Brasil retoma exhumaciones de víctimas de dictadura militar
- El Gobierno de Brasil impulsa la búsqueda e identificación de restos de víctimas de la dictadura militar (1964-1985), tras 14 años de interrupción.

La Comisión Especial sobre Muertos y Desaparecidos Políticos reinició esta semana los trabajos en el cementerio de Ricardo de Albuquerque, en la zona norte de Río de Janeiro.
El lugar fue utilizado entre 1970 y 1974 para enterrar en fosas comunes a dos mil 100 personas clasificadas como indigentes por el régimen castrense.
Investigaciones revelan que muchas de ellas fueron víctimas de desaparición forzada.
Durante la dictadura, los cuerpos fueron enterrados en las secciones 16, 17 y 23 del camposanto.
Más tarde fueron trasladados a un osario general y luego mezclados en una fosa clandestina cubierta por una losa de concreto. Encima se construyeron nichos para nuevos entierros.
Una primera exhumación en la década de 1990 identificó restos de 14 personas. En 2024, otros dos cuerpos fueron identificados: Joel Vasconcelos Campos, estudiante de 21 años, y Félix Escobar Sobrinho, campesino de 48.
El 21 de mayo, peritos forenses y documentalistas abrieron el memorial construido sobre la fosa clandestina. Allí permanecían almacenados restos óseos desde 2011.
Los especialistas trabajaron con archivos de los institutos Médico Legal y de Criminalística para cruzar información y reconstruir identidades.
Sin embargo, parte del material estaba alterado y en malas condiciones de conservación.
«Recogimos lo que estaba en el suelo y lo organizamos en cajas, con respeto y dignidad», afirmó el perito Samuel Ferreira.
Según el informe oficial de la Comisión Nacional de la Verdad publicado en 2014, la dictadura en Brasil dejó al menos 434 víctimas mortales y desaparecidos políticos. De ellas, 210 siguen sin aparecer sus rastros. Diversas organizaciones consideran que la cifra real podría ser mayor.
La iniciativa es acompañada por el grupo Tortura Nunca Más-Río de Janeiro. Su director, Rafael Maul, destacó que «la desaparición forzada es parte de nuestra historia, desde la esclavitud. Es deber del Estado recuperar esa memoria».
En las próximas semanas, los trabajos continuarán con nuevos análisis y revisiones de registros de defunción.