Presentaciones del libro «Los barrancos del silencio» de González Tejera, con prólogo de Emilio Silva
- El libro de Francisco González Tejera sale a librerías en estos días.

Presentaciones en junio, hasta el momento;
- Día 11 de junio, en la librería Sin Tarima de Madrid.
- Día 19 de junio, en Castillo de Mata-Las Palmas.
- Día 20 de junio, en El refugio Librería, La Laguna (Tenerife).
La isla del miedo
Tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, Gran Canaria se convirtió en un laboratorio del terror donde falangistas y franquistas, con el respaldo de los caciques locales, desataron una represión de una crueldad desmesurada, que superaba con creces la lógica de la violencia política. En la isla no solo se buscó eliminar físicamente al adversario republicano, sino aniquilarlo moral y simbólicamente mediante procedimientos sádicos que rayaban lo demencial. En la sede de la Falange, convertida en centro de tortura, los prisioneros —hombres y mujeres— eran sometidos a todo tipo de vejaciones.
La represión no fue solo asesinato, fue tortura ritualizada, un sadismo institucionalizado, una maquinaria de sufrimiento que convirtió a Gran Canaria en uno de los escenarios más oscuros de la barbarie fascista en España. La saña con que se aplicó responde también al deseo de enviar un mensaje claro: nadie que pensara diferente estaba a salvo; no solo buscaban destruir los cuerpos, pretendían destruir conciencias, borrar memorias y sembrar el miedo como herencia generacional.
En Los barrancos del silencio, de Francisco González
Tejera, se despeñan las reconciliaciones que nunca existieron,
los relatos del regreso de una democracia que excluyó a quienes
más la defendieron, a quienes la habían conocido y ya no
querían vivir sin ella. Desterrados de los medios de
comunicación, de los parlamentos, del repertorio de los ejemplos
a seguir, de cientos de libros de texto en los que quienes
recuerdan y son recordados en estas páginas nunca tuvieron un
espacio que los diera a conocer.
La recuperación de la memoria es fundamentalmente una
conversación en la que toman la palabra quienes nunca
subieron a una tribuna o accedieron a un juzgado para testificar
contra los perpetradores de todo su sufrimiento. Tenemos que
conocer sus vidas para saber que hay otros caminos, otras rutas
con las que entretejer el destino de una sociedad más justa, más
libre, como la que ellos estaban construyendo y defendieron, en
la que sus voces, en la que estas voces nunca habrían corrido el
riesgo de caer en el olvido.
Del prólogo de Emilio Silva.
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