El arte del descanso
El día de ayer regresamos de unas vacaciones en uno de los nuevos hoteles de Acapulco, mismos que se encuentran entre los mejores del mundo de acuerdo a las estadísticas de este año. Nuestra vacación tuvo una duración de siete días elementales para poder recargar baterías para empezar este 2018 con la energía y vitalidad necesarias para poder aspirar a un año exitoso mejor que cualquier otro que hayamos tenido en el pasado. Durante estos siete días de descanso, por primera vez, pude manejar el arte del descanso de manera adecuada, algo que en años anteriores no había podido lograr.

Esto es algo ridículo tomando en cuenta que durante todo el año la mayoría de las personas anhelamos por algunos días de vacaciones. Sin embargo, cuando estos llegan resulta que hacemos todo menos descansar ya que muchos de nosotros los empleamos de manera errónea y perdemos mas energía de la que ganamos lo que resulta siempre, al final de las vacaciones, en el necesitar una semana más de descanso, una semana que nunca puede estar ahí y se queda en el deseo de la imaginación además de quitarnos el enfoque que necesitamos para operar con eficacia.
Esto produce de las vacaciones un efecto contraproducente de un espacio de tiempo y espacio que en originalidad están diseñadas para regenerar todo aquello que hemos perdido durante un año que por lo general están cargados de intenso trabajo y de todas las emociones y frustraciones que esto causa, algo que año con año en vez de regenerarse se reanuda y se acumula. Esto no debe de ser así, sin embargo la mayoría de todos nosotros empleamos casi todos los recursos necesarios que tenemos en nuestra disposición para obtener este medio, algo que se tiene que cambiar.
Ahora bien, hemos también de entender que la gran mayoría de las veces los campos conceptual que tenemos en la mente son solo eso –conceptos- que son en realidad imposibles de emplear de manera exacta en el tiempo y espacio de nuestra realidad inmediata, algo que también sucede siempre con las vacaciones. Por esta razón, es necesario que entendamos que no existe una vacación perfecta ya que hasta en la mejor de las vacaciones algo de ansiedad y preocupación siempre existirá, elementos cuasi necesarios para no volar y nunca regresar.
El no entender que esto siempre estará presente, dado a que siempre perteneceremos a la realidad del mundo aunque en descanso, puede terminar por arruinar las vacaciones debido a que creara una frustración grande al entender que no estamos disfrutando de nuestras vacaciones. Ahora bien, si por el contrario comprendemos que toda vacación será dotada de un grado menor de estas emociones entonces estas emociones se irán devorando a si mismas hasta quedar casi extintas dándonos y permitiéndonos conseguir el objetivo principal de una vacación: el verdadero descanso. Nada en nuestra vida puede ser absoluto pero sí podemos manejar nuestros elementos de manera efectiva para conseguir nuestros objetivos, el descanso debe ser uno de los más importantes en nuestra cotidianeidad.