Impeachment contra Dilma Rousseff abre compás de espera
La apertura hoy del plazo para que acusación y defensa presenten sus alegatos finales por escrito abre un compás de espera en el proceso de juicio político contra la separada presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Los denunciantes tendrán hasta el próximo día 12 para entregar sus argumentos, mientras la representación de la mandataria podrá hacerlo hasta el 27 de julio.
Estos fundamentos servirán como base al relator de la Comisión Procesal de Impeachment del Senado Federal, Antonio Anastasia, para elaborar un nuevo parecer que será presentado al colegiado el 2 de agosto y 48 horas después sometido a votación.
Si, como ocurrió antes, el relatorio fuera favorable a proseguir el juicio político contra Dilma y éste resultara aprobado por la Comisión Procesal, será entonces remitido al pleno de la Cámara alta donde, según confirmó anoche su titular Renán Calheiros, podrá ser votado el martes 9.
De recibir el respaldo de la mayoría simple de los senadores (41 votos de 81), entonces corresponderá al presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Ricardo Lewandowski, convocar al juzgamiento definitivo de Dilma, que, de acuerdo con el propio Calheiros, ocurriría solo a partir del 25 de agosto.
Para que la Presidenta constitucional sea definitivamente apartada de su cargo se requerirá del voto de la mayoría calificada del pleno senatorial (54). En tal caso, el mandatario en funciones, Michel Temer, permanecerá en el puesto hasta el 1 de enero de 2019.
Si, por el contrario, más de 27 senadores votaran por restituir el mandato a Dilma, ésta reasumiría la jefatura del Estado una vez sea publicada la sentencia absolutoria.
Dilma Rousseff enfrenta un juicio político acusada de presunta violación de la Ley de Responsabilidad Fiscal, algo que rechazó en una declaración por escrito presentada ayer ante la Comisión Procesal.
En el documento, de más de 30 páginas, Rousseff ratificó que, en nombre de los 54 millones de votos con los que ganó las elecciones presidenciales de 2014 y del pueblo todo, luchará con todos los instrumentos legales a su alcance para ejercer su mandato hasta el fin.
Quienes me conocen saben que probablemente incurrí en errores y equívocos de naturaleza personal y política, pero jamás en la deshonestidad, la traición o la cobardía, subrayó antes de insistir en que tampoco traicionó sus creencias, sus convicciones o a sus compañeros en las horas más difíciles.
Refiriéndose al proceso de impeachment, recordó que desde la primera manifestación en estos autos su abogado defensor dejó claro que este proceso fue abierto y viene siendo promovido con manifiesto e inequívoco desvío de poder.
Dijo además ser blanco «de esta farsa porque, como Presidenta, nunca me rendí al chantaje» ni acepté hacer concesiones y conciliaciones tras bastidores, tan conocidas en la política tradicional de Brasil.
Catalogó la denuncia presentada contra ella por la emisión de tres decretos de suplementación y las llamadas «pedaladas fiscales» como fuera de lugar, inaceptable y profundamente injusta, y afirmó que nunca, en ningún país democrático, el mandato legítimo de un presidente fue interrumpido por actos de rutina de gestión presupuestaria.
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