Mertxe Ordax •  Cultura •  03/08/2016

Curriculum Vitae y trabajo voluntario

A la hora de redactar un currículum, los expertos recomiendan tener en cuenta que los reclutadores solo invierten seis segundos de media en revisar los puntos clave y decidir si siguen leyendo o descartan la candidatura. A mí siempre me ha parecido mucho tiempo, la verdad. Por mi parte, cuando leo una oferta de empleo, me bastan tres para saber si el que ha redactado el anuncio sabe lo que pide, o cree que va a conseguir más si pide la luna. Al fin y al cabo, quién mejor que el que va a desempeñar el puesto para saber qué formación y destrezas hacen falta.

Curriculum Vitae y trabajo voluntario

Todo esto viene a que, tras firmar el enésimo contrato eventual, he estado revisando mi currículum, no vaya a ser que esté mal redactado y por eso no encuentro lo que busco. Desde luego, si algo hacen bien los reclutadores es minarte la moral. En fin, que estoy en un punto en el que dudo de qué incluir y qué no. Por ejemplo, ¿deberían figurar entre mis méritos las colaboraciones en proyectos de voluntariado? No se pueden considerar “Experiencia laboral”, puesto que no son remuneradas. Y tampoco me parece correcto ponerlas junto al running dentro del apartado denominado “Mis intereses”. El trabajo voluntario es otra cosa, ¿no?

Además, si hago caso a estos mismos expertos, no debo incluir actividades vinculadas a organismos religiosos o políticos, ya que los encargados del proceso de selección podrían tener creencias distintas de las mías y eso podría influir en su decisión en mi contra. Adiós, pues, a las colaboraciones con Cáritas, comedores sociales regentados por órdenes religiosas o iniciativas como las del campo de trabajo con ancianos organizado por el Instituto de Religiosas de San José, por mucho prestigio que tengan. Y de poner que he colaborado en una campaña electoral, mejor no hablar, claro.

Así pues, me encuentro ante el dilema de redactar un currículum como otros miles y pasar totalmente desapercibido, o bien mostrarme tal y como soy y arriesgarme a que acabe en la basura en menos de seis segundos. Y, sin embargo, el voluntariado me ha aportado conocimiento personal y compromiso. ¿No son esas dos buenas cualidades para cualquiera que busca un empleo?

Si algo tengo claro a estas alturas es que hay consejos que es mejor no seguir. Si mi compromiso con los demás supone un obstáculo para acceder a un determinado empleo, es posible que ese trabajo tampoco sea el que estoy buscando. Dicho de otro modo, aunque las empresas se gasten millonadas en intrincados procesos de selección, que se alargan durante meses en muchas ocasiones, lo cierto es que la elección es mutua. Yo decido a qué ofertas presento mi candidatura y no necesito que un evaluador externo me diga si soy apto o no. En otras palabras, el experto soy yo.