Notitia Criminis •  02/02/2010

Se confirma la maniobra para instalar una base militar americana en el aeropuerto de Ciudad Real. La operación pendiente de las dudas de Defensa

Pese al “rotundo”, como no podía ser de otra forma, desmentido lanzado ayer por CR AEROPUERTOS, la edición de hoy de ABC da por hecho la existencia de la operación mediante la cual se pretende vender el aeropuerto de Ciudad Real para la instalación de una base ligada a las operaciones militares de Estados Unidos en Oriente Medio: “El Ministerio de Defensa ―dice ABC― que encabeza Carme Chacón estudia con recelo dar luz verde a la venta del aeropuerto de Ciudad Real a un fondo de pensiones ligado al Ejército norteamericano… Defensa teme que la venta pueda transformar al aeropuerto de Ciudad Real en una base logística del Ejército norteamericano en la que pueda llegar a repetirse un escándalo similar al de los vuelos de la CIA”.

La noticia publicada el pasado día 31 fue acogida con sorpresa y escepticismo. La enormidad que supondría la cesión, de facto, del territorio español para la instalación de una base militar al margen del Parlamento y del tratado bilateral que ampara la existencia de las instalaciones militares americanas de Torrejón, Rota y Morón; restaba credibilidad a la información.

A más de esto, los rumores de una inminente venta del aeropuerto ya había sido propalados en anteriores ocasiones por los propios implicados en el negocio, probablemente como intento de presionar a algún potencial comprador y hacerle temer que se le escapara de las manos un “chollo” de semejante envergadura, lo cual hacía sospechar que en esta ocasión estuviéramos ante una maniobra similar.

Sin embargo, ayer un responsable de SPANISH AMERICAN STRATEGIC ALLIANCE (SASA) en declaraciones hechas a algún medio de comunicación, reconocía la celebración de la reunión el el Hotel Intercontinental, la presencia de periodistas a los que se les negó la entrada porque se trataba de “una reunión privada” y que Hernández Moltó ―que, por cierto, el pasado domingo estaba de cacería con los hermanos Cutillas en una finca propiedad de estos― había sido “invitado”a participar en el proyecto.

Por otra parte, también ayer, la compañía del aeropuerto, en la que están implicados Domingo Díaz de Mera, los hermanos Barco Fernández, Aurelio González Villarejo, CCM y algún otro constructor áulico de Castilla-La Mancha, aseguraba que las informaciones sobre la operación del aeropuerto eran falsas pero añadía, no sé si dándose cuenta o no de la contradicción en que estaba incurriendo, que CR AEROPUERTOSsiempre ha tenido entre sus objetivos el incorporar nuevos socios del ámbito internacional”.

Hoy ABC confirma la existencia de la operación, a la que sólo le faltaría la determinación final del precio, sin que nada se oponga a ella salvo las reticencias del Ministerio de Defensa y lo cierto es que una maniobra de esta naturaleza tiene la suficiente consistencia como para que se la tome muy en serio.

El papel de las bases españolas en las guerras emprendidas por Estados Unidos en Oriente Medio ha sido vital en todas las ocasiones, por no hablar del uso del territorio español como lugar de escala para los vuelos que transportaban prisioneros hacia el campo de concentración de Guantánamo.

La política americana, sobre todo durante la invasión de Irak, ha venido entregando a empresas privadas aspectos relativos a la logística y el suministro de las tropas, pero también concernientes a las propias operaciones armadas, como es el caso de lo sucedido con la compañía BLACKWATER, un auténtico ejército privado del que se ha publicado que dispone, al menos, de 20 aviones de guerra y unos 20.000 mercenarios en nómina y cuya presencia en Irak sólo salió a la luz después de que cuatro de sus hombres fueran linchados en una emboscada en Faluya en marzo del 2004.

Tampoco ofrece muchas dudas, que en esta línea de “privatización” de la guerra, el Pentágono tenga interés en la libertad de movimientos que le ofrecería actuar a través de la tapadera de una compañía privada, propietaria de un aeropuerto situado en un punto estratégico y sometido al derecho civil, ajeno por tanto, a las restricciones y controles a que están sujetas sus bases militares en España.

Finalmente ¿para qué, si no es para una maniobra de esta naturaleza, podría tener utilidad un aeropuerto situado en medio de un páramo desierto, en el que ni los grajos muestran interés por tomar tierra y que se ha demostrado un fiasco desde sus inicios?

El hecho es sumamente preocupante y extraordinariamente grave y si llega a materializarse, independientemente de que Hernández Moltó haya desplegado sus habilidades de muñidor o no en el asunto e independientemente de que haya cobrado o no una comisión de 70 u 80 Millones de Euros por ello, el fraude de ley, la burla al Derecho español y a la soberanía del Estado, alcanzaría tal magnitud que superaría con mucho lo tolerable a este Gobierno o a cualquier otro.


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