Villaconejos (Madrid) planea reclasificar a urbanizable la casi totalidad del municipio
- El nuevo planeamiento urbanístico de Villaconejos propone transformar más de 2.500 hectáreas en suelo urbanizable, lo que representa el 76% del término municipal.
- La propuesta se considera desproporcionada, poco justificada y ambientalmente insostenible, según las alegaciones presentadas por la Plataforma Ecologista Madrileña.
- El documento no evalúa adecuadamente los impactos ecológicos, rompe con la compacidad histórica del casco urbano y genera incertidumbre sobre supuestos proyectos regionales como la “Ciudad de la Salud”.

El Avance del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Villaconejos plantea una reclasificación masiva de su territorio. De las 3.350 hectáreas que conforman el término municipal, 2.549 pasarían a ser suelo urbanizable no sectorizado, mientras que tan solo el 18% (591 ha) se mantendría como no urbanizable. Esta enorme transformación del suelo ni siquiera se justifica por la previsión de nueva vivienda, prevista en 1.100.
Las alegaciones presentadas por la Plataforma Ecologista Madrileña –formada por la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), la Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”, el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), Jarama Vivo y Liberum Natura- advierten que esta expansión carece de justificación demográfica o económica. La reclasificación se basa en expectativas de crecimiento poco fundamentadas, sin demostrar cómo atraerá población o generará empleo local, cuando, además parte del suelo agrícola, uso tradicional del municipio, se destinará a macro proyectos fotovoltaicos.
Desde el punto de vista ambiental, la propuesta fragmenta y pone en riesgo las funciones ecológicas del suelo no urbanizable de protección. Este reducido queda a pequeñas islas sin continuidad territorial, muchas de ellas correspondientes a cauces, montes y vías pecuarias. Ni siquiera el corredor ecológico del norte, una franja de terreno que conecta con los municipios limítrofes de Chinchón y Colmenar de Oreja, se protege.
A esto se suman actuaciones que el Avance califica como proyectos de “alcance regional” —como la Ciudad de la Salud, polígonos fotovoltaicos o pasillos eléctricos—, pero que ni cuentan con desarrollo normativo ni se han incluido en el documento ambiental para valorar la afección sobre el territorio. En el caso de la Ciudad de la Salud, ni siquiera se aclara si existe relación con el campus biosanitario promovido por la Comunidad de Madrid en la capital.
Especial preocupación genera la ruptura de la estructura urbana compacta del casco de Villaconejos, uno de los pocos modelos tradicionales que se mantienen en la región. El crecimiento previsto, orientado en torno a la carretera M-320, favorece la dispersión y debilita la cohesión social y territorial. Frente a este modelo, las alegaciones presentadas por la Plataforma Ecologista Madrileña, defienden una estrategia de desarrollo más eficiente, basada en el aprovechamiento de suelo vacante dentro del casco urbano, lo que permitirá reducir desplazamientos, mejorar servicios y preservar la identidad del municipio.
Las alegaciones concluyen que el Avance vulnera principios de sostenibilidad territorial y urbanismo responsable. Exigen una revisión del modelo propuesto, que garantiza la protección del medio ambiente, el uso racional del suelo para fines sociales de acceso a la vivienda pero no especulativos.