Redacción •  Internacional •  07/08/2016

El sindicalista saharaui Brahim Saika enterrado sin el consentimiento de su familia y sin haber aclarado las causas de su muerte

El pasado 1 de abril el joven sindicalista saharaui, Brahim Saika, dirigente de la Coordinadora de Saharauis Desempleados, fue detenido de forma arbitraria por las fuerzas de ocupación marroquíes, acusado de organizar una protesta pacifica para llamar la atención sobre la situación de los desempleados saharauis.

El sindicalista saharaui Brahim Saika enterrado sin el consentimiento de su familia y sin haber aclarado las causas de su muerte

Según denuncian familiares y activistas defensores de los Derechos Humanos, Brahim Saika fue sometido a tortura e inició una huelga de hambre en protesta por esa situación. Aunque fue trasladado al hospital, no fue tratado adecuadamente para salvarle la vida y la falta de asistencia médica hizo que su estado de salud empeorara gravemente, entrando en coma y falleciendo el 15 de abril.

Desde entonces las autoridades de ocupación marroquíes se han negado a realizar la autopsia para confirmar la causa de la muerte y finalmente, en el día de ayer, procedieron a enterrarlo sin la autorización de la familia, sin determinar las responsabilidades por el mal traro recibido que ha terminado con su vida y negándose a aclarar lo ocurrido.

Este nuevo acto de represión demuestra la crudeza del régimen marroquí y la falta de escrúpulos en sus actuaciones contra la población civil saharaui, y nos confirma en la necesidad y la exigencia de que se obligue a Marruecos a cumplir con la legalidad internacional y con las Resoluciones de Naciones Unidas que reconocen el derecho del Pueblo Saharaui a su autodeterminación mediante un referéndum libre que el Reino de Marruecos se niega a celebrar.

Desde la Confederación Intersindical condenamos esta nueva violación de los Derechos Humanos por parte del Reino de Marruecos, expresamos nuestra solidaridad con la familia de Brahim Saika y con todo el Pueblo Saharaui y exigimos que la Comunidad Internacional y el Gobierno español condenen esta actuación injustificable e inhumana de las fuerzas de ocupación marroquíes, y presionen al Gobierno de Marruecos para que esclarezca este asesinato y se castigue a los culpables.


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