Coordinadora Ecoloxista d'Asturies •  Opinión •  11/11/2022

Con motivo del 20 aniversario de la tragedia del Prestige, tenemos recordar que contaminar el mar sale barato

Con motivo del 20 aniversario de la tragedia del Prestige, tenemos recordar que contaminar el mar sale barato

En el momento del hundimiento y días posteriores noviembre del 2022, el buque derramó unas 63.000 toneladas de crudo. En Asturias llegaron las mareas negras en diciembre, continuando en cantidad de casos hasta el verano del 2004. Era frecuente la imagen de bañistas que compartían espacio con los operarios que limpiaban la arena de las “galletas” de fuel que llegaron a entrar con notable intensidad en concejos como Carreño, Villaviciosa, Colunga o Ribadesella.

Un ejemplo del fuerte impacto que tuvo en Asturias en la flora y fauna, fue el impacto grave sobre las aves marinas del que una parte se pudo contabilizar, se recogieron 2767 aves, de las que 1523 aparecieron muertas, gran parte de las vivas murieron a pesar de los esfuerzos de los voluntarios para salvarlas, solo se consiguieron salvar un 10% de las aves afectadas que se habían recogidas vivas. Hay que recordar que algunos trabajos de seguimiento comprobaron cómo 5 años después las gaviotas tenían daños en órganos vitales, como el hígado y los riñones. Y las crías de estas gaviotas, nacidas un año después del vertido, presentaron una alta concentración de hidrocarburos en sangre. Esto indica que el petróleo se mantiene en la cadena alimenticia.

El 30 de septiembre de 2004 acabaron oficialmente los trabajos de limpieza de la costa asturiana, a pesar de que seguían muchísimos pedreros y playas no turísticas contaminadas, que nunca se limpiaron. Solo se esmeraron en las playas más turísticas. Hubo muchos pedreros que nunca se limpiaron a pesar que desde la Coordinadora Ecoloxista lo reclamamos en reiteradas ocasiones.

Después de 20 años hemos visto, tras lo sucedido en este y otros vertidos mas pequeños en Asturias, que seguimos improvisando con estas catástrofes, que no tenemos la infraestructura adecuada para atenderlas, ni técnica ni material.

– Al final nadie es responsable de las catástrofes.

– No hay operativo ni un solo plan de contingencia para evitar este tipo de accidentes.

– Nada se sabe del impacto real en los fondos marinos y sus consecuencias. Hay que recordar que no se valora la bioacumulación de los compuestos que están presentes en el fuel en los seres marinos, que luego acaban en nuestra dieta.

– Los petroleros monocasco siguieron circulando, a pesar de los acuerdos internacionales, con banderas de conveniencia por lo que es imposible exigir todas las responsabilidades y verificaciones.

Tenemos que recordar que no fue ni la primera catástrofe, ni será última porque estamos sumidos en un sistema económico cuya esencia se basa en el creciente consumo y el continuo despilfarro de recursos no renovables, como es el caso del petróleo y sus derivados. Estamos a merced de los intereses de las multinacionales petroleras que no sólo transgreden el derecho marítimo sino que llegan a imponer sus intereses y decisiones.

El mar y sus recursos constituyen un bien no renovable que, en el caso de Asturias, padece graves problemas de contaminación derivado de las múltiples instalaciones industriales presentes en todo el territorio, junto a sistemas de depuración de las aguas de nuestras poblaciones deficientes o inexistentes que acaba todo ello el mar.


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