Redacción •  Internacional •  08/10/2025

Hamás condiciona su adhesión al alto el fuego: exige garantías internacionales y retirada completa de Israel

Hamás condiciona su adhesión al alto el fuego: exige garantías internacionales y retirada completa de Israel

A dos años del ataque del 7 de octubre que desencadenó la ofensiva israelí en Gaza, Hamás ha manifestado su disposición a aceptar un alto el fuego permanente, pero lo condiciona a la obtención de garantías de cumplimiento por parte de Israel, Estados Unidos y los mediadores. En medio de bombardeos continuos, negociaciones indirectas en Egipto y protestas masivas, el conflicto vive un momento de tensión, mientras la población civil se encuentra atrapada en una “masacre prolongada” con más de 67.000 víctimas declaradas.

El movimiento islamista Hamás ha declarado este martes que está dispuesto a detener la guerra en Gaza, siempre que se le brinden garantías reales de que Israel cesará de manera definitiva sus operaciones militares en el enclave palestino. La exigencia fue expresada por Jalil al Haya, principal negociador de la organización, durante una entrevista con el canal Al Qahera News. Según sus declaraciones, se demanda respaldo de la comunidad internacional, del presidente estadounidense Donald Trump y de los países mediadores para formalizar cualquier acuerdo.

Al Haya sostuvo que Hamás puede comprometerse a la retirada de la ocupación israelí de Gaza, al intercambio de prisioneros y rehenes, así como al establecimiento de un alto el fuego permanente, pero advirtió que “la ocupación israelí nunca ha cumplido sus promesas”. También subrayó que el grupo está listo para “detener la guerra con total disposición y positividad”, pero solo si existen garantías sólidas de cumplimiento.

Este planteamiento se inserta en las negociaciones indirectas que tienen lugar en Egipto, donde se busca implementar el plan de paz de 20 puntos propuesto por Trump. Dicha propuesta contempla el fin inmediato de las hostilidades, la liberación de los rehenes israelíes a cambio de presos palestinos, la desmilitarización de Gaza y la formación de un gobierno de transición sin participación de Hamás.

Mientras tanto, la ofensiva israelí no se detiene. Según el servicio informativo de RTVE, las hostilidades continúan en Gaza, incluso cuando el Ejército israelí afirma operar en modo “defensivo”. Hasta la fecha, el número de palestinos muertos durante esta campaña supera los 67.160, cifra que coincide con los datos difundidos por medios de prensa que reportan más de 67.000 fallecidos desde octubre de 2023.

El aniversario del 7-O (el ataque de Hamás que provocó 1.200 muertos en Israel, según fuentes israelíes) ha sido conmemorado de múltiples maneras: en Tel Aviv cientos de miles recordaron a las víctimas del atentado, mientras en toda España más de setenta ciudades han alzado su voz para exigir el fin de la “masacre” en Gaza.

La situación humanitaria en la Franja es catastrófica. Los almacenes de la ONU en Amán acumulan alimentos sin poder enviarlos a Gaza debido al bloqueo israelí, lo cual agrava la hambruna y la escasez crónica de recursos básicos en el enclave.

Frente a esta urgencia, Hamás insiste en que no firmará un alto el fuego sin seguridad legal y diplomática: que Israel retire totalmente sus tropas, que no reconduzca la ocupación bajo otros nombres y que no vuelva a romper los acuerdos. Ese es el núcleo de su mensaje: un “sí, pero” condicionado.

El reto para los mediadores es inmenso. Lograr un acuerdo duradero implica resolver discrepancias sobre el desarme, la supervisión internacional futura, el estatuto político de Gaza y las garantías para evitar que se reanuden las hostilidades. En este escenario, múltiples actores —Egipto, Catar, Estados Unidos— actúan como puentes, pero también enfrentan escepticismo y presiones contrapuestas.

De fondo subyace una tragedia prolongada: dos años de bombardeos, desplazamientos forzosos, hospitales colapsados, muertos civiles y menores, redes de agua destruidas, campos refugiados destrozados y un aire de desesperanza que recorre cada barrio de la Franja. En medio de ese horror, la oferta de Hamás de detener la guerra si hay garantías añade un atisbo de posibilidad, pese a que el camino hacia la paz sigue plagado de escombros y recelos.

 


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