Félix Madariaga Leiva •  Memoria Histórica •  23/08/2025

La Embajada de Japón en Chile conmemora los 80 años de Hiroshima y Nagasaki

  • Con dos actividades en Santiago, la Embajada de Japón conmemoró los 80 años del lanzamiento de la bomba nuclear en Hiroshima y Nagasaki por parte de Estados Unidos.
La Embajada de Japón en Chile conmemora los 80 años de Hiroshima y Nagasaki

La primera se realizó el miércoles 6 de agosto en el auditorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, conmemoración que contó con un numeroso público – que quizás como algunos de los que estuvimos presentes – sintió que a la conmemoración le hizo falta una señal clara de un “Nunca Más”, tal vez porque es lo que nosotros buscamos desde hace más de 50 años.

Sin embargo, fue una actividad llena de emociones, con lectura de poesías, canciones interpretadas al inicio por la cantante Mika Komiya y al finalizar la actividad por el coro Jacarandá, además de la exhibición de parte del documental “Plegarias de una madre” y el mensaje de saludo para Chile entregado en video por la sobreviviente  de Hiroshima, la señora Setsuko Thurlow.

El discurso central estuvo a cargo de la embajadora de Japón en Chile ITO Takako, quien fue muy diplomática en su discurso, apelando a la necesidad de la paz y refiriéndose sólo a los daños permanentes causados por la bomba en su país. En ningún momento mencionó a quienes fueron y serán por siempre los responsables de esa inhumana acción, encabezados por el presidente de Estados Unidos de la época, Harry Truman.

Autoridades de distintos países y representantes de diversas organizaciones de derechos humanos participaron de la actividad que concluyó con un corte de cinta de la exposición “Memoria y Paz”, así le llamó también, días después cuando conmemoraron la masacre en Hiroshima y Nagasaki en el centro cultural La Moneda, el 14 de agosto.  El mismo discurso moderado, los mismos coros de paz y la subsecretaria de relaciones exteriores de Chile que tampoco mencionó a Estados Unidos en su discurso político, tal vez bajo un acuerdo silencioso para no molestar a la potencia.

En contraste a todo lo que se puede pensar o decir, creo que para no equivocarse sólo hay que decir la verdad, en ella está el origen y el final. Más allá de los discursos de buena voluntad que promueven la paz y el desarme en el mundo, la buena relación con tus vecinos y con la buena política, siempre estaremos del lado de la víctimas, de quienes – inocentemente – vivieron el horror, de los que no temen decir y apuntar con el dedo a los verdaderos responsables. Estoy con aquellos que ese 6 de agosto de 1945 a las 8:15 de la mañana vivieron en carne propia lo que el poder y la supremacía puede provocar, estoy con los japoneses y japonesas que perdieron a sus familias, estoy con las víctimas olvidadas, estoy con los que hoy sólo son un número y que murieron en Hiroshima y Nagasaki y no pueden decir, apuntar y acusar a Estados Unidos como su asesino. Sí, el mismo país que hoy dice negociar la paz en Ucrania, el mismo que está detrás de Israel en la destrucción de Palestina, el mismo país que no dudaría en apretar un botón si sus intereses estuviesen en peligro.

¿Qué pasa en el mundo?¿No estamos a la altura de decir las cosas por su nombre?, la diplomacia es una excelente herramienta para que los países se relacionen, pero sus límites están ahí, cuando la verdad no puede ser callada, silenciada o ignorada. Por eso, por que no fue dicho, lo decimos nosotros “Hiroshima y Nagasaki, Nunca Más”.


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