Redacción •  Memoria Histórica •  11/10/2025

Se cumplen 89 años del asesinato de Amparo Barayón a manos de falangistas en Zamora

  • La periodista y escritora fue secuestrada en el 28 de agosto por las fuerzas golpistas, siendo ejecutada por una banda liderada por Martín Mariscal, a los 32 años de edad en las tapias del cementerio de Zamora, junto a Juliana Luis García y Antonia Blanco Luis.
Se cumplen 89 años del asesinato de Amparo Barayón a manos de falangistas en Zamora

El 11 de octubre de 1936, la escritora y periodista Amparo Barayón, fue asesinada junto a otras dos mujeres, Juliana Luis García y Antonia Blanco Luis, en las tapias del cementerio de Zamora. Su ejecución, a manos de una banda de falangistas liderada por Martín Mariscal, supone no solo un acto execrable, sino una muestra de la crueldad criminal de los sublevados.

Amparo se había trasladado tras el golpe de estado del 18 de julio a Zamora, junto a su hija pequeña Andrea, ante el riesgo para la seguridad de la familia del avance fascista hacia Madrid, mientras su marido, el también escritor Ramón J. Sénder, se quedaba en la capital para enrolarse en las fuerzas de defensa.

La decisión, sin embargo, resultó fatal. Tras la detención de sus hermanos, Saturnino y Antonio, internados en la cárcel de Toro, Barayón fue detenida el 28 de agosto junto a su hija y trasladada a la cárcel de Zamora, convertida en un centro de detención sumario contra todos los opositores a las fuerzas sublevadas. Tras poco más de un mes de encarcelamiento, el 10 de octubre fue separa de su hija Andrea.

Un día más tarde, sería trasladada al cementerio de Zamora y asesinada.

En sus últimas horas, Amparo legó una misiva a su marido, instándole a no perdonar a los asesinos y denunciando el secuestro de Andrea. Además, responsabilizaba a su cuñado, Miguel Sevilla Cabrero, marido de su hermana Casimira, un militante de extrema derecha, de haberla señalado ante los falangistas.

A pesar de los esfuerzos posteriores por maquillar la oleada de asesinatos y crímenes perpetrados por los militares y escuadristas sublevados contra el orden constitucional de la República, el asesinado de Amparo ni siquiera se realizó tras un trampantojo de proceso judicial. Las acusaciones oficiales para justificar el asesinato no llegarían hasta 1937, cuando las autoridades autoproclamadas tras el golpe fabricaron un expediente acusándola de espionaje.

Durante su secuestro a manos de sus captores en la cárcel de Zamora, Amparo compartió cautiverio con Pilar Fidalgo, que, tras lograr escapar del centro penitenciario, denunció en 1937 a nivel internacional los crímenes contra la población civil en su obra ‘Una joven madre en las prisiones de Franco’, en la que relataba, entre otros, el asesinato de Barayón.

Los acontecimientos también fueron recogidos por su hijo, el artista nacionalizado estadounidense Ramón Sender Barayón, en la obra ‘Muerte en Zamora’, escrita a mediados de los años ’80.


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