Gabe Abrahams •  Memoria Histórica •  01/10/2025

Grishin: el patinador soviético de los cuatro oros olímpicos

El patinador soviético Grishin consiguió cuatro medallas de oro olímpicas para la URSS, una hazaña impresionante. Esta es su biografía.

Grishin: el patinador soviético de los cuatro oros olímpicos

Yevgeny Grishin (o Yevgueny Grishin) nació el 23 de marzo de 1931 en Tula, una ciudad de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), situada a una distancia de 165 kilómetros de Moscú.

Al principio, el deportista se decantó por entrenar y competir en ciclismo durante todo el año y patinar en invierno solo en sus entrenamientos. Pero, transcurrido un tiempo, optó por entrenar y competir tanto en ciclismo como en patinaje plenamente.

Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), así pues, Grishin compaginó el ciclismo y el patinaje. Y, de esta forma, consiguió ganar un campeonato juvenil de patinaje de velocidad, alcanzar una plusmarca nacional juvenil en esa especialidad y ser incluido en el equipo de ciclismo de la URSS que acudió a los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952, aunque al final no compitió.

Los Juegos de Helsinki de 1952 marcaron un antes y un después en la carrera de Grishin, ya que, a partir de estos, dejó atrás el ciclismo y se centró en el patinaje por completo. Una decisión acertada que le condujo a ganar cuatro medallas de oro olímpicas en los años siguientes. Y es que cuando uno tiene que darlo todo en una disciplina deportiva, es preferible no desdoblarse en dos. El cuerpo y la mente dan para lo que dan.

En los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956, disputados en Cortina d’Ampezzo (Italia), Grishin recogió los primeros frutos de su acierto y se proclamó Campeón Olímpico en las pruebas de 500 y 1.500 metros de patinaje, encabezando la URSS el medallero de los Juegos con 17 medallas. Fue su primer gran momento olímpico.

Cuatro años después, en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1960, llevados a cabo en Squaw Valley (Estados Unidos), el doble campeón olímpico soviético volvió a triunfar en las mismas dos pruebas en las que lo había hecho en los Juegos de Cortina d’Ampezzo y se proclamó otra vez doble campeón olímpico. La URSS, de nuevo, encabezó el medallero con 21 medallas.

Arribados los Juegos Olímpicos de Invierno de Innsbruck 1964 (Austria), a pesar de ser ya veterano, el incansable Grishin una vez más estuvo a la altura de lo que de él se esperaba y logró ganar su quinta medalla olímpica, en esta ocasión de plata, en la prueba de 500 metros, cerrando su ciclo de medallas olímpicas. Fue su último momento estelar en unos Juegos Olímpicos. Como venía siendo habitual, la URSS volvió a encabezar el medallero de los Juegos con un total de 25 medallas.

La última participación olímpica de Yevgeny Grishin se produjo en los Juegos Olímpicos de Invierno de Grenoble 1968 (Francia), donde a pesar de ser muy veterano aún pudo quedar cuarto en la prueba de los 500 metros.

A sus grandes gestas olímpicas, el incansable patinador añadió una medalla de oro en el Campeonato de Europa de 1956 y dos medallas de bronce en los mundiales de los años 1954 y 1958, así como una larga lista de plusmarcas conseguidas entre 1956 y 1963. Sus años de gloria.

En 1966, Yevgeny Grishin se convirtió en entrenador y realizó una buena tarea al frente de la preparación de ciclistas y patinadores de la URSS, retirándose de esa actividad a finales de los años setenta.

En 1959, además, Grishin se casó con la patinadora Marina Granatkina, con la que tuvo una hija: Elena. En 1962, se afilió al PCUS, el Partido Comunista de la Unión Soviética. Y, tras sus gestas, recibió condecoraciones como la Orden de Lenin o la distinción de Honorable Maestro de Deportes de la URSS.

Grishin falleció finalmente el 9 de julio de 2005 en Dédovsk, una pequeña ciudad de los alrededores de Moscú, tras pasar sus últimos años de vida con problemas de salud. Y fue enterrado en el cementerio moscovita Troyekúrovskoye, a escasos metros de algunos ex responsables del PCUS, es decir de su partido, y del KGB (servicio de inteligencia de la URSS) como Vladímir Semichastny o Víktor Chébrikov.

La noticia de su muerte causó sorpresa y a algunos les costó asimilar que el extraordinario patinador que ayudó a encumbrar a la Unión Soviética en el patinaje y el olimpismo se había ido. Lo había hecho en silencio, sin hacer demasiado ruido, un tanto apartado del mundo. Y, por eso, hubo quien se sorprendió con la noticia.

Desde su fallecimiento, Grishin no ha sido olvidado y, frecuentemente, recibe reconocimientos y homenajes, sobre todo en su país. Suele aparecer en sellos de correos, en monedas conmemorativas o en reportajes que lo recuerdan. Y es que el paso del tiempo ha permitido apreciar mejor su trayectoria, valorar más sus éxitos y tomar conciencia de la verdadera dimensión de todo lo que consiguió. El campeón está aquí, con nosotros. Eterno Grishin.


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