Un permiso que no concede la Iglesia frena la exhumación de la fosa de Bértoa

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) que inició la búsqueda científica de desaparecidos por la represión franquista en el año 2000, y ha llevado a cabo varias exhumaciones en Galicia, lleva meses esperando la autorización eclesiástica para poder iniciar las labores de exhumación en el cementerio de Bértoa, donde esperan encontrar los cuerpos de cuatro republicanos asesinados por fuerzas golpistas en septiembre del año 1936.

A instancia de la familia y de algunos vecinos fue investigado el caso de los cuatro vecinos que fueron secuestrados ilegalmente y posteriormente asesinados. Los cuerpos, que mostraban heridas de bala, aparecieron el 29 de septiembre de 1936 en el  Campo de Morgade, en Queo de Arriba, Bértoa (Carballo), y fueron enterrados por el párroco y los vecinos  en el cementerio de Bértoa.

La ARMH tiene todos los permisos necesarios pero la  autoridad eclesiástica  de Santiago de Compostela llevan meses alargando el proceso, tardando en dar repuestas a las peticiones o argumentando que alguno feligreses se oponen a que se lleve a cabo la exhumación. A pesar de las numerosas  solicitudes de la ARMH  de vecinos y familiares.

En diversos actos públicos la ARMH  ha explicado lo ocurrido y  la actuación que se quiere llevar a cabo; y lo ha hecho acompañada por algunos familiares,  vecinos y representantes de la alcaldía.

La ARMH ha llevado a cabo numerosas exhumaciones en Galicia y ha mantenido relaciones cordiales con los  diferentes obispados por lo que esta es la primera vez que se encuentra con obstáculos en su labor de ayudar a las familias de los desaparecidos por la represión franquista a encontrarlos para identificarlos y poder darles una sepultura digna.

En el caso de Bértoa se trata de llevar a cabo una actuación en suelo apartado de los nichos que no tiene dificultades técnicas desde el punto de vista arqueológico y forense.

Los nombres de los cuatro asesinados que se pretenden exhumar son:

Juan Boedo Pardo, de 28 años, vecino de Cristobo das Viñas (A Coruña). De profesión gasista.

Andrés Pinilla Fraga, de 52 anos. Vivía en Coruña y fue conserje del Colegio Notarial de Coruña.

Pedro Pinilla Calvete, de 21 años, nacido en A Coruña. De profesión mecánico.

Francisco Miguel Fernández Díaz, de 38 años. Pintor, ilustrador, librero y crítico de arte. Una de las grandes realidades artísticas de Galicia, de su tiempo y nombre mítico de la pintura gallega contemporánea.