Crioptomonedas, un negocio equivalente al 12,5% del PIB
Hablar de criptomonedas es, inevitablemente, hablar del bitcoin, la moneda virtual más conocida. Sin embargo, las criptodivisas van mucho más allá del bitcoin, al que nadie niega su popularidad por ser la pionera.

Otras divisas virtuales como el Ethereum, el ripple (XRP) o el litecoin también gozan de mucha relevancia y, en algunos casos, su cotización, ha sido superior a la del bitcoin. El problema con las criptodivisas menos conocidas es que en muchas ocasiones es difícil seguirles el rastro.
¿Qué se sabe oficialmente de las criptomoneda?
En el informe “Comprendiendo el fenómeno de las criptomonedas, sus riesgos y los problemas para su medición”, elaborado por el Banco Central Europeo, se intenta recabar datos de los mercados de las criptodivisas pero se advierte de la dificultad, pues algunos mercados aparecen fuera del radar de las autoridades.
Está muy presente esa idea de que las criptodivisas pueden estar siendo usadas para el lavado de dinero y no hay consistencia en la metodología y las convenciones utilizadas por los intermedios institucionalizados y los proveedores de datos comerciales.
A pesar de las limitaciones, una foto fija de abril de 2019 para un mercado en continuo movimiento y que está sujeto a múltiples variaciones muestra que el comercio de estas divisas virtuales ascendió a 2.200. Los inversores, añade el estudio, han realizado operaciones con 700 de ellas cada día del año.
Si se hace uso de la capitalización de las criptomonedas en circulación en los mercados o en manos de particulares, el BCE estima que el valor de las criptodivisas para el mes de abril alcanzaba los 150.000 millones de euros de valoración, el equivalente al 12,5% del PIB español.
De este valor, tres cuartas partes están copadas solo por cinco divisas virtuales, y el bitocin acapara la mitad de la capitalización. Otras criptomonedas potentes son bitcoin cash, ethereum, Ripple y Eos.
No obstante, el tamaño del mercado es mayor, porque hay muchas criptodivisas que se escapan a este cálculo al estar bloqueadas, reservadas o no pueden ser negociadas en mercados públicos.
La cautela de las administraciones hacia las divisas digitales
El BCE ha mostrado recientemente su preocupación por el ascenso de las criptodivisas, y en especial por el proyecto de criptomoneda de Facebook, libra. Yves Merch, miembro del Comité Ejecutivo del BCE criticó a inicios de septiembre la iniciativa de la red social. “Es la misma gente que tuvo que dar explicaciones ante los legisladores de EEUU y la UE por las amenazas a nuestras democracias como resultado de su gestión de datos personales”.
Margrethe Vestager, comisaria de Competencia de la Unión Europea, anunció también en septiembre que, aunque libra no ha sido todavía lanzada, se ha abierto una investigación en el marco de la Unión para ver si supone un riesgo para la competencia.
En Estados Unidos, Donald Trump ya mostró sus reticencias al mercado de las criptomonedas, que a inicios de 2019 llegó a alcanzar los 630.000 millones de euros de cotización. El presidente republicano aseguró que no le gustan las divisas digitales porque, a su juicio, no son dinero, son muy volátiles y la falta de regulación abre la puerta a que sean usadas para el blanqueo de capitales.
España, un mercado en el que no triunfan las criptomonedas
Las dudas que generan estas divisas digitales en la administración, así como el rechazo que provoca entre las entidades financieras y bancarias suman argumentos para que no exista mucho interés por las criptomonedas en España.
Aunque el término de criptomoneda está en boca de muchas personas, pocas saben realmente cómo funcionan estas famosas divisas digitales. Solo el 7% de los españoles conoce cómo funciona este “dinero virtual” cuya implantación todavía tiene mucho camino por recorrer.
En el informe “Territorio inexplorado: por qué los consumidores siguen siendo reticentes a adoptar criptomoneda”, de Kaspersky, se visualiza que únicamente el 16% de los encuestados no usa las monedas digitales en el momento de la encuesta, pero le gustaría hacerlo.
De los que creían saber qué implicaba su uso, muchos descartaron esta opción de pago y transacciones por cautela y el 25% ni lo intentó debido a la complejidad que implica comprender su sistema de cifrado.
El estudio refleja que más del 58% de los encuestados considera que las criptomonedas son demasiado volátiles y que deben alcanzar mayor estabilidad para poder ser usadas. Cuatro de cada cinco españoles aún no han comprado criptomonedas por estos motivos.
Si bien las divisas virtuales o dinero digital existe únicamente en la web a través de un sistema de cifrado digital que está controlado mediante una base de datos centralizada con el que se pueden hacer todo tipo de transacciones, muchos de los encuestados por Kaspersky, casi uno de cada cinco, señalan haber experimentado ataques de “hacking” en el intercambio de criptomonedas.
Los delincuentes crean carteras electrónicas falsas para atraer a los consumidores a invertir su indero de manera imprudente. Un 13% de los encuestados reconoce haber sufrido algún intento de fraude.