Eduardo Montagut Contreras •  Memoria Histórica •  27/08/2016

El movimiento estudiantil en Cataluña durante el franquismo

El movimiento estudiantil durante el franquismo en Cataluña fue muy relevante y activo. En la posguerra la mayoría de las organizaciones clandestinas tenían presencia en la Universidad. En una fecha tan temprana como 1942 se creó el Front Universitari de Catalunya, que mantendrá una actividad intermitente hasta su autodisolución en 1948. Era una época muy difícil para poder mantener una cierta estabilidad organizativa, especialmente por el control y represión que ejercía el SEU y las autoridades académicas y policiales.

Los estudiantes catalanes participaron activamente, ya en el decenio posterior, en la huelga de tranvías de 1951, hito en la historia del antifranquismo. Sería una especie de antecedente del arranque del movimiento estudiantil en el curso 1956-1957. El descontento estudiantil contra el inmovilismo en la Universidad había crecido de forma evidente. En noviembre de 1956, en plena repercusión de los incidentes provocados en la Universidad de Madrid en febrero de ese mismo año, surgirán las primeras manifestaciones de estudiantes que terminará por provocar el cierre de la Universidad. Este movimiento enlaza con la nueva huelga de tranvías de enero de 1957. El 21 de febrero se reúne la primera asamblea libre de estudiantes de la Universidad de Barcelona. En esta asamblea se reivindicaron las libertades de expresión y de asociación, así como la retirada de la policía. Esta asamblea puso los cimientos del movimiento estudiantil de masas de los años sesenta.

En abril de 1965 desaparece el SEU y en marzo del año siguiente en una asamblea estudiantil celebrada en el Convento de los Capuchinos de Sarrià, a la que asistirán unos quinientos delegados estudiantiles, una veintena de profesores y un grupo de intelectuales, se constituía el Sindicat Democràtic d’Estudiants de la Universitat de Barcelona. Este sindicato tendrá un protagonismo evidente en la vida universitaria catalana con una intensa actividad sindical y cultural, especialmente durante los cursos 1966-1967 y 1967-1968. Pero el sindicato terminará por desaparecer por varias causas: la fuerte represión policial y de las autoridades académicas; las escisiones en el seno del PSUC, el partido que había apoyado al sindicato; y la radicalización de un sector de los estudiantes como resultado de la influencia del Mayo francés. A partir del curso 1968-1969 el movimiento estudiantil catalán se encaminó hacia una evidente radicalización y, por otro lado, se fragmentó con la aparición de sectores violentos contra “la universidad burguesa”. En este clima se llegó a asaltar el rectorado en enero de 1969. A pesar de esta situación, se mantendrán las movilizaciones estudiantiles con objetivos políticos durante todo el tardofranquismo y la transición.


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