Redacción •  Internacional •  28/10/2016

IU reclama someter la ratificación del CETA a un referéndum en toda la UE

La portavoz de Izquierda Unida en el Parlamento Europeo, Marina Albiol, cree que el acuerdo al que han llegado las autoridades belgas para dar luz verde al tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA), es “una mala noticia”, fruto “de las presiones y del ultimátum lanzado por Bruselas” a finales de la semana pasada al Parlamento de Valonia.

IU reclama someter la ratificación del CETA a un referéndum en toda la UE

Sin embargo, sostiene que el frenazo valón al acuerdo ha servido para “poner encima de la mesa los peligros” que supone este tratado y “para que la ciudadanía pueda estar más informada”. Además, teniendo en cuenta las dudas de la parte francófona de Bélgica y las críticas de los que apoyan la firma a toda costa, ha dicho, “la Comisión Europea tiene ahora la obligación de someter la ratificación del CETA a un referéndum”.

“Llevan una semana escandalizados y llevándose las manos a la cabeza porque una región de 3,5 millones de personas estaba poniendo en peligro un acuerdo que incumbe a 500 millones de personas en la UE. Entonces, no deberían tener ningún problema en que sean precisamente esos 500 millones de europeos y europeas los que voten si están de acuerdo o no”, ha afirmado Albiol.

La eurodiputada ha recordado que “en IU venimos exigiendo desde el principio un referéndum vinculante tanto para el CETA como para el TTIP, además de la ratificación en los parlamentos estatales”. “Y lo seguimos manteniendo porque no son acuerdos comerciales al uso, son verdaderas constituciones transatlánticas disfrazadas de libre comercio que, de ser aprobadas, condicionarán todas las decisiones políticas a nivel estatal, autonómico y local”, ha añadido.

Albiol no tiene “ninguna duda” de que “las presiones de Bruselas han forzado a Bélgica a llegar a este principio de acuerdo” y tiene “muy claro” que la premura con la que han obligado al Gobierno belga a tomar una decisión “tiene que ver más con el hecho de que se estuvieran viendo amenazados los intereses de una élite económica, que los intereses de las clases populares de la UE”.

En el caso del Estado español, “tal y como nos tiene acostumbrados el PP, no ha hecho falta ni eso”, porque “el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy ya decidió por todos que el Consejo de Ministros era el lugar más adecuado para decir que el CETA es un buen acuerdo”. “Sabemos la necesidad que tiene Rajoy de no seguir tensando la cuerda con Bruselas, pero su seguidismo y sumisión tiene repercusiones para toda la ciudadanía y, cuanto menos, asustan”.  

La eurodiputada no cree que la solución sea, sin embargo, “reescribir determinadas cláusulas en dos días” o hacer «una versión descafeinada del CETA” porque “estamos en contra de los tratados de libre comercio”. Aunque sí se ha felicitado “de que al menos en las últimas dos semanas se haya puesto en evidencia el carácter antidemocrático de una UE que pretende imponer sus políticas neoliberales por las buenas o por las malas” a los parlamentos democráticamente elegidos.

Esto “legitima y da fuerza a las reivindicaciones y la lucha en la calle de organizaciones sociales, políticas y sindicatos” en contra del tratado, quienes “lo único que están poniendo de manifiesto son las implicaciones del CETA, el TTIP y el TiSA en todos los aspectos de nuestra vida”. Por último, y pese a la más que probable ratificación definitiva por parte de Bélgica, Albiol mantiene que “no hay que bajar los brazos” y que “todos juntos debemos seguir luchando para tumbarlo”.


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