Diseccionando a El País •  25/06/2025

Voldemort en la Casa Blanca: Stephen Miller

Voldemort en la Casa Blanca: Stephen Miller

En estos últimos años, en los que la propaganda y la desinformación se desbocó, emergen nuevas figuras inspiradas en otras decisivamente influyentes en la historia contemporánea. Salvando enormes distancias, desde Eduard Bernays, sobrino de su inspirador, Sigmund Freud, o Joseph Goebbels, quien bebió del propio Bernays, llegan nuevos e igualmente nefastos precursores de viejas ideologías en constante mutación.

Mucho se habló del hoy defenestrado Steve Bannon, vicepresidente de Cambridge Analytica, que confeccionó la primera campaña electoral de Donald Trump a partir del robo sin consentimiento de millones de perfiles psicológicos de ciudadanos estadounidenses. Lo hizo combinando las nuevas tecnologías con las viejas técnicas de manipulación de masas, utilizando el conocimiento sobre cada individuo para personalizar las formas de embaucar. Utilizó bulos o fake news para cambiar voluntades, exportando estas técnicas antidemocráticas a Europa y Latinoamérica. Hoy seguimos sufriendo burdas copias -pero efectivas- de su estrategia en todo el mundo, también en nuestro país.

En menor medida de otro de los ideólogos trumpistas, Peter Navarro, economista y actual primer consejero para Comercio e Industria, arquitecto de la política arancelaria que pretende imponer el presidente de EE.UU. a todo el globo. Su doctrina puede consultarse en The New Maga Deal: The Unofficial Deplorables Guide to Donald Trump’s 2024 Policy Platform, libro publicado en julio 2024. Su labor no es embaucar, sino sustituir el vigente neoliberalismo como sistema económico por el proteccionismo. Nada nuevo, ya lo implementaron los fascismos alemán, italiano, japonés o español, el objetivo del New Maga Deal, definido por su autor como un “triángulo de hierro del nacionalismo económico populista” es “solo paz, prosperidad y seguridad nacional” a costa del resto del planeta, de la biodiversidad y del medio ambiente, y del resto de los Estados y Gobiernos. Una ideología económica lanzada ante la desesperación del crecimiento de China, país que supo adaptarse y hacer suya la globalización ultraliberal.

Pero muy poco se habla de Stephen Miller. Republicano ultraconservador, se unió a la campaña de Trump de 2016 e incluso participó en la redacción de su discurso inaugural en 2017 tras abrirle las puertas el ideólogo conservador David Horowitz, quien también lo puso en contacto con Steve Bannon y Tucker Carlson. Actualmente se le considera una de las figuras más cercanas a Donald Trump y el principal ideólogo de su política migratoria. Precisamente a él le debemos una de las medidas más despiadadas, la separación de familias migrantes. También declaró en Fox News su pretensión de lograr tres mil arrestos diarios de indocumentados, para sumar cerca de un millón anuales; «Llevamos años diciendo que esta es una lucha para salvar la civilización. Cualquiera con ojos puede verlo ahora», afirmó.

«Stephen Miller es el ‘cerebro de Trump’«,

declaró Kevin McCarthy, expresidente de la Cámara de Representantes al diario The New York Times, justo antes de la investidura del presidente republicano, el 20 de enero.

Miller es otro de esos arquitectos del lenguaje, que retuerce y redefine frases y conceptos. Populariza términos que inducen a la confusión, mezclando su ideología con aquello que pretende destruir. Así, la construcción «islamofascismo» -combinación de las palabras fascismo e islamismo- le distancia de su propia ideología neofascista a la par que le sirve de ariete racista. Un musulmán, por muy radical que sea, nunca podrá considerarse fascista, pues eso implicaría odiarse a sí mismo. Sin embargo, el invento funciona como en otros casos registrados en los últimos años. Véase el ejemplo de quien usa nacionalsocialismo colocando el acento en «socialismo» para concluir que la ideología nazi es esencialmente socialista. Es una manipulación burda, pero funciona en receptores acríticos con escasos conocimientos sobre historia contemporánea. Finalmente, se toma la pequeñísima parte por el todo, y se induce a creer que la religión islámica tradicional es esencialmente violencia extremista.

Otras de sus medidas abiertamente racistas son el apoyo a la construcción del eterno muro fronterizo o las trabas para admitir personas refugiadas o que solicitan asilo, reduciendo su número, suspendiendo reasentamientos o suprimiendo los programas de libertad condicional para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos. Igualmente la ampliación de las restricciones de viaje, la reducción en el otorgamiento de visas de trabajo, acabar con los «Estados Santuario» que «albergan ilegalmente a terroristas extranjeros y perpetúan deliberadamente una invasión criminal de Estados Unidos» e incluso la redacción de la primera orden ejecutiva que prohibía el ingreso de ciudadanos de varios países, incluidos Venezuela, Irán y Siria.

Fue precisamente el gobernador de uno de esos Estados Santuario, Kevin McCarthy, quien lo bautizó como «Voldemort«;

Suyos son los intentos de recortar más derechos a los inmigrantes, incluso aquellos de origen constitucional. «El privilegio del habeas corpus puede suspenderse en caso de invasión», dijo, interpretando el término «invasión» torcidamente, no como la ocupación del territorio por un ejército enemigo, sino como la entrada habitual de inmigrantes. El principio constitucional del habeas corpus garantiza que cualquier persona detenida en EE.UU. tiene el derecho a comparecer ante un juez y cuestionar la legalidad de su detención. Es una manera de limitar el poder de la Casa Blanca para encarcelar a cualquiera sin control judicial. Básicamente, la pretensión de Miller es otro paso para avanzar en la demolición de la democracia en Estados Unidos. Retorcer la justicia como retuerce los conceptos para el beneficio de una ideología supremacista que nunca desapareció aunque hoy casi nadie pasee con capirote Ku Klux Klan. Es una intencionalidad más nociva que el lawfare, la persecución judicial o la criminalización de los movimientos sociales, fenómenos que dependen de jueces corruptos que usan su toga al servicio de ciertas personas o intereses. Va más allá. Miller, como otros ideólogos neofascistas, quiere demoler leyes y principios que hoy garantizan derechos.

Asesor de la avalancha de órdenes ejecutivas para poner en marcha la agenda migratoria de Trump, al poco de ocupar la Casablanca, Miller trata de consolidar órdenes como la de eliminar la ciudadanía por nacimiento para los hijos de padres indocumentados o residentes temporales, una medida que niega un derecho histórico garantizado por la 14ª Enmienda de la Constitución, impugnada en los tribunales; O la reinstauración el Título 42, que permite cerrar la frontera con México en nombre de la salud pública, declarar la emergencia nacional en la frontera sur, y así justificar una militarización sin precedentes de los operativos de deportación.

Captura de pantalla

Miller es el director de la organización America First Legal, plataforma que trata de posicionar al votante blanco -ya sea de clase media o baja- como víctima de las políticas demócratas dando la vuelta a la realidad. Esta estrategia política de discriminación inversa está triunfando dentro y fuera de los Estados Unidos. Es uno de los principales pilares sobre los que se sustenta la extensión de la extrema derecha a escala global. Y lo que se consigue es poner a pelear a la clase trabajadora contra los inmigrantes de su misma clase, como si estos fueran los causantes de todos sus males. Mientras, la clase privilegiada se carcajea desde la comodidad de su estatus económico.

Desde 2022 esta organización financia campañas en las que se denunciaban supuestas políticas de exclusión contra ciudadanos blancos, las verdaderas víctimas de la sociedad;

Captura de pantalla

Voldemort es firme defensor del megaproyecto de ley presupuestaria de este segundo mandato impulsado por la administración Trump, que incluye medidas contra los migrantes bajo su advertencia «debatiremos estos asuntos sobre las ruinas de Occidente si no controlamos la migración». Achaca el descenso de la criminalidad en países como Venezuela a -precisamente- las migraciones de venezolanos que huyen del socialismo chavista a EE.UU. Declaró así ante la prensa que «la criminalidad ha bajado en Venezuela porque los criminales están llegando a Estados Unidos», y aseguró que la tasa delictiva en ese país se ha reducido «más de 60%».

La asociación entre criminalidad e inmigración es otro de los puntos fuertes y más generalizados entre los partidos y gobiernos racistas. Es una fórmula que ya funcionaba en la Alemania nazi contra los judíos; Luego la demonización para justificar la violencia institucional, social o física que se les inflige. Se empieza por asociarlos acríticamente a la delincuencia sin que exista relación estadística alguna, y se termina por deshumanizarlos con apelativos más crueles.

De su varita también procede la que se ha denominado como «estrategia de saturación», es decir, inundar a la oposición y a los medios de comunicación con un flujo constante de acciones ejecutivas y medidas para desbordar la capacidad de respuesta y maximizar su efectividad. Es otra de las tácticas de las relaciones públicas de la extrema derecha implementadas internacionalmente.


Diseccionando a El País / 

César Pérez Navarro

 

Algunas personas preferimos sentirnos realizadas con estímulos más allá del dinero, el poder o la influencia. En mi caso, he colaborado como arqueólogo de la Federación Estatal de Foros por la Memoria y del Foro por la Memoria de Córdoba, la ciudad donde vivo y nací, y escribo en este blog, en Tercera Información y en otros medios sociales y contrahegemónicos entre otras actividades que incluso podrían considerarse como “subversivas” teniendo en cuenta los tiempos que corren. Licenciado en Geografía e Historia y especializado en arqueología, mi profesión de siempre, y estudios que recomiendo a cualquiera, hoy me dedico al periodismo social y me preocupo, sobre todo, por la influencia de las corporaciones de la comunicación sobre los ciudadanos y las técnicas de manipulación de masas desarrolladas desde Edward L. Bernays. Por motivos técnicos ajenos, la mayor parte de los contenidos de este blog se perdieron en la última migración de Tercera Información al actual formato. Algunas lágrimas entre esa lluvia desde 2008 aún pueden encontrarse, por ejemplo, en Rebelion.org https://rebelion.org/autor/cesar-perez-navarro/

Todo el mundo hace algo para sentirse realizado, o sencillamente, sentirse   bien. En mi caso, he colaborado como arqueólogo de la Federación Estatal de Foros por la Memoria y del Foro por la Memoria de Córdoba, la ciudad donde vivo y nací, y escribo en este blog, en Tercera Información y en otros medios sociales y contrahegemónicos entre otras actividades que incluso podrían considerarse como “subversivas” teniendo en cuenta los tiempos que corren.

Licenciado en Geografía e Historia y especializado en arqueología, mi profesión inicial, y estudios que recomiendo a cualquiera, aunque los planes actuales no sean lo que eran.

Hoy me dedico al periodismo social y me preocupo, sobre todo, por la influencia de las corporaciones de la comunicación sobre los ciudadanos y las técnicas de manipulación de masas desarrolladas desde Edward L. Bernays.

César Pérez Navarro