Eduardo Montagut Contreras •  Memoria Histórica •  01/09/2016

Los inicios del laborismo noruego

El Partido Laborista noruego fue fundado en el año 1887. En 1894 se presentó a las elecciones para el Storting, el parlamento noruego, aunque no logró entrar en el mismo hasta 1903. Este crecimiento tiene una estrecha relación con el desarrollo económico y la industrialización de Noruega desde que el país alcanzó su definitiva independencia en 1905, ya que la clase obrera aumentó considerablemente.

Durante la Primera Guerra Mundial la economía noruega experimentó un claro crecimiento, dada la neutralidad del país. Pero este hecho generó una elevada inflación y, además, se impuso el racionamiento, generando una fuerte conflictividad social. En la capital se dieron grandes manifestaciones en 1917 y 1918. El ejemplo de la Revolución Rusa estaba muy cerca y gran parte del movimiento obrero y del socialismo noruego se radicalizó. En este sentido, el Partido Laborista noruego fue la única formación socialista occidental que entró en la Internacional Comunista, ya que en la mayoría de los casos fue la escisión la que ingresó en dicha Internacional. El grupo que no quiso esta incorporación decidió crear una nueva formación, el Partido Socialdemócrata de los Trabajadores de Noruega. Pero la situación de la izquierda en este país escandinavo se complicó aún más en los años veinte, ya que el Partido Laborista abandonó la Internacional Comunista en 1923, lo que generó una nueva escisión y que desembocó en la creación del Partido Comunista de Noruega. En 1927, los socialdemócratas se reunieron de nuevo con el Partido Laborista. En ese mismo año el socialismo consiguió acceder al poder frente al Partido Liberal, que perdió definitivamente los apoyos en el seno de la clase obrera, y frente a la derecha. El rey de Noruega encargó formar gobierno a los laboristas, designando como primer ministro a Christopher Hornsrud. Pero este gobierno duró unas pocas semanas. En ese momento, el laborismo noruego entró en crisis y retrocedió electoralmente en 1930, aunque en el seno del resto del espectro político noruego también se dieron fuertes problemas, con una escisión en el Partido Liberal, mientras que en la derecha también se generaron muchas tensiones, surgiendo formaciones de extrema derecha y fascistas, de inspiración nazi.

La crisis económica generada a partir de 1929 hizo que aumentara la conflictividad social en el mundo industrial y urbano, pero también en el campo, amenazado por los precios de los productos agrícolas. Los laboristas se recuperaron y en alianza con el Partido Agrarista firmaron el denominado “Acuerdo de la Crisis”. El laborismo hizo una reformulación de su programa político radical en una línea más socialdemócrata. En 1935, Johan Nygaardsvold formó gobierno. Aunque la crisis no terminó sí se implantaron medidas importantes en materia fiscal, en la protección de los productos agrarios noruegos, fomento de la industria y del comercio y se produjo un claro aumento del gasto social. Los laboristas intentaron conjugar una política económica y social que se inspiraba tanto en el New Deal norteamericano como en la planificación soviética. Fue un gobierno muy popular hasta que se produjo la invasión alemana en 1940. El gobierno marchó al exilio en el Reino Unido.

 


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