¿Otro tamayazo en clave egipcia?

«¡(…) sal de tu inmovilidad, para que tus miembros no se pudran!» Libro de los Muertos. Cap. XXXIX. Para impedir la descomposición del cuerpo en el mundo inferior.

Milenios antes que algunos politicastros se catapultasen mediante ‘puertas giratorias’ para burlarnos en su simulacro de servicio al bien común, al encontrarse ante el trance supremo de la muerte ya en el Antiguo Egipto creyeron hallar una salida: la Puerta Falsa. Ese ficticio umbral con el mundo de ultratumba consistía en un solo bloque de piedra, junto al fiambre disecado, con bajorrelieves esculpidos. Carecía de bisagras y no abría o cerraba nada. Se trataba de crear la ilusión del tránsito. Por ello se cincelaba o pintaba una mesa de ofrendas. Al exquisito cadáver mirlado no debía faltarle de nada en la otra vida.

En la esclerosis de la Partidocracia los embalsamadores jefes de las camarillas de las formaciones políticas subvencionadas, desde aquella pseudotransición sin ruptura democrática verdadera, no sufren lo más mínimo por la mezquina industria  de la muerte en expansión de los suicidas o enfermos dependientes extintos, o por los cadáveres emigrantes al más allá de la subexplotación lejos de su tierra, todos víctimas de la inducida ‘crisis’ eternizada. El faraón de El Pardo dejó «atado y bien atado» a todo inescrupuloso representante del cuerpo social por las vendas no de lino, sino de los jugosos emolumentos mensuales, dietas y pensiones de lujo, para no privarse de selectos restaurantes en las habituales comilonas de trabajo de los sumos sacerdotes de la oligarquía actual. Ante todo el reservita va, la mariscada viene, en medio de la amoralidad y el hastío social reinantes.

Impuesta por la propaganda, cual si se tratase de un dogma de fe, en la ficción de una democracia – orgánica – no hay que despojarse nunca de las máscaras mortuorias, macabra vivificación de la libertad política ciudadana fumigada. Los diestros evisceradores de los poderes legislativo y judicial mantendrán en suspenso la putrefacción, de parte de la judicatura, de la fiscalía ‘afinada’… o de la afanada democracia con el cinismo de sus tropelías. La mayoría de los pardillos contribuyentes, los que no evaden a paraísos fiscales, seguirán cebando a los gerifaltes casi exentos de impuestos por la real jeta. No nos quedará más remedio que sufrir la asfixia del IVA. Algunos incluso parecerán apoquinar con la egipcia devoción de los que sufragaban los ungüentos y perfumes de los difuntos.

Cuando hay empate entre diferentes partidos-órganos del Estado, en liza por el pesebre, se denomina Tamayazo al acto por el cual unos cuantos diputados lábiles se ausentan -o abstienen, que para el resultado viene a ser lo mismo-, y así, como por una infeliz casualidad y con algunos aspavientos mediáticos, permiten la investidura del jefe de filas de la otra ‘Famiglia’ de la Monarquía de partidos. De esa manera infame se hizo con el poder la marquesa Aguirre en Madrid, y ya no se bajaría de la presidencia capitalina del Estado en casi una década.

La abstención de todos o algunos palmeros del corifeo Pedro Sánchez, para entronizar al partido de Génova 13, vórtice de innumerables escándalos de corrupción, les dejaría a la altura de una cloaca en sucesivos comicios. Por descontado sus redes clientelares quedarían señaladas como cómplices de agudizar la Depresión que sufrimos, y la caída en barrena de la PSOE a beneficio de Podemos se volvería imparable, por mucho que amplificasen los de Ferraz su campaña de diabolización contra los morados.

Algunos barones sociatas pretenden al parecer ahormar con descaro la amalgama de sus votantes, para en la próxima bajada de pantalones, al estilo de la mohosa ‘santa desvergüenza’ escrivariana, impulsar por la Puerta Falsa  la investidura del exjefe de Bárcenas. Sin figurarse siquiera aquéllos, por sus claudicaciones neoliberales e intelectuales cobardías, hasta que punto el hartazgo de los Pueblos peninsulares cada vez más los percibe como momias.

* A-Hakam Morilla Rodríguez, coordinador nacional de Liberación Andaluza.