Vivian Andrea Ruiz •  Opinión •  02/02/2017

Colombia: FARC: ¡Hay que dar un salto a una convergencia!

Entrevista a Bairon Yepes, comandante del Estado Mayor del Bloque Oriental “Jorge Briceño”.
 La sociedad y la política están excesivamente aisladas y divididas respectivamente en el país. Los últimos gestos de natural correspondencia, como la de los funcionarios de la ONU bailando con guerrilleros o la foto en la que están combatientes de las FARC con combatientes del Ejército Nacional, han sido utilizados por grupos políticos y medios de comunicación masivos opositores al proceso con la finalidad de provocar confusión e indignación e ir contra del sentido común de una posible reconciliación nacional.

Mientras ocurría esto habité un par de días en la zona de reagrupamiento del Bloque Oriental “Jorge Briceño” de las FARC en el Oriente del país, con el intenso sol del llano y el pescado, las caletas impecables -¡ahora hay mamás también!-, partidos de micro, actividades de siembra, visitas de familiares, besos, rancho, menajes, café, leña para cortar. En medio de todo esto tuve la posibilidad de charlar con varios combatientes sobre sus expectativas de vida y me encontré con la sorpresa de escuchar mayormente manifestaciones claras de continuar pensándose un futuro en lo colectivo muy pronto, sin las armas, y no en salir solos para sus casas y desertar.

La disposición de arriesgar la vida por ciertas convicciones en medio de la guerra parece ser la misma actitud osada de los integrantes de las FARC para la paz. Me hicieron entender los riesgos que corren sus vidas sin las armas.

Bairon Yepes hace parte del Estado Mayor del Bloque Oriental “Jorge Briceño” de las FARC e inició su vida guerrillera aproximadamente a los 23 años, estuvo comandando en la época más difícil de guerra en la región y fue muy cercano al Mono Jojoy.

Accedió hablar sobre su vida en la guerra, su vida en la paz, las tantas trabas del Gobierno que ocurren actualmente con las posibles zonas veredales, y sobre el futuro proyecto político de las FARC sin armas.

—Mi nombre es Bairon Yepes, comandante del Bloque Oriental “Jorge Briceño”.

—Existen inquietudes de las que quiero preguntarle, en relación a la implementación, pero también me parece importante contextualizar lo que ha sido este Bloque y saber acerca de su papel y las vivencias y dificultades por la que usted pasó durante la guerra. Cuénteme lo que sucedió con el Plan Patriota en el Meta….

—El Plan Patriota en el Frente 27, fue una operación grandísima. Fue muy duro, se trató de una invasión de tropa enemiga. Prácticamente todos los días había combates, había plomo, como decimos nosotros, morían soldados y guerrilleros diariamente, mientras, coincidencialmente, entraba al mismo tiempo el paramilitarismo a la zona y los líderes de las organizaciones políticas y sociales campesinas empezaron a ser asesinados, destruyendo totalmente las organizaciones sociales existentes. Unos terminaron huyendo, otros muertos y otros en la cárcel. Las organizaciones quedaron acéfalas.

—¿Qué organizaciones fueron desaparecidas en ese momento?

—La Unión Patriótica la exterminaron, los líderes de juntas comunales y agremiaciones de productores, todas desterradas, asesinadas y encarceladas.

—¿Cuándo se conforma el Bloque Oriental y cuándo usted entra a la guerrilla y por qué?

—El Bloque Oriental fue creado si mal no recuerdo en el 1986, el primer comandante fue el camarada Timo, y yo entré algo antes al Frente 14 en el Caguán como combatiente.

—¿A qué edad entró a las FARC?

—Yo entré como a los 23 años.

—¿Por qué la decisión de entrar a las FARC?

—Yo venía de la ciudad militando en la Juventud Comunista desde el colegio, y con los compañeros empezamos a ver cómo estaban matando gente. Para ese momento estaban iniciándose las conversaciones del gobierno de Belisario con las FARC, pero acababa de salir Turbay, un gobierno donde hubo mucha represión, torturas y una cantidad grande de desaparecidos en las ciudades. Cuando yo entré, mi comandante del Frente 14 era el Mono Jojoy.

—¿Qué me puede contar del comandante Mono Jojoy?

—Fue un líder militar y político, noble y muy humano.

—Usted estuvo en la cárcel. Cuénteme por qué llego allí y qué paso adentro.

—A mí me capturaron en el centro de Bogotá. Me mandaron a una misión para trabajar en la red urbana, parece ser que me delataron y terminé en la Modelo.

—¿A qué se dedicó mientras estuvo preso?

—En la cárcel habíamos 270 guerrilleros en ese momento y éramos una fuerza política importante. Yo me dediqué a la organización. Me encargaba de coordinar y dar la pelea por varias reivindicaciones, hacer consensos fue bien importante porque logramos abolir las rejas de las celdas, no se permitía ninguna actitud de irrespeto. Muchos presos sociales se unieron y se sentían protegidos, porque con nosotros nadie los extorsionaba ni los robaban. Se logró cierto nivel de dignidad para todos, se sentían protegidos.

—¿Por qué salió de la cárcel?

—Estuve tres años y medio. Salí de la cárcel por vencimiento de términos. Yo regresé de una vez al monte porque tenía libertad condicional y a los tres días ya tenía otra orden de captura.

—¿Al salir qué pasó?

—Los primeros años estuve en el Frente 14, después me trasladaron para el Sexto Frente, en el Cauca, y allí estuve un tiempo en el Secretariado, luego regrese donde el Mono Jojoy. El Mono me envió después a Bogotá al Antonio Nariño.

—¿Qué frentes ha comandado usted?

—Fui comandante del 51, del Abelardo Romero y en el 27, y ahora estoy en la dirección del Estado Mayor de todo el Bloque del Oriente de Colombia.

—¿Qué cree que tuvo que ver en su nombramiento como comandante?

—Uno supone que por el trabajo. Por supuesto que aquí nada es por recomendación.

—¿Qué hace un combatiente para llegar a ocupar un cargo de responsabilidad importante dentro de las FARC? ¿Cómo llegó usted?

—El cumplimiento de las misiones y tareas. Ellos se van dando cuenta las calidades que uno tiene, así es que funcionamos nosotros. No es por influencia, uno manda a la tropa a un guerrillero, si la tarea la hace bien se van destacando. Es por el trabajo de cada uno.

—¿Cómo usted ve la actividad política legal para ocupar cargos de liderazgo?

—En la actividad legal hay mucho muñequeo, aquí no hay eso, entre nosotros no hay eso, por eso vamos a aplicar nuestra forma de hacer política que será diferente a todo lo vivido antes en la política legal.

—¿Cuantas zonas de reagrupamiento existen actualmente?

—El Bloque “Jorge Briceño” en preagrupamiento se encuentra en el Oriente. De allí existen los campamentos de Mesetas, Vista Hermosa, Icononzo, Yarí, Guaviare y Sur del Meta.

—¿En particular qué es lo que está pasando con el Bloque “Jorge Briceño” con respecto a lo que se viene en las zonas de implementación?

—Muy complicado porque el Gobierno no cumple, todo es una pelea, no cumple acuerdos, los echan para atrás y los desconocen todo el tiempo.

—Hábleme en lo particular del preagrupamiento de Vista Hermosa, para las zonas veredales…

—Aún no nos hemos puesto de acuerdo con el Gobierno sobre la zona donde nos vamos a ubicar. El Gobierno pretende ubicarnos en una zona que no nos conviene. Hay un acuerdo de un área de 21,5 kilómetros cuadrados y dentro de esa área nosotros podemos escoger dónde nos podemos ubicar, de acuerdo a nuestra conveniencia militar porque todavía estamos en armas y tenemos que prevenir, y desde el punto de vista logístico, el agua no es apta, en la medida que avanza el verano pues se pone más deteriorada.

Lo que uno observa es que las cosas están funcionando a través de todo su engranaje politiquero que tiene el Gobierno en las regiones, su tradicional cacicazgo, posiblemente hay detrás contratos e intereses particulares por amigos del Gobierno.

Nos quiere imponer un punto dentro del perímetro inadecuado del que nosotros sí sabemos en qué estado se encuentra, porque nosotros sí conocemos el terreno, sabemos perfectamente que no nos conviene, sabemos que en invierno es un terreno fangoso y pueden proliferar insectos que generan enfermedades.

—¿Qué pasa mientras tanto?

—¡Estamos en la pelea! Vamos a ver, lo que pasa es que el Gobierno está publicitando lo que no es. Estamos en la pelea, vamos a ver qué pasa, ellos hicieron un contrato y no nos avisaron, no nos consultaron ¡y somos nosotros los que vamos a vivir ahí!

—¿Qué pasa con las otras zonas de agrupamiento del Bloque Oriental?

—Todas estamos en casi lo mismo, en varias zonas han cambiado los puntos que habíamos escogido, sin contar con nosotros, a pesar de que esto sea un acuerdo entre dos partes.

—¿Usted qué piensa de la voluntad política del gobierno de Santos frente a la dejación de armas?

—Aparentemente tienen voluntad pero en el terreno concreto todo el tiempo ponen trabas. Entonces una cosa se contradice con la otra, si hubiera esa voluntad que se expresa públicamente, debería aplicarse en la implementación de las cosas en concreto.

—¿Qué está pasando con las garantías de seguridad de los líderes sociales de las regiones?

—En los acuerdos tenemos todas las herramientas para pelearle al Gobierno que cumpla con lo que se comprometió de erradicar el paramilitarismo. Ahora uno entiende que no es un problema que se pueda solucionar de la noche a la mañana, necesita tiempo también, pero lo que se está viendo es que en vez de contraerse el fenómeno se está es expandiendo.

No sé si ellos se vayan a desmovilizar, porque ellos son un apéndice del Estado, pero entonces el Gobierno tiene el compromiso de combatirlos, el problema es del Gobierno, no de nosotros, el problema de nosotros es verificar que ese acuerdo se cumpla.

—¿Cómo ve hacia futuro la lucha política legal, cómo aminorar los odios y seducir a la opinión pública?

—Primero es unir la mayor cantidad de opiniones y voluntades que se pueda, que estén de acuerdo con los acuerdos, y que se logre un acuerdo para el gobierno siguiente, lo que se denomina un gobierno de transición que garantice que los acuerdos tengan continuidad. Tiene que ser un Gobierno con una visión muy amplia. ¡El Gobierno que viene es importante!

—¿Qué otras cosas?

—El tema de la unidad es importante, la paz es el elemento para unir, recoger, congregar todos esos sectores que están a favor de la paz. Es una extraordinaria bandera que hay ahora para todo el mundo.

—Si en la contienda política ya se ven candidatos como Vargas Lleras, que no está muy de acuerdo con el proceso…

—Ese gobierno transicional se pone en riesgo con los candidatos de derecha que están. Hay que hacer un consenso de todos los sectores populares y progresistas amantes de la paz, un Gobierno que se comprometa con los acuerdos y su implementación.

—¿Usted cree que hay un candidato que pueda darle la pelea a esos otros candidatos? ¿Y con tan poco tiempo?

—Pues esa es la realidad, hay que buscarlo, queda año y medio.

—¿Qué pueden hacer las FARC para crear unidad desde acá?

—¡Hay que dar un salto a una convergencia! Hay que buscar un mecanismo que concite la opinión y la voluntad de todos esos sectores que están de acuerdo con la paz, muchos más sectores que le den la pelea al uribismo. Eso debemos hacer, ¡este momento lo exige! Que se depongan los egos, lo importante es el futuro de los acuerdos. Que quién es el candidato, no tengo la menor idea. Hay que esperar, hay que esperar que estos procesos se vayan decantando poco a poco.

Estos acuerdos son como la foto, un momento concreto de lucha de clases en Colombia. Si hubiera habido una correlación de fuerzas más grande a favor de la paz, los acuerdos hubieran sido más avanzados, pero como la gente no se movilizó lo suficiente, pues lo que se logró en la mesa fue mucho. Si hubiera habido una gran movilización de los sectores sociales y populares hubiéramos conseguido más cosas en este proceso.

—¿Cómo será la lucha política de las FARC en la legalidad?

—Hay que esperar lo que diga nuestro congreso, con una línea política y unas propuestas. Sabemos que va a ser un partido diferente. Hay que diferenciar la cosa, porque una cosa es un partido que tiene un programa definido, unos estatutos y una concepción ideológica, y otra cosa es un movimiento político que es un grupo de organizaciones que se ponen de acuerdo en torno a un objetivo, pero ese movimiento político no tiene una definición ideológica clara, puede haber de varias tendencias ideológicas.

El partido nuestro es otra cosa, es el Partido Comunista, dejará de ser clandestino y se volverá legal, definirá unas líneas de acción: de tácticas y estrategias por supuesto, y hay unas comisiones encargadas del Estado Mayor Central y el Secretariado, todo va en dirección a cumplir las tareas que nos correspondan y donde sea.

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/02/01/colombia-farc-hay-que-dar-un-salto-a-una-convergencia/

 


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