Redacción •  Negocios y Ocio •  09/10/2019

Confinamiento celular como solución de la ingeniería

Los últimos años de la ingeniería han sido esplendorosos. El desarrollo de mejor maquinaria y de nuevos métodos de construcción ha ido de la mano con la evolución de los materiales. Por eso hoy tenemos construcciones más eficientes energéticamente, con mayor rendimiento y durabilidad, e incluso presentando importantes ahorros económicos, sobre todo en el largo plazo.

Confinamiento celular como solución de la ingeniería

En este sentido, los materiales conocidos como Geoceldas llevan la pauta en el desarrollo de materiales novedosos de construcción.

¿Cómo funcionan las Geoceldas?

Las geoceldas son redes tridimensionales formadas con paneles que se entrecruzan diagonalmente, lo que da forma a células con paredes perfectamente delimitadas. El principio de funcionamiento es el de confinamiento celular; cada célula encierra el material con el cual fue rellena, dando rigidez a la superficie o estructura.

Al ser fabricadas mediante aleaciones poliméricas, las geoceldas también permiten cierta “flexibilidad”. La distribución de fuerzas que permite la elasticidad de las paredes celulares sobre las cuales se aplicar carga, permite una mínima degradación. Este es el mismo principio con el que funcionan las células de la piel, por ejemplo.

La ingeniería geocelular desarrollada tiene números usos en el medio de la construcción. Aquí los más conocidos:

Estabilización de superficies transitadas de baja capacidad portante

Las superficies de las vías de tierra, arena y grava se caracterizan por su rápida sedimentación debido al tamaño de sus partículas. Algunas soluciones de ingeniería geocelular en Mexico y otros países se dan utilizando las geoceldas para estabilizar el suelo, haciéndolo capaz de soportar el tránsito peatonal y vehicular, incluyendo vehículos de carga pesada.

Relleno y estabilización de vías pavimentadas

Esta es una solución que incluso se aplican con vías pavimentadas. Antes de aplicar la capa de asfalto por la cual circulan los vehículos, el terreno debe ser compactado para evitar daños en la vía, sobre todo las denominadas fallas de bordes.

El confinamiento celular que dan las geoceldas permite minimizar el grosos de la capa de relleno y asegura máximo rendimiento a pesar de esta sometida a la acción de fuerzas externas ya altas temperaturas bajo el asfalto. Además, facilitan el drenaje de las posibles filtraciones.

Formación de muros de contención

De todas las soluciones, esta es probablemente la más impresionante. Las estructuras de contención tradicionales, como los gaviones y el hormigón, pueden añadir costos asociados a la obra por concepto de traslado de materiales y maquinaria pesada.

Las geoceldas pueden ser rellenas con el material local, lo que entra dentro de las especificaciones de construcciones sustentables y además permite ahorrar costos. Para ser usadas como muros de contención, las geoceldas se colocan una sobre otra, siempre compactas y con la totalidad de las celdas haciendo contacto en su parte inferior.

La estructura solamente será solida monolítica si se crea un muro de contención segmentado y se utilizan anclas para moldear las celdas en caso de alguna deformación no corregida en el suelo.

Otro aspecto ecológico adicional es que las celdas son perfectas para la siembra de material vegetal. Los orificios en las mismas permiten el paso del agua de manera uniforme y además facilitan el crecimiento de las raíces. Su uso en muros de contención puede ayudar a crear jardines inclinados al sembrar plantas en la última hilera de celdas horizontales de cada segmento de celdas.

Contención de superficies inclinadas

Tanto para la siembra como para taludes, las geoceldas pueden utilizarse para estabilizar superficies con grados de inclinación. En la siembra, incluso tienen el valor añadido de facilitar la simetría de la siembra y las laboras de riego.

En taludes o canales de riego requieren dar rigidez adicional a la estructura de hormigón. Pueden ser rellenas con este material perfectamente. De hecho, este material reduce los riesgos de fractura por actividad sísmica, pues su flexibilidad rígida hace la estructura se mueva junto con el movimiento telúrico.

Específicamente las geoceldas elaboradas con el material Neoloy® tienen un mejor rendimiento gracias a que sus polímeros soportan mejor la tensión e incluso son más resistentes a los rayos UV, el calor, la humedad e incluso la gravedad misma.

El promedio de vida de este material puede ir de los 50 a los 75 años, dependiendo sobre todo de la temperatura a la que se le someta. Por ello es tan importante en el medio actual de la construcción. Puede ser utilizado de cualquiera de las maneras antes nombradas con un máximo rendimiento de confinamiento celular.

La ingeniería geocelular llegó para quedarse y sus principios le harán ganar aplicaciones con el tiempo. La contención mecánica de materiales y terrenos está revolucionando el mundo de la construcción, y las geoceldas van a la cabeza.