PL •  Internacional •  19/06/2019

Senado brasileño rechaza decreto presidencial sobre porte de armas

El Senado de Brasil rechazó el decreto que flexibiliza el porte de armas en el país, suscrito en mayo por el presidente Jair Bolsonaro y que genera una ola de rechazo en casi todos los sectores de la sociedad.

Senado brasileño rechaza decreto presidencial sobre porte de armas

Luego de unas tres horas de discusión, el Senado aprobó, con 47 votos contra 28, un entender emitido por la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la Cámara Alta que suspendió la semana pasada esta iniciativa, una de las banderas del político de extrema derecha durante la campaña electoral de 2018.

Con tal resultado, el asunto será discutido por la Cámara de Diputados. Mientras la asamblea no analiza el tema, las reglas previstas en los decretos continuarán valiéndose.

Según el presidente del Senado, Davi Alcolumbre, el debate se realizó con madurez política.

El derecho al porte es la autorización para transportar el arma fuera de casa. Es diferente de la posesión, que solo permite mantener el ingenio bélico dentro de casa.

Un primer decreto sobre armas y municiones fue firmado el 7 de mayo. Desde entonces ha sido objeto de cuestionamientos en la justicia y en el Congreso Nacional.

Ante la polémica en torno al asunto, Bolsonaro retrocedió y el 22 de mayo firmó otro decreto sobre el tema.

Bolsonaro pidió este martes al Parlamento que ‘no deje morir’ la disposición y aseguró que ‘la vida es muy importante’ y la iniciativa del Gobierno respecto a las armas apunta a protegerla frente a una violencia que cada año causa cerca de 60 mil muertes en el país.

Según la CCJ, el Gobierno no tiene potestad para decidir sobre una materia de esa naturaleza que solo podría aprobarse en el Parlamento (Senado y Cámara de Diputados).

El decretó está pendiente de análisis en la Corte Suprema de Justicia.

Expertos en seguridad consideran que el precepto contribuirá a la creciente suma de más pérdidas de vida por armas de fuego en Brasil, donde casi 12 millones de personas viven en las favelas, manchadas de sangre y pólvora por bandas delincuenciales.

oda/ocs/cvl


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