Sudán presenta ante la ONU una iniciativa integral para poner fin a la guerra
El primer ministro Kamel Idris propuso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, un alto el fuego supervisado, el desarme de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y un proceso de transición que culmine en elecciones democráticas.

El primer ministro de Sudán, Kamel Idris, presentó este pasado lunes 22 de diciembre ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una iniciativa de paz integral que busca poner fin a casi 1.000 días de una guerra civil que devasta al país africano.
El plan, descrito por el mandatario como una vía para detener la «carnicería» y restaurar el orden institucional, exige un alto el fuego inmediato bajo la supervisión conjunta de la ONU, la Unión Africana y la Liga de los Estados Árabes, condicionado a la retirada total de las milicias de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de los centros urbanos y zonas ocupadas.
La propuesta de Jartum contempla además, el confinamiento de los combatientes de las FAR en campamentos controlados, donde se llevará a cabo un registro biométrico para identificar a mercenarios extranjeros. El Gobierno sudanés denunció reiteradamente que las filas de la insurgencia están nutridas por combatientes de países vecinos e incluso ciudadanos colombianos, lo que internacionaliza el conflicto y vulnera la integridad nacional. Idris fue enfático al señalar que cualquier tregua carece de futuro si la insurgencia no es desarmada y confinada bajo estricta supervisión internacional.
En el ámbito político y social, la iniciativa propone un «diálogo sudanés-sudanés» durante un período de transición. Este proceso busca que las diversas fuerzas políticas acuerden las bases del futuro sistema de Gobierno, culminando en elecciones libres y justas. Asimismo, el plan incluye mecanismos de justicia transicional: mientras se ofrece integración a los combatientes que cumplan con los criterios estatales, se asegura que los responsables de crímenes de guerra, genocidio y violaciones a los derechos humanos enfrentarán los tribunales, garantizando que no haya impunidad en el proceso de reconciliación.
El contexto humanitario que rodea esta propuesta es crítico. Según datos de la ONU, la guerra iniciada en abril de 2023 provocó la peor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 13 millones de personas fuera de sus hogares y decenas de miles de fallecidos. Las autoridades advierten que el conflicto está tomando dimensiones regionales que podrían arrastrar a los países vecinos, convirtiendo la estabilidad de Sudán en una prioridad para la seguridad de todo el continente.
Por su parte, la Administración de Estados Unidos, a través de su representación ante la ONU, ha propuesto una «tregua humanitaria» inmediata. No obstante, las mediaciones previas lideradas por el denominado «cuarteto» (Estados Unidos, Egipto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos) se encuentran en un punto muerto.
El primer ministro Idris espera que su plan sea visto como un complemento soberano a los esfuerzos internacionales, insistiendo en que la paz solo será sostenible si se respeta la institucionalidad del Estado y se garantiza el retorno seguro de los millones de refugiados y desplazados a sus tierras de origen.
