Un cómic pionero a nivel mundial
José Pablo García publica Palindrotiras (Autsaider Cómics) un tebeo insólito que recorre la historia del cómic realizado íntegramente con palíndromos.

Los calificativos como inclasificable o único acostumbran a utilizarse con cierta ligereza a la hora de referirse a una obra excepcional. En este caso se pueden expresar de la manera más apropiada y sin caer en la exageración. Es la primera vez que se hace un cómic utilizando solo palíndromos, tanto en castellano como en cualquier otro idioma. Viñetas, páginas o tiras cómicas que se leen indistintamente de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. Para el lector resulta un ejercicio asombroso y hechizante ir “comprobando” la bidireccionalidad de las historietas, muchas de ellas, de humor, por increíble que parezca. En Palindrotiras, José Pablo García, retoma el estilo “no estilo” del que hizo gala en una de sus primeras obras, Joselito (Reino de Cordelia), en la que emulaba a diferentes autores, estilos y géneros de cómic, según conviniera al pasaje relatado. En esta obra palindrómica, José Pablo se camufla entre los pinceles y plumas de El Roto, Manel Fontdevila, Calpurnio o Quino, por citar unos pocos, y dibuja historietas “a su modo”, que no solo replican el estilo gráfico de dichos autores, sino incluso las temáticas y obsesiones de estos.
Hablamos con su autor que, auxiliado por otros dos palindromistas, Permento y ROF, ha creado, por exagerado que pueda parecer, un cómic único, inclasificable y pionero a nivel mundial.

Siendo usted dibujante y aficionado a los palíndromos, era previsible que ambas habilidades coincidieran algún día para dar a luz una obra. En “Palindrotiras” recorre una historia ficticia del cómic y el humor gráfico a base de palíndromos, pero, ¿qué otras maneras de unir viñetas y palíndromos se le ocurrieron y descartó… o fue esta la única posibilidad que se planteó?
Lo cierto es que llevo desde 2006 maridando viñetas con palíndromos. El primer intento “serio” fue en 2009, con una historieta de cuatro páginas titulada “Amar ¿dará honor a varón o hará drama?” en el que compuse una narración coherente contada solo con palíndromos. No fue hasta 2014 cuando creé el concepto de “palindrotira”, que consistía en crear una secuencia de viñetas que tuviesen un solo palíndromo por guion. Ahí sí creo que soy pionero a nivel mundial, porque los casos que había hasta el momento, como el de los libros del americano Jon Agee, se limitaban a ilustrar palíndromos, uno por viñeta.
Fue el año pasado cuando tuve la idea de rizar el rizo y presentar este recopilatorio como una antología del cómic palindrómico, imitando estilos de todos los dibujantes de humor habidos y por haber de los últimos dos siglos.
En este compendio ¿no ha auto-homenajeado sus propios cómics?
Lo pensé. Tenía planeado componer una página a base de viñetas recicladas de otros libros míos, pero no supe dónde encajarla.
Con esta habilidad camaleónica de emular el estilo de otros dibujantes, ¿se sabe cuál es el suyo realmente? ¿hay alguno que tenga especialmente interiorizado y que le salga solo, como quien dice?
Bueno, hay muchas páginas del libro en las que no hay un referente claro y en las que solo me he fijado en fotografías para dibujarlas. Como la dedicada al rey emérito Juan Carlos o la de los deportistas españoles, exceptuando la viñeta de Nadal, que es al estilo de Pedro Vera. Mi estilo más interiorizado es un cruce entre la línea clara franco-belga y el cómic alternativo americano.
Entiendo que la gente alucina con estos complejos —para la mayoría— juegos de palabras, ¿qué le comentan los lectores y compañeros de profesión?
Mi afición por los palíndromos viene de esa fascinación que producen. Tienen “ese algo misterioso que da miedo”, como decía la canción de La Mode. Me empeñé en aprender a hacerlos por atrapar ese hálito mágico que los envuelve, pero es inasible. Los comentarios que recibo son de lectores a los que esto le descoloca y les parece imposible que exista; y me alegro, porque es precisamente la sensación que los palíndromos me han producido siempre y que quería transmitir.
Del rigor histórico y las servidumbres del guion ajeno a este sindiós de estilos, humor surreal y disrupción, ¿le ha costado desmelenarse o, por el contrario, la cosa ha fluido alegremente?
Pensaba tomármelo como una liberación, pero ha sido un trabajo muy exigente: he tenido que documentarme mucho para poder hacer una representación y me he vuelto loco asignándole estilos para que hubiese un catálogo amplio de estilos.
Al terminar el libro ¿qué personaje(s) o autor(es) echó de menos en su homenaje?
Se ha quedado fuera casi todo, era una tarea imposible. Sí he procurado que quedasen todas las épocas representadas. También he incluido referencias y autores que no me gustan nada, ¿eh? A ver, un autor que siempre me ha flipado es el italiano Benito Jacovitti y hubiera molado incluirlo, pero no sé… Tampoco pretendía que esto fuese una enciclopedia, sino crear un universo paralelo en el que el palindromismo gráfico fuesea un género de gran tradición.
Leo que ha trabajado con dos amigos palindromistas, ROF y Peramento, ¿cómo era el sistema de trabajo? ¿es primero el palíndromo o el autor? ¿buscaban palíndromos para autores específicos o una vez surgidos, los adjudicaban?
Primero hicimos una selección de entre los miles de palíndromos que tenemos entre los tres, las clasificamos por temas y luego yo les iba asignando un estilo, de forma intuitiva más bien. Si alguna página se me quedaba coja, les pedía ayuda y ahí sí ya sabíamos que estilo iban a tener.
Del mismo modo que a los cantantes en las entrevistas de radio y tv les piden que se arranquen con cánticos a capela, ¿en las entrevistas le piden palíndromos improvisados, así como si tal cosa?
Un poco a lo Moncho Borrajo, ¿no? (Risas) Por suerte, no. Odio improvisar, soy bastante cuadriculado. Me he empeñado en hacer palíndromos para las dedicatorias, incluyendo los nombres de los lectores, y me arrepiento muchísimo. Algunos como Elías o Néstor se me han atragantado, pero he conseguido salir airoso.

