Irán solicita la condena de la agresión de Israel y EEUU por la ONU
Irán insta al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) a reconocer al régimen sionista y a EE.UU. como los iniciadores de la agresión.

El representante permanente de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Amir Said Iravani, en una carta dirigida al CSNU, ha instado este lunes a este organismo a reconocer al régimen sionista y a Estados Unidos como los iniciadores de la agresión contra la nación iraní, y a tomar medidas ejecutivas para responsabilizarlos, incluyendo la obligación de pagar una compensación total y reparar todos los daños causados.
El embajador de la República Islámica de Irán ante la ONU, respondió en una carta al secretario general de la ONU y al presidente del CSNU a la correspondencia de Estados Unidos sobre el uso indebido y la interpretación errónea del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas para justificar la agresión contra las instalaciones nucleares pacíficas de Irán.
En la misiva, Iravani ha expresado que “en cumplimiento de las instrucciones de mi gobierno y en continuación de las cartas previas fechadas el 13, 16, 18, 19, 20, 21, 23, 25, 27 y 28 de junio de 2025, por la presente rechazo rotundamente y condeno con firmeza las justificaciones infundadas y carentes de legitimidad jurídica, así como las acusaciones sin fundamento presentadas por el representante de Estados Unidos en su carta fechada el 27 de junio de 2025 (S/2025/426) en relación con los ataques armados ilegales de ese país contra la soberanía nacional y la integridad territorial de la República Islámica de Irán, en particular, el ataque deliberado a las instalaciones nucleares pacíficas de Irán”.
Ha señalado que, en esa carta, Estados Unidos aceptó explícitamente su responsabilidad por el uso ilegal de la fuerza y sus actos de agresión, así como su plena complicidad con su agente indirecto, el régimen israelí, en la ejecución de una agresión militar masiva, injustificada y premeditada contra la República Islámica de Irán el 13 de junio de 2025.
“El recurso de Estados Unidos al concepto de defensa colectiva como base jurídica para justificar esta agresión carece de cualquier fundamento legal, es peligrosamente arriesgado desde el punto de vista político, y desestabiliza desde una perspectiva estratégica”, ha recalcado.
El representante iraní ha puesto de manifiesto que este acto constituye el uso ilegal de la fuerza, lo cual es una violación de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y las obligaciones contenidas en el Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear.
El ataque deliberado a las infraestructuras nucleares civiles de la República Islámica de Irán, bajo el pretexto falso de una “defensa preventiva”, debe ser condenado de manera inequívoca como un acto de agresión que pone en peligro la paz y la seguridad internacionales y debilita el régimen de no proliferación nuclear en su conjunto, reza la misiva.
De igual manera, ha precisado que el recurso al artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas como justificación para el ataque armado de Estados Unidos el 22 de junio de 2025 y el ataque deliberado a las instalaciones nucleares bajo salvaguardias de la República Islámica de Irán, que incluyen Fordo, Natanz y Isfahán, constituye una flagrante distorsión del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas.
“El ataque de Estados Unidos es un claro ejemplo de un acto de agresión y una violación flagrante del párrafo 4 del artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas, un principio que prohíbe explícitamente el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”, constata la misiva.
Según ha detallado Iravani, “a diferencia de la alegación de Estados Unidos, el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas solo reconoce el derecho inherente a la defensa propia, individual o colectiva, en caso de que haya ocurrido un ataque armado. Ni Estados Unidos ni el régimen israelí han sido objeto de un ataque armado por parte de la República Islámica de Irán”.
En este mismo contexto, ha puesto de relieve que “el alegato de Estados Unidos sobre la aplicación de la defensa colectiva también carece de legitimidad jurídica, ya que para que este derecho se materialice, es necesario que la supuesta víctima, es decir, el régimen israelí, haya sido primero objeto de un ataque armado, lo cual no ha ocurrido. Por lo tanto, la interpretación arbitraria y egoísta de Estados Unidos del artículo 51 de la Carta es fundamentalmente incompatible con la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia”.
Ha recordado que según la resolución 3314 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (aprobada en 1974), cualquier uso preventivo de la fuerza en ausencia de un ataque armado real se considera explícitamente un acto de agresión.
Además, ha proseguido el diplomático iraní, los principios jurídicos establecidos y la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), especialmente en el caso de Nicaragua contra Estados Unidos (1986) y el caso de las plataformas petroleras (República Islámica de Irán contra Estados Unidos, 2003), reafirmaron que el derecho a la defensa propia solo se puede aplicar en respuesta a un ataque armado y solo en caso de que se cumplan completamente las condiciones de necesidad y proporcionalidad.
“Estados Unidos, al basarse en la infundada alegación de una ‘amenaza nuclear’ de Irán contra el régimen israelí y la paz y seguridad internacionales, ha intentado justificar sus actos de agresión; un alegato que carece de cualquier base jurídica o factual válida”, recalca, para luego destacar que “en el informe reciente del director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), no se ha confirmado ninguna violación de las obligaciones de salvaguardias por parte de Irán, ni se ha reportado ningún desvío en los materiales nucleares. Dicho informe establece claramente que no existen pruebas de un programa destinado a la producción de armas nucleares en Irán”.
El representante de Irán añade en esta carta que “incluso las agencias de inteligencia de Estados Unidos han reconocido esta realidad. Por lo tanto, la referencia a una ‘amenaza inminente’ desde la perspectiva del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas carece de base legal alguna”.
Además, ha agregado el embajador iraní, “las instalaciones nucleares atacadas en Irán son exclusivamente pacíficas y están bajo la supervisión completa de las salvaguardias de la AIEA. El ataque a estos sitios e instalaciones pacíficas, cuando no existen pruebas válidas de desvíos hacia fines armamentísticos, constituye una violación del derecho inalienable de Irán según el artículo 4 del TNP, respecto al desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos”.
De la misma manera, destaca la carta, la referencia de Estados Unidos a alegaciones hipotéticas y especulativas sobre las intenciones futuras de la República Islámica de Irán en el ámbito nuclear, así como la alegación de que el objetivo de su ataque militar ilegal fue neutralizar la amenaza derivada del programa nuclear de Irán contra Israel y la paz y seguridad internacionales, carecen totalmente de fundamento legal.
“Tales justificaciones son otro intento pesimista por parte de Estados Unidos y su agente indirecto, el régimen israelí, para legitimar la doctrina de la guerra preventiva; una doctrina que no tiene ningún lugar en el derecho internacional y que ha sido expresamente rechazada una y otra vez por la comunidad internacional”, se lee en la misiva.
La Corte Internacional de Justicia ha dictado consistentemente que el uso de la fuerza basado en amenazas potenciales futuras no está permitido dentro del marco del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ha recordado.
La República Islámica de Irán nunca ha sido el iniciador de una guerra contra Estados Unidos o el régimen israelí, y su programa nuclear siempre ha tenido una naturaleza exclusivamente pacífica, ha puntualizado.
Además, ha proseguido, según la resolución 487 del CSNU (aprobada en 1981), el Consejo ha declarado explícitamente que atacar instalaciones nucleares constituye una violación de la Carta de las Naciones Unidas, ha remarcado.
Asimismo, la carta agrega que un conjunto de resoluciones de la Conferencia General de la AIEA, incluidas las resoluciones GC(XXIX)/RES/444 y GC(XXXIV)/RES/533, subraya de manera firme y categórica que cualquier ataque armado o amenaza de ataque contra sitios e instalaciones nucleares utilizados con fines pacíficos constituye una grave violación del derecho internacional y debilita gravemente la existencia y credibilidad de la Agencia y su sistema de verificación y supervisión.
En este contexto, surge la pregunta fundamental de si el uso ilegal y unilateral de la fuerza puede reemplazar los mecanismos de supervisión legítimos e internacionales, ¿cuál sería entonces el objetivo de implementar las salvaguardias de la Agencia?, ha cuestionado.
“Los ataques militares de Estados Unidos y el régimen israelí han creado una práctica extremadamente peligrosa, debilitado la integridad del régimen global de no proliferación y aumentado el riesgo de una catástrofe nuclear”, ha alertado.
En esta misma línea, ha puesto de manifiesto que “la alegación de que ‘las medidas pacíficas ya no eran viables’ es incorrecta y profundamente engañosa. La República Islámica de Irán ha subrayado siempre su compromiso con la diplomacia y ha expresado su disposición para regresar a cumplir con sus obligaciones en el marco del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA o PIAC, por sus siglas en inglés), siempre y cuando Estados Unidos y las partes europeas también cumplan con sus compromisos y cesen de llevar a cabo acciones contradictorias y violaciones”.
Fue Estados Unidos el que, en 2018, se retiró unilateralmente del JCPOA (nombre oficial del acuerdo nuclear iraní), violando flagrantemente la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (aprobada en 2015) y, desde entonces, ha impedido de manera constante el progreso de una diplomacia significativa, recuerda la carta.
Iravani ha indicado en la misiva la República Islámica de Irán ha participado de buena fe en las negociaciones, ha colaborado de manera constructiva en los diálogos nucleares, ha acogido con satisfacción la mediación del Reino de Omán y se encontraba preparando la siguiente ronda de conversaciones indirectas con Estados Unidos, programadas para el 15 de junio.
“Sin embargo, solo dos días antes, el régimen israelí llevó a cabo un ataque militar contra Irán. La agresión militar amplia, innecesaria y premeditada del régimen israelí, que fue seguida por un ataque armado de Estados Unidos, fue un intento deliberado de interrumpir el proceso diplomático”, ha detallado.
En este sentido, ha dejado en claro que la presunta “propuesta” de Estados Unidos, en realidad, fue un truco deshonesto destinado a engañar a la comunidad internacional y preparar el terreno para un ataque militar y la comisión de actos de agresión, como ha reconocido el representante de Estados Unidos en la carta mencionada.
“Por lo tanto, el colapso del proceso diplomático recae directamente sobre Estados Unidos y el régimen israelí, no sobre la República Islámica de Irán”, ha anotado.
En otra parte de la misiva, se lee que el uso de un lenguaje provocador, el apelativo a consignas políticas y la referencia a antecedentes históricos no tienen ninguna relación con la determinación de la legitimidad o ilegalidad del uso de la fuerza. El derecho internacional se basa en criterios objetivos y principios jurídicos, no en relatos políticos. La referencia a amenazas basadas en ideologías o intenciones hipotéticas para justificar acciones de agresión constituye una desviación peligrosa de la argumentación jurídica y racional.
“La situación es completamente clara e indiscutible: los actos de agresión del régimen israelí, que comenzaron el 13 de junio y continuaron durante 12 días consecutivos, seguidos por el uso ilegal de la fuerza por parte de Estados Unidos y la comisión de un acto de agresión el 22 de junio, constituyen una violación clara, continua y flagrante del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas”, puntualiza.
De igual modo, ha declarado que “con esta acción, Estados Unidos no solo ha violado la norma perentoria que prohíbe la agresión, sino que ha violado ampliamente los principios fundamentales reconocidos por la Carta de las Naciones Unidas, en particular el artículo 2, párrafo 4, que prohíbe explícitamente cualquier amenaza o uso de la fuerza contra la soberanía y la integridad territorial de cualquier Estado miembro”.
Esta acción ilegal, enfatiza la carta, también constituye una violación flagrante del Estatuto de la AIEA, las resoluciones pertinentes de la Conferencia General de la Agencia, las resoluciones 487 (de 1981) y 2231 (de 2015) del CSNU, y el propio TNP. Además, esta acción ha causado un grave daño a la credibilidad y la integridad del régimen global de no proliferación.
“Estados Unidos debe ser plenamente responsable por su acción directa de agresión y por su complicidad clara e indiscutible en la agresión militar a gran escala llevada a cabo por el régimen israelí contra la República Islámica de Irán”, insiste el representante iraní en su misiva.
“El régimen israelí, en completa coordinación con Estados Unidos, atacó de manera deliberada y sistemática a poblaciones civiles, hospitales, centros de atención médica, medios de comunicación e infraestructuras vitales, lo que constituye una violación flagrante del derecho internacional. El resultado de esta campaña criminal y despiadada ha sido catastrófico: hasta ahora, 935 civiles han perdido la vida, entre ellos 38 niños y 132 mujeres, incluidas dos mujeres embarazadas, y 4935 personas más han resultado heridas. Más de cinco centros de atención médica y hospitales han sido bombardeados directamente, y 29 trabajadores de salud y rescate han sido asesinados mientras cumplían con su deber”, ha denunciado.
En la carta del embajador de Irán se menciona que uno de los ataques más atroces fue el ataque deliberado a la prisión de Evin en Teherán, la capital iraní, que resultó en la muerte de 71 prisioneros. La destrucción de las instalaciones médicas de la prisión de Evin eliminó por completo la posibilidad de brindar atención vital a los prisioneros gravemente enfermos. Estos crímenes constituyen flagrantes violaciones del principio fundamental de distinción en el derecho internacional humanitario, el cual obliga a todas las partes en conflicto a hacer una distinción en todo momento entre los objetivos civiles y militares.
“Estados Unidos, junto con el régimen israelí, es responsable de todas las vidas inocentes iraníes que perdieron la vida durante los 12 días de ataques salvajes y brutales de Israel, y también es responsable de la destrucción a gran escala de infraestructuras civiles vitales y del daño a las instalaciones nucleares pacíficas de Irán”, reitera.
Asimismo, ha tachado de “una amarga y trágica realidad” que Estados Unidos (que es uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, guardián del TNP y el único país que ha utilizado armas nucleares contra civiles) se ha aliado con un régimen que posee ojivas nucleares, no es parte del TNP tiene un largo y documentado historial de amenazar con destrucción nuclear a otros países, y ha participado en genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, recurriendo al uso ilegal de la fuerza y a actos de agresión, lo cual constituye una violación clara del derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas, el Estatuto de la AIEA, el TNP y el régimen global de no proliferación.
De acuerdo con el embajador iraní, estas agresiones contra Irán, un miembro responsable de la ONU y parte del TNP, se han llevado a cabo bajo un pretexto falso y completamente infundado de “evitar que Irán obtenga armas nucleares”.
Dado tales flagrantes abusos y las amplias y profundas consecuencias de los mismos, el silencio ya no es aceptable. Para salvaguardar la credibilidad, integridad y autoridad del sistema de las Naciones Unidas en su conjunto, el Consejo de Seguridad y el secretario general de la ONU deben no solo romper su silencio, sino tomar medidas decisivas y efectivas, se menciona en la carta.
En este mismo sentido, ha puesto de manifiesto que la omisión en este aspecto significaría complicidad de la ONU mediante el silencio y la inacción, lo cual conllevaría el peligro de infligir un daño irreversible a los principios fundamentales sobre los cuales esta organización fue fundada.
Iravani ha aseverado que la República Islámica de Irán, una vez más, insta a los miembros del Consejo de Seguridad y al secretario general de la ONU a que:
- Condenen de manera categórica y sin ambigüedades el uso ilegal de la fuerza y los actos de agresión contra la soberanía nacional e integridad territorial de la República Islámica de Irán, incluyendo sus instalaciones nucleares pacíficas y bajo salvaguardias, por parte del régimen israelí y Estados Unidos, como una violación flagrante del artículo 2, párrafo 4 de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional, la resolución 2231 (2015) y la resolución 487 (1981) del CSNU, el Estatuto de la AIEA, y las resoluciones pertinentes de la Conferencia General de la AIEA.
- Reconozcan al régimen israelí y a Estados Unidos como los iniciadores de los actos de agresión y tomen medidas ejecutivas efectivas bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas para responsabilizarlos completamente, incluyendo la obligación de pagar una compensación total y reparar todos los daños causados, y garantizar que tales actos ilegales de agresión no se repitan en el futuro.
El representante permanente iraní ante la ONU concluye en la carta que la República Islámica de Irán también solicita una vez más al secretario general de la ONU que proporcione un informe sobre la situación de la implementación del párrafo 2 de la resolución 487 (1981) del Consejo de Seguridad, especialmente en relación con las violaciones del régimen israelí y los ataques a las instalaciones nucleares pacíficas de Irán que están bajo las salvaguardias de la AIEA, al CSNU y a todos los miembros de la ONU.
El 13 de junio marcó el inicio de una agresión brutal del régimen israelí contra Irán. Israel lanzó una agresión abierta, no provocada y ampliamente condenada contra el país persa, en la que fueron asesinados varios altos comandantes militares, destacados científicos nucleares y muchos civiles.
Una semana después, Estados Unidos se unió a esta ofensiva, bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes. Estos ataques representaron una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas, del derecho internacional humanitario y del TNP del cual Irán es signatario.
Irán respondió con oleadas de misiles y ataques con drones que alcanzaron objetivos estratégicos israelíes, incluidos en Tel Aviv y Haifa.
Además, las Fuerzas Armadas iraníes dispararon misiles contra la base aérea estadounidense Al-Udeid en Catar en repuesta a su agresión contra los sitios nucleares del país.
La contraofensiva de Irán contra los agresores les obligó a detener la agresión y declarar un alto el fuego el 24 de junio.
hnb