o mejor dicho, crímenes ante la nación. En los próximos dos o tres meses muchas cosas quedarán claras.

Todos esos 14 partidos fueron creados con un solo objetivo: los han horneado en la administración de la presidencia, desde donde les han financiado. ¿De dónde si no iban a sacar, por poner un ejemplo, los denominados “Comunistas de Rusia” de Suraikin todo ese dinero? Para que te emitan un vídeo de 30 segundos en la primera cadena hay que tener en el bolsillo un millón ochocientos mil rublos. Y ellos no tienen ni militancia, ni cuadros, nada. Es evidente que se ha contratado un servicio para poner en práctica esa idea. He visto entre los candidatos del Paridos de los Pensionistas, gente que estaba lejos de poder jubilarse. Pero por algo han creado esos falsos partidos de jubilados y pseudocomunistas. En las elecciones se nos han comido un 5,5%: Los han creado únicamente para intentar arrebatarnos votos. Y en lo que respecta al cuadro general, la situación es a mí entender chirriante. Ahora nos tocara oír como “Rusia Unida” canta a los cuatro vientos su victoria, aunque no ha habido ninguna victoria. Es una absoluta derrota para el país, para la nación. Pensaba que tras las marchas del “regimiento inmortal”, donde los vivos y los muertos desfilaron juntos, defendiendo Nuestra gran Victoria en la Guerra Patria, la dignidad del país, que tras el regreso de Crimea y Sebastopol, bastaría la suficiente inteligencia y valentía de llevar a cabo unos elecciones normales y unos debates auténticos.

No se han compadecido ni de la popularidad del presidente. Cuando los “rusiaunidos” vieron que todo se les desmoronaba, decidieron urgentemente abrazarse al presidente, aunque su rating fuese el doble que el de “Rusia Unida”. El presidente debe serlo de todos, no solo de “Rusia Unida”.

Por cierto que ninguno de los que han tomado parte en los debates ha intervenido desde posiciones antisoviéticas. Incluso hasta la quinta columna ha entendido que los ciudadanos tienen en alta estima la época soviética. Yo escribí dos cartas abiertas dirigidas a los ciudadanos del país y al presidente, donde explicaba que el antisovietismo, la rusofobia y el nacionalismo habían destruido la URSS, arruinado a Ucrania y aupado al poder a los nazis y banderofascistas. Debemos hacer todo lo posible para que eso no se repita en Rusia. Y he de constatar que hasta los más furibundos antisoviéticos han preferido obviar el tema en los debates. Considero que lo que ha sembrado nuestro partido, todo lo bueno, eterno y razonable, brotará sin falta, pese a todas las manipulaciones.

En general consideramos, que el partido gobernante está destruyendo la estabilidad y sigue dividiendo a la sociedad. Hoy los millonarios y multimillonarios en dólares se han hecho ya con el 90% de la riqueza nacional. Al resto nos queda el 10%. Y esa brecha, estas elecciones no hacen más que ahondarla.

Es esta una señal muy alarmante y amenazadora. Y si tenemos en cuenta que en el 98 (cuando la bancarrota) no había sanciones, ni una Ucrania en llamas con sus banderistas y agentes de la CIA, ni un Próximo Oriente, donde la paz queda muy lejos…Debemos hacer todo lo posible para que en el interior del país haya paz y una nueva política. Y esta vez, el partido de gobierno, con tal de exprimir el resultado deseado, ha dejado pasar la preciada oportunidad que se perfilaba de consolidar la sociedad. Al contrario la sigue destruyendo, lo que encierra un gran peligro para todos, incluyendo la autoridad del presidente.  No quiera dios que vacile en el tema de las islas Kuriles o del Donbás, porque entonces todo se vendría abajo mucho más rápido que con Yeltsin y Gorbachov juntos.

Fuentes: http://www.sovross.ru/articles/1457/26797

             https://kprf.ru/party-live/cknews/158969.html


Opinión /