Escritos desde Suburbia •  12/02/2015

Nota sobre Grecia: Syriza y el KKE

Nota sobre Grecia: Syriza y el KKE
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Manifestación en Atenas en apoyo al gobierno griego

Tras los resultados de las elecciones griegas del pasado mes de enero se suscitaron una serie de debates en el ámbito de los movimientos sociales, en los que al final me lancé a intervenir. La nota que escribo a continuación es un comentario hecho en Facebook a raiz de otros comentarios que, en una publicación, cuestionaban que Syriza estuviera en condiciones de pactar de alguna manera con el KKE (Partido Comunista de Grecia) al no aceptar los mínimos que este último exigía (salida de la OTAN, la UE y negar el pago de la deuda al completo):

Bueno, tenía pensado escribir más en algún momento sobre este asunto. Dejando clara una cosa, y es que son los griegos los que comandan su país. Exponer opiniones desde aquí puede resultar muy enriquecedor para un debate que debemos tener entre nosotros/as sobre cómo gestionar una situación así en España, pero nunca dar lecciones sobre lo que deben hacer o dejar de hacer en Grecia cuando nosotros tenemos un panorama aún en pañales.

Comparto el análisis de Félix. Creo que quienes estamos debatiendo aquí sabemos que el KKE me gusta, sobre todo por su implantación como Partido Comunista en la sociedad con todo lo que eso implica (tiene discurso propio, hace batalla ideológica, su proyecto sindical que ahora es su sindicato de referencia está totalmente implantado) y a parte porque su postura respecto a la OTAN y el Euro me parece acertada. Eso no quita que yo pueda decir que el KKE se está equivocando a la hora de leer el momento histórico y la oportunidad que hay en Grecia de que se avancen posiciones hacia la construcción de un modelo alternativo al capitalista. En ese sentido comparto aún más lo que ha escrito Félix.

La victoria de Syriza tiene muchos datos, todos interesantes, pero sobre todo abre un campo de oportunidad que hasta ahora estaba cerrado no sólo en Grecia, si no en toda Europa, y es plantear el fin del neoliberalismo. Desde los años 70 un partido de izquierda no tenía la oportunidad que tiene ahora Syriza. ¿Qué hubiera ocurrido si el PCI de Berlinguer hubiese ganado las elecciones en Italia en 1976?

Dejando atrás análisis sesudos, yendo al aquí y el ahora, entiendo que el KKE no entre en un gobierno de Syriza. Leed bien, entrar en el gobierno. Lo entiendo porque se quiere conservar la independencia como fuerza política y porque, además, en el plano europeo e internacional tienen diferencias claras. Ahora bien, lo que no entiendo es la excusa de “esto no va conmigo” cuando resulta que lo que tenemos encima de la mesa es una fuerza como Syriza, con un programa de emergencia social, a 2 escaños de conseguir la mayoría absoluta y poder gobernar Grecia poniendo fin a años y años de saqueo continuado. La lectura que yo haría sería la de apoyar la investidura de Tsipras y hacer una oposición coherente; esto es, una oposición medida a medida, apoyando al gobierno cuando necesite fuerza en temas como la deuda o la nacionalización de sectores. El programa de emergencia social que plantea Syriza es, por otra parte, bien parecido al análisis que hace, sin ir más lejos, las Marchas de la Dignidad en nuestro país: pan, trabajo y techo. Y aquí no he visto que se haya cuestionado ese programa de emergencia social o se le haya tildado, a modo de insulto, de socialdemócrata. Ya quisiera yo que el programa de mínimos que plantea Syriza se llevase a cabo.

El problema no es si el programa es tibio o socialdemócrata. No. El problema es que está en duda que ni siquiera ese programa se vaya a llevar a cabo. No porque Syriza (hablando de Grecia) vaya a venderse a los monopolios o la UE, si no porque los mecanismos que tiene la UE para estrangular a un país son más poderosos que los que tiene el país para defenderse. Aquí entra el eterno dilema de si la izquierda debe apostar o no por la recomposición de los Estados-Nación para hacer fuerza con la soberanía y las herramientas que te otorga tu legalidad nacional. Es decir, el caso es que Grecia tenga la suficiente fuerza social y popular, y los mecanismos suficientes para decirle a Alemania y la Troika “oigan, es que mi país necesita comer y ustedes de momento esta deuda no la cobran.”

En esa situación lo que no puede hacer el KKE es mirar para otro lado mientras en su país está muerto de hambre y de frío. La postura coherente es siempre apostar por los avances sociales dejando claro que tu postura va más allá, pero que eres el primero en situarte en esa posición para avanzar más tarde. En ese caso el ejemplo es el PCP en Portugal, sin ir más lejos. Es decir: vanguardia no es hablarle al pueblo y a las demás fuerzas por encima del hombro con tu análisis perfecto, es analizar el nivel de conciencia, situarte ahí y hacerlo avanzar sin ir 50 pasos por delante.


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