Guatemala conmemorará 29 años de la firma de los Acuerdos de Paz

El capitalino Palacio Nacional de la Cultura, frente a la céntrica Plaza de la Constitución, fue entonces el centro del acontecimiento, al acoger a 10 Jefes de Estado y de Gobierno, con otros dos mil invitados y delegados de diversos sectores.

Justo en la sede del Ejecutivo, suscribieron los cuatro comandantes de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), Rolando Morán, Pablo Monsanto, Carlos González y Jorge Rosal, así como el entonces presidente Álvaro Arzú (1996-2000) como testigo de honor.

También firmaron el documento los cuatro integrantes de la Comisión de la Paz y el otrora Secretario General de las Naciones Unidas Boutros Boutros Ghali.

Miles de personas esperaron delante de ese sitio la proclamación definitiva del cese de las hostilidades con el sueño de una vida mejor.

“Es el principio de una nueva era en Guatemala, una en la que todos tenemos algo que decir y que hacer”, expresó ante la multitud Arzú.

Una que debe encontrarnos con la mente clara, con el corazón limpio y las espaldas anchas para trabajar todos unidos por una patria libre, que encamine sus pasos al progreso y desarrollo, remarcó.

En el acto del pasado año, el mandatario Bernardo Arévalo instó, sobre todo a la juventud, a enfrentar el pasado con gallardía, a conocer la historia del país con precisión, con todo el peso de la verdad, aunque dolorosa, para así asegurar un futuro sin violencia.

El jefe de Estado invitó a caminar juntos por la vía de la reconciliación, al saber que solo con una justicia verdadera y desarrollo incluyente se construye una paz duradera.

Ante la vicepresidenta Karin Herrera, autoridades del Ministerio de Cultura y Deportes, de la Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos e invitados, Arévalo calificó la conmemoración de paradójica.

Una, añadió, que nos obliga a vernos en el espejo como sociedad, a preguntarnos qué hemos hecho para asegurar que los horrores del pasado no se repitan, a medir con alguna objetividad los avances y nuestras deudas históricas.

Ese día organizaciones de la llamada Plataforma Nacional de Víctimas del Conflicto Armado Interno (1960-1996) pidieron retomar la agenda de paz y rescatar la justicia en este territorio centroamericano.

Siguen pendientes las reformas para garantizar los derechos de los pueblos indígenas, el desarrollo rural, los derechos humanos y la reparación para las víctimas, señalaron.

Analistas políticos locales consideran evidente que los temas suscritos aún están lejos de alcanzarse para muchos.

La guerra civil desatada en el país dejó más de 200 mil muertos y 45 mil desaparecidos, según datos oficiales.

ro/znc