Partido Comunista de España •  Opinión •  01/01/2019

PCE: «Solidaridad con el levantamiento popular en Sudán: ¡basta de represión!»

PCE: «Solidaridad con el levantamiento popular en Sudán: ¡basta de represión!»

Acusado por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidio en Darfur, el poder de Al-Bashir se ha deteriorado desde que, en 2011 y tras una larga guerra civil, el país se dividiera en dos y el nuevo país surgido de la partición, Sudán del Sur, se quedase con dos tercios de los yacimientos de petróleo, atrayendo así la atención de las potencias internacionales y regionales. A los conflictos armados y la represión, se añade una crisis económica que, siguiendo los dictados del FMI, está conduciendo a Sudán a la bancarrota. Con una inflación de más del 70 por ciento, y grandes dificultades para que los sudaneses puedan comprar alimentos, medicinas y gasolina, e incluso para que los trabajadores puedan cobrar sus salarios, la población ha llegado al límite de su resistencia. Las protestas masivas en Sudán son una consecuencia de la crisis económica, que ha incrementado los precios, y por las imposiciones del FMI tienen una evidente dimensión política.   

Desde el 15 de diciembre se han sucedido manifestaciones obreras, de estudiantes, funcionarias públicas, mujeres y jóvenes, extendiéndose por todo el territorio sudanés, especialmente en la capital, Jartum, convirtiendo estas protestas en un levantamiento popular contra treinta años años de régimen del Partido del Congreso Nacional, NCP, y a la oposición del gobierno (una coalición de varios partidos, entre ellos, el Partido Nacional Umma, el Partido Comunista, el Partido del Congreso Sudanés y el Partido Socialista Baath) en su principal enemigo. 

La crisis que asola al país abre la perspectiva del desmantelamiento del régimen para introducir una alternativa popular y democrática. En las calles se grita contra la corrupción de Al-Bashir, se reclama «libertad» y se afirma que «el pueblo quiere derribar el régimen». Ante esa posibilidad, los países del golfo Pérsico buscan asegurar su hegemonía influyendo en este momento de inestabilidad política, porque, para ellos, Sudán tiene una gran importancia estratégica, con una extensa costa sobre el Mar Rojo, percibida como una puerta del mundo árabe hacia África. Además, la estrecha cooperación de Sudán con Turquía en la reconstrucción de la isla de Suakin, no ha sido del agrado de los Emiratos Árabes y de Arabia Saudí, que tienen interés (como Qatar e Irán) en utilizar el espacio aéreo sudanés en la guerra de Yemen, tal y como hace Emiratos Árabes en Eritrea.  

Ante la extensión de las protestas en las calles, las fuerzas de seguridad del régimen de Al-Bashir han endurecido la represión. Centenares de manifestantes han sido detenidos y decenas de sudaneses han sido asesinados. Más de treinta y siete personas han muerto por la acción policial, confirmando que las fuerzas de seguridad están usando munición real contra la población civil desarmada. El gobierno sigue impidiendo las manifestaciones, sin contemplaciones, limitando el uso de internet y las comunicaciones desde el pasado 20 de diciembre y restringiendo la libertad de prensa.  

El Partido Comunista de España exige el cese de la violencia y la represión política sobre el pueblo sudanés por parte del gobierno de Al-Bashir, cuyas fuerzas armadas, en un acto de extrema violencia, irrumpieron en la sede del Partido Comunista sudanés y secuestraron a Masoud Ali, cuyo paradero sigue siendo desconocido a día de hoy. Igualmente, el PCE apoya las exigencias de liberación inmediata de todos los detenidos políticos, incluidos los camaradas Masoud Ali, Hanadi Fadl, Tariq abdul-Majeed y el Dr. Sied Ahmed Alkhateeb y el Dr. Amal Gaberalla, todos miembros del Comité Central del Partido Comunista de Sudán. También, el PCE quiere hacer patente su solidaridad a todo el pueblo sudanés que se manifiesta en Wad Madani, Port Sudan, Gebeit, Al-Qadarif, Atbara, Berber, Dongla, Karima, Al-Damazin, Al Obeid, Al Fasher, Khartoum y Omdurman, entre muchas otras ciudades, y que exige un cambio de gobierno que garantice la paz, la libertad y los derechos de la población, en una alternativa democrática que asegure el futuro del país.


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