Brasil: Revocan vetos de Lula a proyecto de ley que promueve el extractivismo
El Gobierno había pedido no revocar los vetos para «evitar un retroceso ambiental, social e institucional» que afectaría la vida de las personas y el desarrollo sostenible.

El Congreso de Brasil revocó este jueves 56 de los 63 vetos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva al llamado Proyecto de Ley de Devastación, pocos días después de que la celebración de la COP30 en ese país promoviera los derechos ambientales.
La Cámara, con 295 contra a 167 se pronunció en contra de los vetos propuestos por Lula da Silva para reducir los proyectos extractivistas. En el Senado, la votación fue de 52 a 15.
El veto impide que proyectos con riesgo significativo, como presas de relaves, sean sujetos a licencias simplificadas sin un análisis técnico adecuado.
Uno de los artículos que vuelve a tener vigor crea la llamada licencia por adhesión y compromiso de proyectos de infraestructura. En virtud de esa normativa, cuando se trata de obras de menor envergadura, los propios interesados determinan el impacto medioambiental, algo que los críticos de la medida consideran «autolicenciamiento».
La votación se llevó a cabo un día después de que el gobierno solicitara la ratificación de los vetos. En un comunicado, el Poder Ejecutivo solicitó que no se revocaran los vetos para «evitar un retroceso ambiental, social e institucional» que afectaría la vida de las personas y la capacidad del Estado para impulsar el desarrollo de forma sostenible y con solidez jurídica.
La votación del Proyecto de Ley de Devastación volvió a poner a prueba la relación entre el Gobierno y el Congreso, donde la mayoría conservadora logró el debilitamiento de las normas de licencias ambientales.
Asimismo, fue anulado el veto a una propuesta que exime de toda licencia medioambiental a proyectos para la construcción de plantas de tratamiento de aguas, hasta que el país alcance sus metas de universalización en el área de saneamiento básico.
Diversas organizaciones habían solicitado al Gobierno un «veto integral», por considerar que muchos de los artículos de la ley son inconstitucionales e incentivan la desforestación en ecosistemas críticos como la Amazonía.
Los vetos del Gobierno han sido anulados solo unos días después de la conclusión de la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU (COP30), que fue celebrada en la ciudad de Belém, en la Amazonía brasileña, una de las regiones más afectadas durante el Gobierno de Jair Bolsonaro por la explotación minera y la utilización de agrotóxicos en el país.
La Amazonía brasileña
Para la investigadora Marcela, Vecchione Gonçalves, comprender los desafíos que enfrenta la Amazonía debe partir de la comprensión de que el problema climático es, en esencia, una disputa de modelos.
«Cuando hablamos de clima, también hablamos de modelos de desarrollo, y las batallas que se libran en el ámbito de la negociación tienen mucho que ver con las batallas sobre modelos de desarrollo», refirió.
Para el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), esta disputa se manifiesta en el proceso que el profesor Fernando Michelotti define como la profundización de un nuevo régimen de acumulación de capital, el neoliberalismo, que busca redefinir su relación con la naturaleza.
«Este movimiento no es lineal, sino que se produce en ciclos que alternan entre períodos más autoritarios, como el observado recientemente, y fases de estabilización que buscan crear nuevos consensos», aseguran.
Para los expertos, la clave para comprender la crisis reside en el concepto de neoliberalización de la naturaleza, un proceso que transforma la crisis ecológica en oportunidades de negocio y activos financieros.
«La Amazonía se consolida así como una zona de sacrificio, donde se superponen la deforestación, la expansión de las mercancías y la violencia contra los defensores de derechos humanos, caracterizando un control autoritario sobre los territorios», precisó el profesor Fernando Michelotti.
