¿Cómo afecta a Europa la guerra comercial entre Estados Unidos y China?
El presidente de los Estados Unidos de América, Donald J. Trump, anunció hace poco la postergación del aumento de los aranceles de importación de productos chinos. Esto, al parecer, es una pequeña tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Este pequeño acto ha significado un alza en las acciones de la bolsa china de un 5% y representa un alivio para casi todo el mundo.

El alcance de este conflicto, podemos definirlo, más que una guerra comercial de Trump contra china; una guerra mundial comercial.
Así es, una guerra mundial sin cuartel en la que no existen bandos y en que muchos podrían verse afectados. Tal es el caso de Europa quienes, tomando postura, han decidido emprender su propio conflicto.
¿En que consiste la guerra comercial arancelaria entre Estados Unidos y China?
La guerra comercial de Estados Unidos y China inició cuando un fatídico día, Estados Unidos decidió subir los aranceles de importación del acero y aluminio. Esta fue una medida proteccionista tomada por el presidente del país, Donald Trump, y que afectó a un gran número de países. Entre ellos, algunos Estados miembros de la Unión Europea.
Fue entonces cuando Xi Jing Ping, el presidente de China decidió hacer lo propio con productos manufacturados en Estados Unidos. Esta acción desató el conflicto. Desde entonces, Donald Trump y su homólogo chino han protagonizado un conflicto de escala global.
Una pequeña tregua surgió, después de que, tras reuniones a puertas cerradas, ambos líderes tomaron la decisión de aplazar las medidas. Por su parte, Estados Unidos, que tenía previsto que para este 1 de marzo se implementarían las medidas contra China; postergó la aplicación de las mismas.
Esto no significa el fin de la guerra comercial del acero sino más bien un breve armisticio.
¿A quien afecta la guerra comercial entre Estados Unidos y China?
Probablemente a todos; si la guerra comercial continúa, Estados Unidos sufriría una caída del 1,75% de su PIB y un aumento en la inflación. Esto por el descenso en las exportaciones a China y las importaciones de materia prima. Los más afectados son aquellas empresas que se dedican a la manufactura de autopartes y tecnología y cualquier pequeño comerciante que las ofrezca. En Europa, las cadenas de suministros serían las más afectadas, de manera que aumentaría la inflación y caería el PIB.
El producto interno bruto mundial caería un 0,75%, lo que haría que la situación económica internacional (empezando por el deterioro de la confianza en China) se endureciera de manera significativa.
Parece ser una guerra de aniquilación en la que todos pierden.
Los efectos de la guerra comercial se sentiría más en países como Irlanda, Reino Unido y Alemania y las exportaciones españolas caerían un 7%, generando millonarias pérdidas en la región. Por otro lado, las transacciones entre la Unión Europea y China se han multiplicado entre 2007 y 2017; hasta la fecha, valoradas en más de 200.000 millones de euros. Esto ha provocado que, si China pierde crecimiento también lo haga Europa, ya que, al mantenerse firme, se reducirán las inversiones directas entre EEUU y la UE.
¿A quién beneficia la guerra comercial entre Estados Unidos y China?
Viendo el panorama, no parece que haya alguien que pueda beneficiarse de esto; de hecho, la misma bolsa de valores estadounidense ha sufrido grandes pérdidas debido a la guerra comercial de Trump. Por eso, parece ser que no hay alternativa más que emprender nuevas negociaciones de las cuales, la propia UE se podría ver beneficiada.
Visto de este modo, la guerra comercial podría abrir nuevos caminos a los países emergentes y de Europa, al afianzar las relaciones comerciales con otras potencias. ¿Qué significa esto? Que distanciarse del conflicto sería el mejor camino para la Unión Europea.
También, el actual conflicto representa un nuevo escenario para competir en un mercado bajista que, bien hechas las negociaciones, podrían beneficiar al bloque europeo y al euro mismo.