
Silba el viento. Agur!
Uno se baja aquí. Triste y orgulloso. Siempre intento tomar decisiones de las que no arrepentirme. Fue un placer compartir espacio con mucha gente sana. En Fuenlabrada saben mucho de ello y son ejemplo. Seguro que nos seguimos viendo en los lugares de encuentro común.