Geovani Montalvo •  Internacional •  09/08/2017

Kakahuiras, Nahua Pipiles y Lencas, somos los primogénitos

La voz de la sangre levanta el espíritu de los pueblos indígenas. En 2014 el Estado de El Salvador reconoció por primera vez la existencia y los derechos de los pueblos indígenas, luego de más de 500 años de persecución y discriminación. Hoy se reconocen como primogénitos de las tierras que les fueron despojadas por la fuerza. 

Kakahuiras, Nahua Pipiles y Lencas, somos los primogénitos

Las comunidades indígenas en El Salvador se mantienen firmes en rescatar sus tradiciones, reivindicar sus derechos y retomar sus prácticas ancestrales, pese a la persecución, discriminación e invisibilización que han padecido durante más de 500 años, tras la invasión europea en el continente.

Por primera vez, el 12 de junio de 2014, el Estado de El Salvador reconoció en su constitución la existencia de los pueblos indígenas, a través de la modificación del artículo 63 de la carta magna en la Asamblea Legislativa que expresa “El Salvador reconoce a los pueblos indígenas y adoptará políticas a fin de mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores y espiritualidad”.

El reconocimiento constitucional no fue un camino fácil, se logró mediante la rearticulación del tejido indígena comunitario que incidió políticamente para el respeto y aceptación de sus derechos. Desde entonces y con la llegada del primer gobierno de izquierda en esta nación centroamericana, El Salvador se convirtió en el primer país a escala mundial en la elaboración del Plan Nacional de Pueblos Indígenas (PLANPIES).

Este plan es un compromiso asumido como Estado nacional en el marco de la reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas denominada “Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas” (CMPI), celebrada en septiembre de 2014, documento validado por las poblaciones indígenas e instituciones gubernamentales.

En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1994 cada 9 de agosto, los pueblos Nahual Pipil, Lenca y Kakawira se reunieron y conectaron sus energías en la Plaza al Salvador del Mundo de la capital salvadoreña. 

“Como pueblos Indígenas hemos asumido el compromiso de avanzar en el trabajo, implementación y desarrollo de las líneas estratégicas planteadas en el PLANPIES”, manifestaron mediante un pronunciamiento público, reconociendo también la “voluntad política del gobierno” y reafirmado que sus derechos en el país han sido conquistados por la lucha, resistencia, insistencia e incidencia a escala nacional e internacional.

Los pueblos indígenas alentaron al estado salvadoreño tomar acciones para el cumplimiento a las recomendaciones emanadas de organizamos internacionales como las del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD-2014), redireccionar la institucionalidad del gobierno que permita fortalecer la coordinación entre pueblos e instancias públicas, y cumplir con los compromisos para la aplicación del PLANPIES en coordinación con el Equipo Nacional de Conducción Indígena.

“Reafirmamos que ahora con las energías de estos nuevos tiempos, de este nuevo sol, que los elementos de la naturaleza se alinean y nos encaminan hacia el retorno de nuestros orígenes, agradeciendo y no olvidando el camino trazado por nuestros abuelos y abuelas que han trascendido y alentado en este caminar con la esperanza que un día, los pueblos indígenas de los territorios de Cushcátan, Chapanastique, Payaquí y Tuj´pajka… (alcancemos) el Buen Vivir”, finaliza el pronunciamiento en esta fecha conmemorativa del 9 de agosto.


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