Federico Novo •  José Rusconi •  Memoria Histórica •  07/09/2025

Argentina: se cumplen 50 años de la Masacre de La Plata

  • El 4 y 5 de septiembre de 1975 ocho jóvenes militantes del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), antecesor de Izquierda Socialista, fueron asesinados en La Plata por bandas fascistas que contaban con la protección del gobierno de Isabel Perón.
Argentina: se cumplen 50 años de la Masacre de La Plata

El 4 y 5 de septiembre de 1975 ocho jóvenes militantes del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), antecesor de Izquierda Socialista, fueron asesinados en La Plata por bandas fascistas que contaban con la protección del gobierno de Isabel Perón. El hecho fue conocido como la “Masacre de La Plata”. Hoy, Izquierda Socialista junto a la Comisión por la Memoria y Justicia de la Masacre de La Plata seguimos exigiendo justicia para nuestros compañeros y compañeras caídos. También seguimos reivindicando su pelea por la construcción de un partido revolucionario que luche por el socialismo.

En la noche del 4 de septiembre, una delegación de cinco militantes del PST, encabezados por Roberto “Laucha” Loscertales, activista y trabajador despedido del  Astillero Río Santiago, se dirigía en un vehículo hacia la Petroquímica Sudamericana (hoy Mafissa). Llevaban comida y dinero para el fondo de huelga de sus trabajadores, que se encontraban ocupando la fábrica por aumento salarial. Con el “Laucha” estaban: Hugo Frigerio, delegado del Ministerio de Obras Públicas (MOP); Adriana Zaldúa, también delegada del MOP, dirigente de la Juventud Socialista y estudiante de la Facultad de Arquitectura (UNLP); Ana María Guzner, ex delegada del gremio no docente de la universidad (ATULP); y Lidia Agostini, odontóloga que trabajaba en un dispensario municipal. Pero ellos nunca llegaron a la fábrica. En el camino su vehículo fue interceptado y fueron secuestrados. Al día siguiente, sus cuerpos acribillados a balazos fueron encontrados en La Balandra, un descampado en Berisso.

El 5 de septiembre, al confirmarse la noticia de los fusilamientos, el PST comenzó una campaña de denuncia. Los trabajadores del MOP paralizaron las tareas como expresión de protesta, también los no docentes de la UNLP. En Petroquímica colgaron una bandera que acusaba al patrón: “Curi compra matones para matar”. Esa misma tarde, Oscar Lucatti, militante del PST y también trabajador del MOP; Carlos “Dicki” Povedano, miembro de la Comisión Interna de la Delegación de Previsión Social de la Nación; y Patricia Claverie, activista y estudiante de la Facultad de Ciencias Naturales (UNLP), fueron secuestrados por individuos que portaban armas largas y los introdujeron en un auto Fiat 128, cuando salían del local del PST de La Plata para desarrollar las tareas de denuncia y movilización. Sus cadáveres aparecieron recién varias horas después. A pesar de las denuncias y numerosos datos aportados por el PST, sus familiares y amigos, el crimen sigue impune.

De Pacheco a La Plata”

Bajo este título, el periódico del PST, Avanzada Socialista del 13 de septiembre, analizaba las causas de la “Masacre de La Plata” y la situación política que vivía el país. El 29 de mayo de 1974, aún bajo la presidencia de Juan Domingo Perón, una banda fascista había atacado el local del PST de General Pacheco, secuestrando a varios militantes y acribillando a tres de ellos. En aquel momento, el PST llamó a la más amplia unidad de acción contra los fascistas. Pero el llamado no tuvo eco en la mayoría de las organizaciones (JP, Montoneros, PC), salvo honrosas excepciones, como la del Bloque de Base de Rodolfo Ortega Peña.

Aquellos asesinatos se enmarcaban en el intento del gobierno de Perón, contrario a las expectativas creadas en gran parte del movimiento peronista, de aplastar al movimiento obrero y liquidar las libertades democráticas. El gobierno y las grandes patronales industriales, latifundistas y banqueros, nacionales y extranjeros, se avocaron a superar la crisis económica mediante la represión, para profundizar la superexplotación obrera, acordada con el imperialismo y el FMI.

El 6 de noviembre de 1974, ya fallecido Perón, Isabel implantó el Estado de Sitio con el argumento de combatir a la guerrilla. Una medida apoyada por casi todos los partidos patronales que favoreció el ascenso de bandas fascistas como la “Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina). Ese mismo mes fueron asesinados otros cuatro militantes del PST en Capital y el Gran Buenos Aires. Se sucedieron ataques al movimiento obrero mediante el asesinato de activistas y dirigentes obreros, encarcelamientos masivos sin causa, la “misión Ivanissevich” intervino las universidades, el allanamiento y bombas a locales políticos. Para 1975, el PST tenía más de diez presos políticos, entre ellos, Juan Carlos “Pelado Matosas” López Osornio y Miguel Lamas.

Pero con las movilizaciones y la huelga general de junio y julio de 1975 los trabajadores habían impuesto la renuncia del ministro de Bienestar Social, José López Rega, organizador de la Triple A y derrotaron el plan de ajuste de su protegido, el ministro de Economía Celestino Rodrigo, conquistando los acuerdos paritarios que intentaba desconocer. Pero luego del triunfo, la burocracia sindical no continuó el plan de lucha y pactó la desmovilización con el gobierno de Isabel. Esto permitió que los sectores más “gorilas” continuaran su “iniciativa en el camino hacia un régimen contrarrevolucionario”.

La dirección nacional del PST, ante la Masacre de La Plata señaló: esta vez “las armas de los asesinos no atacan en nuestro partido al conjunto de la oposición; atacan al movimiento obrero y a la izquierda”. Las máximas conducciones del peronismo y el radicalismo callaron. El PST denunció la responsabilidad del gobierno peronista. También, a los falsos “opositores”, del estilo de Ricardo Balbín de la UCR, que dejaban actuar a las bandas fascistas sin denunciarlas.

El PST llamó a vengar la muerte de los asesinados, pero no de forma individual, sino con las más amplia unidad de acción antifascista y continuando la tarea a la que habían dedicado sus vidas los compañeros y compañeras asesinados: la construcción del partido mundial de la revolución socialista. Rechazaba así una salida mediante la conciliación o la guerrilla, llamando a confiar en la movilización unitaria de los trabajadores y trabajadoras.

Exigimos justicia y seguimos luchando por el socialismo

En enero de 1976 fue asesinado otro militante del PST de la región, Carlos Scafide. En marzo, el gobierno de Isabel fue reemplazado por la dictadura militar y el terrorismo de Estado. Pero la lucha de los trabajadores y trabajadoras logró tirar a la dictadura y continúa en la actualidad bajo el gobierno ultraderechista de Milei.

Hoy en día seguimos reclamando justicia junto a la Comisión por la Verdad y Justicia de la Masacre de La Plata y continuamos el ejemplo de nuestros compañeros y compañeras del PST: acompañamos las peleas contra el ajuste del gobierno y el FMI, y en ellas seguimos bregando por la construcción de un partido revolucionario para conquistar un gobierno de trabajadores y trabajadoras y por el socialismo.  A cincuenta años de la Masacre de La Plata levantamos el puño con la misma fuerza y la misma furia, y como entonces decimos: “Eran nuestros hermanos en la lucha por el socialismo. Los lloramos de cara al agresor, mirándolo de frente, más firmes que nunca en nuestro odio de clase. Ellos fueron golpeados para que nosotros titubeemos. Ya lo sabíamos antes de que ellos u otros cayeran. A este gobierno capitalista de cuyas entrañas salieron las bandas asesinas […] les decimos: se equivocaron. Ellos cayeron para que nuestro dolor y nuestra rabia y nuestro odio de clase nos hicieran más fuertes


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