Gali Tibbon / AFP •  Sputnik •  Internacional •  07/10/2018

Comienza el juicio contra Sara Netanyahu por presunto fraude

La esposa del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es juzgada a partir de 7 de octubre por presunto fraude al haber pagado con dinero público gastos privados por un valor de unos 100.000 dólares.

Comienza el juicio contra Sara Netanyahu por presunto fraude

Concretamente, Sara Netanyahu, de 59 años, habría presentado facturas en concepto de comidas y alimentos para consumo personal y de sus invitados, cuando su residencia oficial dispone ya de un cocinero.La justicia le reprocha el hecho de haber mentido, argumentando que tenía que pedir comida porque su casa no disponía de cocinero y de haber presentado decenas de facturas de entrega a domicilio durante el mismo mes o de costosos restaurantes de Jerusalén.

Junto a ella es juzgado el ex vicedirector general del despacho de su esposo, que habría sido cómplice de Sara Netanyahu, diciendo que la residencia no disponía de un cocinero.

El juicio, que podría durar meses, la implica únicamente a ella y no a su marido, que también está envuelto en otros presuntos escándalos de corrupción por los que fue interrogado el pasado viernes.Benjamín Netanyahu es sospechoso de haber ofrecido favores políticos a cambio de regalos costosos que superarían los 250.000 dólares.

En otro caso que también le salpica se investiga si el primer ministro habría llegado a un supuesto acuerdo para que uno de los diarios más importantes de Israel, Yediot Ahoronot, realizara una cobertura favorable.

En ambos casos, la policía recomendó el pasado febrero a la justicia que inculpara a Netanyahu por corrupción y fraude. Por ahora, el jefe de gobierno no ha sido imputado.Por su parte, Sara Netanyahu se ha declarado inocente de los cargos que se le imputan, que ha calificado de «absurdos».

Los casos de corrupción que acorralan a Netanyahu
 
Desde que la Fiscalía iniciase sus investigaciones a comienzos de este año, cinco casos distintos de fraude, soborno y abuso de confianza acorralan al primer ministro de Israel.
 
El primero de los casos, denominado Caso 1000, investiga a Netanyahu y su familia por «sospechas de los delitos de aceptar sobornos, fraude y abuso de confianza» en relación con su conexión con el productor hollywoodense Arnon Milchan (‘Pretty Woman’, ‘El Renacido’) y con el empresario australiano James Packer.

Según la investigación, el primer ministro israelí aceptaba lujosos regalos para él y su familia —como champán francés, joyas y puros— a cambio de favores.

Pese a que el jefe del Gobierno israelí y su esposa, Sara, reconocieron haber recibido los regalos, los calificaron de «intercambio entre amigos».

El segundo caso de corrupción, denominado Caso 2000, se centra en las conversaciones mantenidas en secreto por Netanyahu a finales de 2014 con Amon Mozes, propietario de dos influyentes medios —el diario Yediot Aharonot y el portal Ynet- para conseguir una cobertura más positiva del político a cambio de limitar la difusión de su medio rival, el Israel Hayom, que pertenece al estadounidense Sheldon Adelson. No obstante, al responder a las acusaciones, Netanyahu indicó que «solo quería poner a prueba» al editor.

Benjamín Netanyahu no está personalmente involucrado en el llamado Caso 3000 —que tiene que ver con la polémica adquisición de poderosos submarinos alemanes— pero sí su hombre de estrecha confianza David Sharan. Mientras el principal sospechoso del caso, el representante israelí del fabricante alemán de buques ThyssenKrupp, Michael Ganor, sobornó a los oficiales de Defensa para alcanzar acuerdos multimillonarios, Sharan fue arrestado por aceptar sobornos. Según las declaraciones del exministro de Defensa Moshe Yaalon, Netanyahu trató de facilitar el trato con el fabricante alemán al intentar cancelar un acuerdo previo de adquisición de sumergibles.

El llamado Caso 4000 involucra a Bezeq, la mayor compañía de telefonía del país. Según los datos de la investigación, Shlomo Filber, director general del Ministerio de Comunicaciones de Israel y también excolaborador de Netanyahu, pasaba documentos clasificados y otros datos a Bezeq. Asimismo, el primer ministro israelí ocultaba su estrecha amistad con el accionista mayoritario del gigante de las telecomunicaciones, Shaul Elovitch. Así, el presidente del Gobierno indicó que Elovitch y él solo eran «algo más que conocidos», pese a que anteriormente informó en una declaración ante el tribunal que habían sido amigos durante 20 años.

 


corrupción /  Israel /  Netanyahu /