Redacción •  Tecnología •  25/07/2018

En el mantenimiento del automóvil, más vale prevenir que pagar

Los errores más habituales a la hora de cuidar y mantener el coche de uso diario son la falta de vigilancia de los niveles de aceite o del líquido refrigerante, la correa de distribución o repostar el combustible equivocado.

En el mantenimiento del automóvil, más vale prevenir que pagar

Según diversos estudios sobre el sector del automóvil y el consumo, los españoles gastamos 85 euros mensuales en conservar el vehículo en buen estado, pero, en ocasiones, algunos despistes como confundirse de combustible al repostar pueden provocar graves daños al vehículo y, por consecuencia, al bolsillo. Entre ellos, la falta o el exceso de aceite en el motor es uno de los primordiales, ya sea aceite motul o cualquier otra marca.

Muchos conductores son irreductibles en ese típico dicho de ‘cuánto más, mejor’, pero en el caso del aceite del coche esto es contraproducente. El exceso de aceite en el motor puede llevar a que éste salpique a los cilindros y por consecuencia se queme más aceite de lo normal, pudiendo alcanzar la cámara de combustión. Si se detecta a tiempo basta con vaciar el exceso de aceite cuyo coste es de unos 40 euros, pero si ya ha afectado a piezas claves para el funcionamiento del vehículo la reparación puede llegar incluso a los 1.500 euros. Tan malo es el exceso como quedarse sin aceite en el motor. Gracias al uso del aceite lubricante, las piezas móviles del motor pueden soportar grandes esfuerzos sin sufrir fundiciones, roturas o fisuras por culpa del rozamiento o las elevadas presiones. Controlar asiduamente los niveles de aceite previene de graves daños y el coste medio de un cambio de aceite es de unos 75 euros, dependiendo del modelo del coche. Pero cuando el motor se queda sin aceite y no nos hemos molestado en revisarlo, todas esas piezas que son vitales para su funcionamiento pierden su lubricación y, en consecuencia, el motor se gripa. En este caso, la reparación es muy costosa, que en ocasiones lleva a la sustitución del motor. Dependiendo de las piezas afectadas el coste puede superar los 3.500 euros.

De la misma  forma, el líquido refrigerante es fundamental si queremos que el motor de nuestro coche siga con vida. El líquido refrigerante, como bien indica su nombre, sirve para refrigerar el motor y que éste no se sobrecaliente, evita la corrosión, si es anticongelante lo protege de las bajas temperaturas exteriores, y también previene las formaciones calcáreas. Lo mejor es revisar con asiduidad los niveles del líquido refrigerante y si es necesario, rellenarlo tiene un coste medio de 70 euros, según el vehículo.En cambio, si no prestamos atención a que el depósito nunca se quede sin este líquido puede calentarse y ocasionar la rotura de la culata. En esta ocasión, la reparación dolerá mucho al bolsillo pues su coste podría alcanzar los 3.000 euros.

Cualquier tipo de fuga que se presente puede causar serios daños en el motor. Uno de los casos que se presenta en la vida de cualquier motor es que se esté filtrando refrigerante al motor. Si el refrigerante se mezcla con el aceite, este último cambia químicamente como lo indica la apariencia lechosa del aceite. Esto ocasiona que el aceite no provea la alta lubricidad requerida entre las partes con tolerancias cerradas, causando calor por fricción. El calor ocasiona un mayor deterioro del aceite. Se empieza a formar un lodo que interfiere con las válvulas de presión, el filtro de aceite se puede tapar y puede colapsar.

El Real Automóvil Club de España (RACE) estimó que en 2016 fueron más de 73.000 los conductores que se equivocaron al repostar combustible en su vehículo, es decir, que pusieron gasolina a un diésel o viceversa. En el mejor de los casos, si se advierte el despiste se puede solucionar con una limpieza general de los conductos y el depósito que puede ascender a los 500 euros; si se circula con el combustible erróneo existe la amenaza de una avería mucho más grave y costosa.

La rotura de correa de distribución en un automóvil es una de las reparaciones más caras de realizar, sobre todo por el elevado coste de la mano de obra y debido también a la gran cantidad de elementos que dependen de ella. Realizar el cambio de la correa de distribución a tiempo evitará males mayores, pues se trata de un elemento esencial del motor que se encarga de sincronizar el cigüeñal con el árbol de levas, controlando el movimiento de las válvulas con respecto a los pistones. Si la correa de distribución llegase a romperse la sincronización sería nula y tanto el pistón como las válvulas se verían gravemente afectados, incrementando el coste de la reparación total del sistema.