Lázaro Fariñas •  Opinión •  12/12/2016

Cuba y Miami ante la muerte de Fidel

Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce –MartianosHermesCubainformación.- Según publicó El Nuevo Herald y según las imágenes transmitidas por la televisión local, en una calle de Miami se reunieron, este miércoles, cientos de personas para celebrar la muerte de Fidel Castro.  Si tenemos en cuenta que en Miami residen cerca de un millón de cubanos y cubanoamericanos, la reunión fue un ridículo fracaso para los «combatientes verticales» que la convocaron.  Cualquiera que quiera reírse de estos elementos anticubanos de esta ciudad sacaría a relucir aquello de mucho ruido y pocas nueces. Hay que tener en cuenta que de los cientos de persona que menciona el periódico miamense que acudieron al lugar, decenas y decenas de ellos eran latinoamericanos que viven y trabajan aquí y que acudieron al lugar para congraciarse solidariamente con los anticastristas locales.

El acto fue realizado frente a un monumento que conmemora una derrota, la de Playa Girón, y desde una tribuna levantada frente al mismo, desfilaron los llamados líderes del Exilio para arengar a la lucha al puñado de asistentes que apenas le hacían caso a lo que estos decían en sus mediocres discursos.

Mientras en Miami se realizaba esa pequeña pachanga, millones de cubanos se aglomeraban, con lágrimas en los ojos, en las calles de los pueblos y ciudades por donde transitaba la caravana que llevaba las cenizas del líder cubano.  Incluso, se veían cubanos parados a la orilla de la Carretera Central, en pleno campo, para darle una última despedida.

En La Plaza de la Revolución se llevó el acto central y las imágenes que se vieron por la televisión fueron impresionantes. Cientos de miles, quizás un millón de cubanos, se reunieron allí para darle un último adiós a Fidel y para oír los discursos de mandatarios mundiales que acudieron para homenajearlo.

Lo que ha estado ocurriendo en Cuba ante el fallecimiento del líder de la revolución cubana ha sido algo bien impactante, multitudes de ciudadanos llorando como si se le hubiera muerto un familiar cercano. El silencio y la tristeza se ha apoderado de aquel pueblo bullicioso y ha brindado al mundo una imagen de dolor por la pérdida de alguien que durante más de seis décadas ha estado presente en sus vidas. En 1953, Fidel atacó el Cuartel Moncada y fracasó, pero desembarcó en el yate Granma en 1956 y triunfó, sin embargo, desde el mismo día de su inicial fracaso, se convirtió en un referente nacional.

Les guste o les disguste a los cubanos, tanto en los millones de simpatizantes, como en los cientos de enemigos, Fidel ha estado presente durante todos estos años, pero no solamente ha sido en Cuba en donde ha estado presente su figura, sino que se desbordó de las fronteras cubanas y ha llegado a tener una posición preponderante dentro de los más grandes líderes mundiales.  Nadie puede negar que a Fidel Castro lo conocen en todos los lugares del planeta, una figura internacionalmente reconocida y en la mayor parte, admirada.

El contraste de lo que ha ocurrido en Miami desde el viernes pasado cuando se supo de la muerte de Fidel, con lo que ha estado ocurriendo en toda la isla de Cuba desde ese día, demuestra hasta la saciedad que Fidel Castro es amado y admirado por una inmensa cantidad más de cubanos que aquella que lo odia.

Discrepo con el presidente del Ecuador Rafael Correa cuando mencionó en su discurso en La Habana la existencia de una supuesta Cuba del Norte.  Aquí hay cubanos que vivimos en el norte, como hay dominicanos, salvadoreños, ecuatorianos etc., que aquí también viven y trabajan, pero Cuba está y siempre ha estado a noventa millas al sur de Cayo Hueso. Esa llamada república cubana de Miami no es más ni menos que una comunidad de cubanos que vive fuera de Cuba, como no existe una República Dominicana en Nueva York, ni un Salvador en Los Ángeles. No todos los cubanos que aquí vivimos tenemos el corazón lleno de odio contra nuestro país, no todos le desean el mal que cientos de ellos sí le desean. Esos son los cientos que fueron a la ridícula concentración frente al monumento a una derrota que se erige en una calle de Miami.

A Fidel lo despide todo un pueblo entristecido y en Miami, solo un puñado de sus compatriotas salió a las calles a alegrarse de su fallecimiento, los que no tuvieron el valor de enfrentarlo y derrotarlo en Cuba, se tuvieron que conformar con salir a las calles de esta ciudad extranjera a celebrar su propia derrota.

*Lázaro Fariñas periodista cubano residente en los EE.UU.


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