Giorgio Trucchi •  Internacional •  14/11/2025

América Central: Las garras de Estados Unidos en Honduras

América Central: Las garras de Estados Unidos en Honduras

Las elecciones generales del próximo 30 de noviembre en Honduras se complican y el país se abre a escenarios cada vez más preocupantes.

Después de la denuncia del consejero del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, acerca de un plan orquestado desde la oposición política para desestabilizar el proceso electoral, el mismo Ochoa denunció el fracaso del simulacro del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP).

Solo un 35,7 por ciento de actas llegaron a destino, mientras que la conexión de los dispositivos biométricos desplegados a nivel nacional no fue más allá del 23,7 por ciento.

Falló la conectividad satelital, así como uno de los canales de transmisión de las actas desde los centros de votación.

La denuncia del consejero se basa en varios audios que involucran a la otra consejera Cossette López, al jefe de bancada del Partido Nacional, Tomás Zambrano y a un miembro de las Fuerzas Armadas.

El plan apunta a intervenir el sistema de transmisión de resultados preliminares, generar una narrativa acerca de la victoria del candidato liberal Salvador Nasralla, reforzándola con la infiltración de observadores electorales y la movilización de las bases nacionalistas.

El objetivo sería crear caos y desestabilizar el ambiente para llegar a exigir nuevas elecciones.

El apoyo de organismos multilaterales y cuerpos diplomáticos, en especial el de Estados Unidos, ratificaría el fracaso del evento electoral.

“A 20 días de las elecciones, no existen garantías para un TREP transparente. Eso constituye una prueba más de que existe una conspiración contra el proceso electoral, orquestado desde el propio seno del órgano electoral”, sentenció el consejero.

A menos de tres semanas del voto, que existan planes para boicotear el proceso electoral e impedir un segundo mandato presidencial del partido Libertad y Refundación (Libre) es cada vez más evidente.

Injerencias

Primero fue la OEA, que en un comunicado expresó su preocupación y pidió al Estado de Honduras de garantizar la autonomía, continuidad y libre ejercicio de las autoridades electorales.

Luego fue el subsecretario de Estado, el conservador Christopher Landau, quien, retomando las “preocupaciones” de la OEA, exhortó a todas las autoridades hondureñas “respetar escrupulosamente las leyes y la Constitución”.

“El presidente Donald Trump, el secretario (Marco) Rubio y yo nos preocupamos profundamente por el hemisferio occidental y responderemos con rapidez y firmeza a cualquier atentando contra la integridad del proceso democrático en Honduras” escribió en tono amenazante desde su cuenta de X.

Acto seguido, la embajada estadounidense, estratégicamente acéfala desde hace ocho meses, se sumó a la ofensiva dándole difusión al mensaje del subsecretario de Estado.

La injerencia de Estados Unidos en los procesos electorales de Honduras no es nueva.

Todavía están vivas las imágenes y el recuerdo de la entonces embajadora y ex oficial del ejército estadounidense Heide Fulton, parada al lado del ex presidente de la autoridad electoral David Matamoros Batson, avalando el burdo y sangriento fraude electoral que otorgó un ilegal segundo mandato a Juan Orlando Hernández.

Sucesivamente, Hernández fue condenado en Estados Unidos a 45 años de prisión por delitos relacionados con el narcotráfico.

 

Sede de operativos y entrenamiento de efectivos militares contrainsurgentes en los años 80, para combatir el gobierno revolucionario nicaragüense y los movimientos armados de liberación de El Salvador y Guatemala, Honduras sigue hospedando la base militar estadounidense de Palmerola (base aérea José Enrique Soto Cano), la más grande en América Latina.

Imperialismo y neoliberalismo

“Nos enfrentamos a la vieja política tradicional, aliada del injerencismo estadounidense, de las grandes corporaciones, de las capas empresariales apegadas al guión neoliberal, al proyecto de despojo y de descuartizamiento de lo público”, dijo el activista social Luis Méndez.

El también miembro del equipo de coordinación del Capítulo de Albamovimietos en Honduras, explicó que no podemos sacar las elecciones de Honduras de un contexto regional.

Un contexto donde los virulentos ataques verbales de la administración Trump contra Colombia y Venezuela, unido a la fuerte presencia militar de agresión estadounidense en el Caribe, están poniendo el continente al borde de un conflicto muy peligroso.

“Que Libre siga gobernando es un retroceso para las finalidades geoestratégicas de dominación de Estados Unidos en América Latina. De alguna manera, esto lo vamos a ver reflejado en las elecciones”, sentenció Méndez.
 

 


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